El Club de Lectura "Ben-al-Arte" se reunió el martes 5 de abril para comentar la obra de Haruki Murakami, "Tokio blues". Aquí podéis leer parte de los comentarios vertidos en la reunión.
La obra es una novela sobre
la juventud.
Cuando el protagonista
está a punto de desembarcar de un vuelo en el aeropuerto de Hamburgo, oye por
megafonía los acordes de una canción (la que da título a la obra original y
aquí aparece en el subtítulo), que le hace recordar hechos de su vida ocurridos
veinte años antes en Japón.
La historia arranca cuando
nuestro protagonista estudia en el instituto junto a sus únicos amigos, Kizuki
y Naoko, que forman pareja desde la infancia.
Al cumplir diecisiete
años, Kizuki, sin ninguna razón aparente, se suicida.
Años después, al llegar a
la universidad, en la ciudad de Tokio, Watanabe y Naoko vuelven a encontrarse.
Él vive en una residencia y ella en un pequeño apartamento, pero pasean cada
vez con mayor frecuencia, terminan viéndose todos los domingos, hasta que van
profundizando en una amistad que acaba en un enamoramiento extraño.
Naoko es una joven guapa,
poco habladora, porque tiene dificultades para expresarse, y con profundos
desequilibrios psicológicos. Cuando cumple 20 años, lo celebran en su
apartamento con tarta, vino y música. Ella se comporta de manera extraña, habla
mucho y elude nombrar a Kizuki, y al final irrumpe con un llanto desaforado,
Watanabe la consuela, terminan haciendo el amor y descubre, con sorpresa, que
ella es virgen. A partir de ese momento, Naoko desaparece y él empieza a
pasarlo mal.
Pasado un tiempo, tras su
segunda carta, ella le responde que deja la universidad e ingresará en un
sanatorio en el que le tratarán su estado nervioso.
Tras el verano, en un
restaurante, se le acerca una estudiante, Midori, que comparte alguna
asignatura con él, con la excusa de pedirle unos apuntes.
Midori es totalmente
distinta a Naoko. Es extrovertida, fuerte, trabajadora, con ganas de vivir,
curiosa, capaz de enfrentarse a los problemas, suele hablar bastante de sexo,…
Cada vez se irán
encontrando con más frecuencia y profundizando en su amistad.
Él seguirá carteándose con
Naoko, que cree sentirse mejor, hasta el punto que lo invita a visitarla.
En la primera visita al
sanatorio, conocerá a Reiko, acompañante de Naoko y con la que comparte
vivienda. Una mujer que entró como paciente y ahora, tras algunos años
internada, ejerce como profesora de música y la ayuda a comprender sus
conflictos emocionales.
En esa visita, nuestro
protagonista conocerá algunos detalles desconocidos de la vida anterior de
Naoko, así como lo que piensa sobre él. Esos detalles pueden ayudar a explicar
su débil estado emocional. También conoce los motivos por los que su cuidadora
entró en el centro y por qué ahora se resiste a abandonarlo. A partir de ese
momento se convierte en su amigo y la utiliza como enlace con su enamorada.
Watanabe sigue
comunicándose con Naoko a través de las cartas y viéndose con Midori, que, después
de la muerte de su padre, ha roto relaciones con su novio y se siente cada vez
más atraída por él, aunque él se muestra impasible pues se siente comprometido
con Naoko. Pero en la última visita, al ofrecimiento que este le hace de poder
vivir juntos, ella no se muestra animada e incluso la vuelve a ver más callada.
Al abandonar la residencia
y establecerse en una pequeña casita con jardín, las circunstancias hacen que
no reciba correspondencia, ni llamadas, de ninguna de las dos jóvenes. Ahora se
siente totalmente sólo.
A partir de ese momento
las comunicaciones con la residencia son con Reiko que será quien lo tenga
informado de las evoluciones de Naoko.
Con Midori las relaciones
son de ida y vuelta, tan pronto están juntos y cada vez más íntimos, como de
pronto cortan la comunicación y parecen separarse definitivamente.
El protagonista se mueve
alrededor de dudas, no se atreve a elegir entre las dos jóvenes, con una se
siente unido sentimentalmente por su relación antigua, con la otra se siente
bien, le gusta, pero no se atreve a dar el paso definitivo.
Los acontecimientos lo
desbordarán. Tras varios días en blanco, lo que tiene claro, después de
reflexionar, es que no quiere acabar como su amigo Kizuki.
Recibirá noticias inquietantes
por parte de Reiko, también su visita, al decidir abandonar la residencia e intentar integrarse
a la sociedad. Su actitud también lo dejarán bastante sorprendido.
Con Midori entra en un
compás de espera durante el cual él tendrá que tomar una decisión definitiva.
Además de estos personajes
cercanos, el protagonista también se relaciona con otros a lo largo de la
novela: Tropa-de-Asalto, nombre con el que denomina a su compañero de
habitación en la residencia durante el primer curso, estudiante de geografía, y
que le inculcó la manía de la limpieza; Nagasawa, estudiante de Derecho, dos
años mayor, inteligente, con gran poder de liderazgo, seductor, que le hace
conocer el sexo fácil pero con en el que no acaba de confiar por el trato
despectivo que utiliza hacia las mujeres; Hatsumi, novia del anterior, joven
que sufre su maltrato y su arrogancia, pues se define enamorada y su
pensamiento es conservador; Sr. Kobayashi, padre de Midori, hospitalizado por
un tumor cerebral, que mientras lo cuida le dice unas enigmáticas palabras que
no sabe interpretar; Ito, estudiante de pintura al que conoce en la pizzería en
la que trabajan, amante y buen conocedor de Mozart, que también mantiene unas
extrañas relaciones con su novia.
El espacio geográfico en
el que se ambienta la novela es Japón, y principalmente Tokio.
Está escrita en tiempo
pasado, hechos ocurridos a finales de los años 60, pero se mueve entre sucesos
del pasado y a veces se adelanta mencionando hechos futuros, con el fin de crear
intriga y mantener al lector enganchado a la trama.
A lo largo de toda la
novela se hace referencia a música de distintas épocas, de distintos
intérpretes y de variados estilos. Algunas de las canciones son interpretadas
por los personajes. Murakami es un amante de la música. Trabajó como vendedor
en una tienda de discos y, siguiendo su amor por la música occidental, abrió un
bar de jazz, el Peter Cat (El Gato Pedro), que dirigió, durante siete años, junto
con su esposa.
Se hace mención a la
literatura. Aparecen “El gran Gatsby”
de F. Scott Fitzgerald, “El Centauro”
de John Updike (los dos libros favoritos del protagonista), “La montaña mágica” de Thomas Mann (que
guarda parecido con algunos hechos de la novela), “Bajo las ruedas” de Hermann Hesse y también aparece “El guardián entre el centeno” de
Salinger. Menciona a Truman Capote y Raymond Chandle . Hay que recordar que él
fue traductor de algunos de ellos.
En la novela aparecen
temas cotidianos, algunos de forma profunda y que marcan la actuación de los
personajes: el suicidio, la enfermedad mental, el sexo, la amistad, la lealtad,
la familia, las relaciones humanas, la pérdida, la muerte, la tristeza y la
soledad. También nos habla del amor, ya que la trama principal gira entorno a
la relación entre el protagonista y su amor por dos chicas: Naoko y Midori. Alrededor
vemos otros temas relacionados con la vida de otros adolescentes, generalmente
estudiantes, con sus problemáticas y sus
conflictos, como por ejemplo, las protestas universitarias.
El suicidio es un tema
complicado en Japón (su tasa de suicidios es alta. Es preocupante que casi un
60% de los suicidios son de escolares y jóvenes de menos de 20 años).
El protagonista sabe
escuchar, tiene una gran capacidad para comprender a las personas, habla poco y
cuando lo hace revela cosas realmente importantes, claves para entenderlo tanto
a él como al resto de los personajes. Es prudente, resignado, solitario y a
veces confuso; posee una extraña madurez y serenidad no muy propia de su edad,
de ahí que algunos personajes le digan que habla de forma rara. En algunas de
sus características coinciden con aspectos del propio escritor.
En cuanto al resto de los
personajes, cada uno tiene una vida definida, sus propios problemas, sus características
físicas y psicológicas. A todos podemos considerarlos raros, “atípicos”, o como
dice uno de los personajes, “imperfectos”.
También podemos valorar
que la novela trata de la relación de Watanabe con las mujeres. Naoko podría simbolizar
para él la pérdida de un ser querido, Reiko es su maestra, que le ayuda a
comprender su conflictos emocionales, y Midori es la alocada joven que le
recuerda lo bonito que es la vida.
El sexo es uno de los
temas principales de la novela visto como la pérdida de la inocencia, el duelo
por esa pérdida y la búsqueda de placer. Pero no aparece el sexo como la
culminación del amor. Vemos como el protagonista lo consigue a través de su
amigo Nagasawa, que era un seductor; y de las mujeres con las que se relacionó,
Naoko y Midori, porque querían complacerlo por ser tan buena persona.
La narración posee una
evocadora melancolía y un tono nostálgico que tiñe toda la novela de una
tristeza existencial.
El título en castellano, Tokio
blues, podría ser por las semejanzas entre este tipo de música y las
características de la novela. Una historia triste escrita con un ritmo
entrecortado como el blues. Un relato más de sensaciones que de acciones.
La próxima reunión del Club de Lectura se llevará a cabo el martes 10 de mayo para comentar la obra Hombres buenos de Arturo Pérez-Reverte.