jueves, 29 de noviembre de 2018

Presentación libro

Ayer, miércoles 28 de noviembre, fue presentado en el Castillo el Bil-Bil, el último libro de Vladimir Merino, que es ya el tercero, titulado "Marinos de Matxitxako", ante una sala llena.
 
 La presentación del acto y del autor corrió a cargo de la Concejala de Cultura, Elena Galán, que destacó de él que es un escritor que en todos sus libros se muestra comprometido con las ideas y, principalmente, con las personas, y sobre todo con las menos favorecidas.
 
En este caso recupera para conocimiento general un hecho acaecido durante la guerra civil en el País Vasco.
  
El autor entró más en detalle de la temática de la novela. He aquí una pequeña sinopsis:
 
Iniciada la Guerra Civil, el recién constituido Gobierno Vasco considera necesario disponer de su propia Marina de Guerra. A falta de otros medios confiscará a la empresa PYSBE cuatro bacaladeros, incorporando a estos cuatro cañoneras de calibre medio. El 5 de marzo de 1937 les será encomendada la protección de un buque (Galdames), que con origen en un puerto belga y cargado con tres toneladas de monedas de níquel, acuñadas con signos identificativos vascos, encargadas y abonadas por el gobierno autónomo, deberán hacer frente al poderoso crucero Canarias, estandarte de la marina sublevada.
 
El trágico resultado de la conocida como "Batalla de Matxitxako", abrirá un nuevo desenlace a los marinos vascos que, tras el infortunio de la confrontación, habrán conseguido subsistir.
 
Personajes reales, con sus nombres y apellidos, serán los auténticos protagonistas. Caminarán a través de las páginas del relato, exponiendo en ocasiones el amargo sabor de la derrota; también el orgullo de ser protagonistas de trascendentales momentos históricos. Siempre con el nexo de garantizar la supervivencia, tanto la física como de la de unos ideales abruptamente mancillados por la sinrazón.
  
La compañera Emilia García leyó al final unos párrafos de la obra.
 
También se proyectó un vídeo corto  sobre el tema de la batalla, elaborado por un grupo de personas relacionadas con una asociación que mantiene viva la luz de esta gesta.

El acto se cerró con la firma de ejemplares por parte del autor.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Otoño en Benalmádena

En estos días lluviosos de otoño, recordando esta canción de Serrat, de un poema de Antonio Machado y algunas fotos de Benalmádena.


Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

  
Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece
parece un niño que el viento mece
con su balada en otoño.




Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento
y a veces viento.

 Te podría contar
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.



 


  
Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.

Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.

Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.

Club de Lectura diciembre 2018

La lectura del mes de diciembre será "El jugador" de Fiódor Dostoyevski y la puesta en común será el martes 18 de diciembre a las 18:00 h. en la Biblioteca Pública Manuel Altolaguirre.
 

El sonámbulo de Verdún. Eva Díaz Pérez

Esta novela nos recuerda la I Guerra Mundial vista desde la mira de tres personajes. El primero, Jaroslav Smoljak, es un joven que trabaja con su padre haciendo marionetas,  vive  en Praga, tiene una gran imaginación para inventar historias y personajes, se toma la ciudad como si fuera un tablero de juego y va haciéndose un plano con las calles y los pasadizos secretos que va encontrando. Es reclutado por el ejército austrohúngaro y enviado a la guerra. En el transcurso de la guerra, deserta del bando en el que lucha, pues abomina de las formas del imperio austrohúngaro, y se pasa al ejército enemigo y lucha en la batalla de Verdún.
 
El segundo personaje, Klaus Werger, es un periodista, habitante de Viena, que trabaja en el Archivo de Guerra, tiene la facultad de recordar historias ocurridas a otras personas. Se dedica a escribir crónicas de la guerra en las que exalta la labor de los soldados austrohúngaros,  a los que la mayoría de las veces  convierte en héroes; alaba la planificación estratégica de los generales, que hacen que su ejército avance de forma victoriosa contra el enemigo; y hace subir el ánimo de la población; aunque para ello tenga que manipular los datos reales que recibe desde el frente de batalla. Llega un momento que esto le hace arrepentirse de lo que hace y decide acudir al frente de batalla para elaborar informes desde allí. Unos serán informes para el poder, manipulados, y en otro cuaderno secreto irá escribiendo los datos reales.
 
El tercer personaje, Fritz Wolf, es un artista, vive en Viena, pero ya a principios del nuevo siglo. Pretende mostrar en el Museo Mumok de Viena objetos y documentos relacionados con la guerra en la que participan los dos anteriores. Para ello recorre los lugares de los enfrentamientos: trincheras, bosques, pueblos, ciudades; para ir recopilando todo tipo de materiales. También obtiene materiales (postales) en otras partes del mundo.
 
En un principio son tres personajes que no tienen relación entre ellos, ni la descubrirán a lo largo del relato, solo lo sabrá el lector, de mano del narrador, a medida que progrese en la lectura.
 
Finalizando el libro aparecerá un cuarto personaje. Una adolescente que descubre escritos, datos y objetos de la vida del primero de los personajes, al llegar a vivir a su antigua casa, entrando en el juego que mantenía este con la ciudad de Praga.
 
La historia comienza cuando, en el año 1916 en una trinchera en la batalla de Verdún, una bala se dirige a la cabeza del primero de nuestros personajes y no sabremos el desenlace hasta el final del libro.
 
Es una historia que avanza y retrocede continuamente, en cada una de las historias que se van entrelazando. La escritora nos habla de la importancia del azar en nuestras vidas, como se van entrelazando unas con otras a través de finos hilos que en este caso sólo el narrador sabe y los va descubriendo al lector. "El azar determina nuestra vida o nuestra muerte con sus crueles caprichos". Al igual que ocurre en alguna novela de Isaac Rosa, el narrador omnisciente, se dirige al lector, le da posibilidades de selección de distintas redacciones.

La autora sigue haciendo mención a los olores, a la mezcla de realidad, ficción y sueños que confunde a los personajes. 

Aparecen referencias a bastantes escritores que, como nos dice al final, les han servido como fuente de documentación para la novela.

Hay referencias a la II Guerra Mundial, a la dictadura soviética, con la persecución, espionaje y acoso a los disidentes, y a la Guerra Civil española con la mención a la participación de las Brigadas Internacionales.

La obra señala los horrores de la guerra y sus consecuencias.
 
Para ver un resumen de la obra y fotografías podéis acceder al siguiente enlace:
 

El Club de la Memoria. Eva Díaz Pérez

El martes 27 de noviembre se reunió el club de lectura para comentar el libro "El Club de la Memoria" de la autora Eva Díaz Pérez.
 
Una fotografía antigua hallada de forma azarosa por una restauradora de la Filmoteca Nacional es el arranque de esta novela que nos habla de algunas personas que habían participado en las Misiones Pedagógicas que había instaurado la República y que, excepto uno, acabaron en el exilio tras la Guerra Civil.
La fotografía recoge a un grupo de amigos, 5 hombres y dos mujeres, que realizan diversos cometidos dentro de las denominadas “Misiones Pedagógicas” que se llevaron a cabo al inicio de la República (otoño de 1932) en algunos pueblos pequeños alejados de los focos culturales que se desarrollaban en las ciudades.
En este grupo en concreto hay diversas profesiones: maestra, actriz, pintor, músico, fotógrafo, director de cine.
La restauradora, que lleva el hilo narrativo de la obra y es la única que aparece sin nombre en la novela, al sentirse atraída por esa foto, empieza una investigación utilizando como base las memorias escritas por uno de los personajes que había permanecido en España y no había partido al exilio. Se van componiendo piezas de un puzle con los personajes fotografiados, que habían “firmado una especie de pacto” en el que cada uno se comprometía a escribir una memoria personal sobre su vida.
Los huidos al exilio acaban en un campo de concentración en Francia y desde ahí, con el inicio de la II Guerra Mundial en Europa, van corriendo diversa suerte: unos luchan en la resistencia en Francia, otros acaban en campos de concentración nazis, algunos mueren y otros acaban en México. Es en realidad un reflejo del todo el exilio español.
Los relatos referidos a la Historia, en general, varían según quien lo cuente, y eso ocurre con la memoria que sirve de base, que escribe el componente del grupo que había permanecido en España y que va dando pie a todas las demás. Él mismo nos dice que su historia no sabe si es cierta o no. Con el transcurrir de la narración lo iremos comprobando.
La segunda de las memorias es un diario que escribe una componente femenina del grupo mientras está escondida en un refugio en París, huyendo de los ocupantes alemanes. La redacción de este diario, una guía de la ciudad de París y algún libro, le ayudan a sobrellevar el aislamiento y el miedo. En su narración vemos como se confunden la realidad con los sueños. Esta confusión es algo que también les ocurre a otros personajes y que aparece en otras novelas.
Otra de las memorias se desarrolla a través de la correspondencia mantenida entre dos miembros del grupo, que finaliza cuando uno de ellos descubre la traición que el otro ha llevado a cabo y entonces esta se interrumpe.
Cualquier soporte vale para comunicar lo vivido, incluso las anotaciones en un pentagrama. Es el músico. Su sufrimiento es mayor pues al exilio hay que unirle el paso por un campo de concentración que termina por sumirlo en una gran depresión.
También la pintura vale para expresar lo que se siente, incluso cuando el estar lejos de su país le hace desaparecer colores de su tabla, precisamente los que sirven para representar el color de la tierra, de su tierra.
No hay nada peor para hablar de memoria que encontrarse con el que la ha perdido. El personaje que deja constancia de lo ocurrido mediante las imágenes, el fotógrafo, al que dan por muerto varias veces, y que acaba perdiendo la memoria. No se sabe si eso es una tragedia o una salvación.
La desmemoria también puede ser una forma de aliviar el sufrimiento y puede ser sobrevenida e incluso provocada. La autora emplea el verbo “desmemoriarse”.
El último personaje es Val del Omar, el único personaje de la novela que existió en la realidad. Es director de cine e inventor de diversas técnicas y aparatos para tratar la imagen. Había rodado varias películas que compusieron el “Tríptico Elemental de España”. También había grabado varias cintas durante las salidas realizadas con las “Misiones Pedagógicas” a los pueblos, de las que se desconocía su paradero. La restauradora, que había realizado su tesis doctoral sobre este personaje, recibe un impacto al ver, en las memorias que está leyendo, referencias al director y a ciertas cintas que pueden estar en París. Suficiente para seguir investigando sobre los personajes de la foto, con sus memorias y documentos anexos.
La investigadora inicia un periplo por los lugares que han habitado los personajes del grupo de amigos de las Misiones, va encontrado la variedad de memorias y finalizará en México, cerrando el círculo que inició en su laboratorio con una fotografía antigua.
Puede considerarse una obra coral, aunque la restauradora es el hilo conductor de la novela. Esta tampoco escapa de retratarse con su “memoria”, una más que añadir a las conocidas y que descubriremos al final del relato. Así se ha convertido en un personaje más. Un personaje que se libera al dar rienda suelta a la historia que tenía oculta en la memoria desde su infancia.
Este personaje podría representar a la propia autora en su papel de investigadora para desarrollar la trama de la novela.
Es una obra que nos habla de destierro, desarraigo, nostalgia, exilio. Cada exiliado vive sin reconocimiento de nadie y cada uno con su locura y su pérdida de identidad (“Nadie sigue siendo la misma persona después de una guerra”). Y aunque el exilio es colectivo (el grupo de los perdedores), está formado por tragedias individuales. En este es un reducido grupo de amigos que se comprometen a escribir las memorias de sus vidas, que acaban repartidos por el mundo, y cada uno la realiza en distinto formato y en primera persona, lo que le da riqueza a la narración.
La autora menciona muchas palabras y adjetivos relativos a los olores.
También aparecen muchas referencias a diversos escritores.
En el binomio de memoria-desmemoria utiliza en la narración el recurso de mezclar la realidad con los sueños creando a los personajes, y al mismo lector, una confusión de no saber qué es lo real y qué lo imaginado o soñado.
Hay referencias a la II Guerra Mundial, como por ejemplo, los campos de exterminio nazis.
Utiliza la figura de El Greco, con la confección de una copia de su cuadro “El expolio de Cristo” en el que cambiaron algunas figuras del cuadro por las caras de los componentes del grupo.
También aparecen referencias musicales, quizás teniendo en cuenta que uno de los personajes era músico.
Las referencias históricas y culturales dan veracidad a la obra.
 
 
La próxima reunión la tendremos el martes 18 de diciembre. Comentaremos el libro "El jugador" de Fiódor Dostoyevski.

martes, 13 de noviembre de 2018

Recital de poesía

Ángel Arenas ha programado un recital de sus poesías para el próximo día 30 de noviembre en el Restaurante Plaza, acompañado de un picoteo y unas copas de vino. Los interesados deberéis hacer reserva pues el aforo es limitado.
 
Este es el cartel anunciador.
 


domingo, 11 de noviembre de 2018

Semana Flamenca. Lunes 12

Siguen las actividades de la Semana Flamenca y el lunes 12 tenemos "Poesía y Flamenco" dedicado a las Mujeres poeta de la generación del 27, en la que participará la Asociación "Las voces de los libros", que tan buena labor desarrollan en multitud de actos a lo largo del año. Estarán acompañadas por la guitarra de Francisco Cortés y el cante de Filo de los Patios, de Madrid.
 
Seguro que nos harán pasar una buena noche a la vez que reivindican a las mujeres que los libros de historia y literatura han ido olvidando a lo largo de los años.

MUJERES POETA de la Generación del 27

En esta edición de la Semana Flamenca hemos querido que en el espacio de poesía sean protagonistas las mujeres poetas de la Generación del 27, tan injustamente olvidadas durante años, incluso por nosotros.

En aquellos años se codearon con todos sus compañeros de generación, publicando, creando, reivindicando los derechos de la mujer y no sólo el voto e, incluso, cuando llegó la ocasión, algunas de ellas luchando en defensa de la República o compar-tiendo el exilio durante años.

Las palabras de Concha Espina,, en el año 1931, explican así aque-lla situación: “Mujer... criatura muchos siglos detenida junto al galope del tiempo, obligada a la multiplicación de las gentes, sola y triste en el erial de su ignorancia. Amanece para ella. Un nuevo estado social rompe esa última esclavitud y coloca a la mujer frente a sí misma.”

No me sirve el apoyo de tu hombro, tú caminas despacio. Quédate con lo cierto y déjame volar en la amplitud. Para tí las planicies, yo quiero arquitecturas. Y alzaré los sistemas hasta hallar un nuevo panorama. (María Cegarra, 1935)

 Mientras la hormiga trabaja
 canta la cigarra loca;
 yo me voy con la que canta.

El día que se casaron
 al quedar por siempre unidos
 sus almas se divorciaron.

(Casilda de Antón del Olmet, 1929)

  ¡¡Se han vestido
 de fiesta
 hoy las gentes
 y llevan roto
 el corazón !!

(Dolores Cantarineu, 1936)

Semana Flamenca

El sábado comenzaron las actividades de la VII Semana Flamenca programadas por la Peña La Repompa de Benalmádena. Este primer acto consistió en la celebración de la X  Cuchara Flamenca en el Museo-Centro Taurino.
 
Tras el suculento y reconstituyente menú tradicional andaluz, asistimos a la actuación de los artistas flamencos: Jesús Jiménez al cante y Luis El Salao a la guitarra.
 
Como viene siendo habitual en ellos, ambos se entregaron en su trabajo y nos fueron llenando la tarde con sus sonantas jondas y sentidas. Soleá, alegría, seguiriya, fandangos, tanguillos,...
 
Con un salón lleno se fueron degustando esos cantes de sabor antiguo que tan bien sabe entonar este cantaor y con el buen acompañamiento del guitarrista.
 
Con Jesús, recordábamos sus inicios jóvenes en los concursos de cante aficionado que organizaba el Liceo de Benalmádena, y cuyo ganador era incluido dentro del Festival Flamenco junto a las figuras profesionales. Nos traía a la memoria que el año que él ganó cantó junto a figuras de prestigio reconocido como Fosforito, Camarón, Pansequito,... y así hasta un total de 12. ¡Qué tiempos aquellos!
 
Es de agradecer la labor que desarrolla esta Peña en la difusión del arte flamenco, y sobre todo el trabajo que lleva a cabo en los centros educativos, para que este arte no se pierda y alcance la valoración que merece por parte de la sociedad.
 
Gracias a los artistas y a los organizadores por la buena tarde que nos hicieron pasar a todos los asistentes.
 
Buen inicio para una semana de actos tan variada.