viernes, 29 de abril de 2022

Juan Diego in memoriam

Ayer falleció Juan Diego, un actor, de teatro y cine, comprometido con la profesión pero a la vez comprometido con la sociedad en la que vivió. Sirva como homenaje estas palabras recogidas de un artículo más extenso publicado en El País por su compañero de profesión Juan Diego Botto.

Juan Diego no era solo un actor, era un pilar sobre el que se sostenían la credibilidad, la modernidad y la dignidad de nuestro oficio y, si me apuran, de una parte importante de nuestro país. Es conocida la frase de Bertolt Brecht sobre los imprescindibles: hay personas que luchan un día y son buenas; hay otras que luchan un año y son mejores, pero están los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.

Juan era, sin duda, imprescindible.

martes, 26 de abril de 2022

El proceso. Franz Kafka

Novela inconclusa del autor, escrita alrededor del año 1914 y publicada después de su muerte, en 1925, por Max Brod.
El protagonista es Josef K., un empleado de banca que es sorprendido, aún en su cama, una mañana, por dos agentes que le comunican que está detenido. Después acude un inspector que le ratifica el arresto pero no le da más información. El inicio del  proceso no le supone que no pueda ir a trabajar y seguir con su vida normal.
El protagonista entra en una verdadera pesadilla y en un estado de angustia al sentir que sobre él ha caído el peso de la culpa, sin saber ni el motivo, ni la actuación concreta que ha podido llevarlo a esa situación. Y hay algo que lo preocupa más y es lo que puedan pensar los que lo rodean al verlo acusado, e intenta justificar, ante ellos, su inocencia.
Un domingo es llamado a declarar a un lugar apartado del centro de la ciudad, sin una dirección clara y sin ninguna información sobre los motivos por los que se le ha abierto el proceso.
El lugar es laberíntico, como empezará a ser todo lo relacionado con el caso.
Cuando encuentra la sala descubre que está abarrotada de gente. Aprovecha para denunciar su detención, la ausencia de motivos para ser juzgado, para declarar su inocencia y, por lo tanto, lo absurdo de su procesamiento, que ve como un falso montaje. Tras lo cual abandona el lugar.
A partir de ahí, empezará a sufrir la tortura de la espera y la falta de datos sobre  el procedimiento que se seguirá contra él.
Empezará a tomar conocimiento de la maquinaria de la justicia, que está rodeada de misterio: la jerarquía de la misma comprende grados infinitos, entre los cuales se pierden los procesados y los mismos abogados; los debates ante los tribunales y las conclusiones permanecen secretos, tanto para los funcionarios, como para los acusados, como para el público en general. Únicamente empieza a saber que cada paso que da lo acerca más a su culpabilidad. 
La aparición de un familiar nos hace ver la importancia social de las apariencias, ya antes vista en las entrevistas realizadas por el protagonista con su casera y su compañera de hospedaje, y en la ocultación que hace del hecho ante los compañeros y conocidos. El protagonista, a pesar de considerarse completamente inocente, se preocupa mucho por su imagen pública. Para defender el honor familiar, su pariente lo pone en contacto con un abogado de su confianza.
El abogado no le garantiza nada acerca de su proceso. Le propone hacer un informe para demostrar su inocencia, con el problema de que no sabe de qué acusación debe defenderle, ni a qué instancia acudir. 
El protagonista va entrando en un mundo lleno de impotencia, en el que se ve rodeado de una inmensa soledad, ante la sociedad y el poder, que se manifiesta como un ente etéreo, al que no puede poner cara. Esta situación lo lleva a un estado de impaciencia, que lo arrastra a tomar decisiones quizás precipitadas o poco razonadas, ante las que mantiene profundas dudas. Hay que tener en cuenta que procede de un trabajo, como la banca, en la que todo está cifrado, cuadriculado, sometido a leyes, acuerdos y medida, y ahora está siendo conducido a caminos enrevesados que lo tienen confundido porque desconoce las reglas del juego, o porque esas reglas no existen; por tanto, no sabe como encausar su defensa, si dejándola en manos de los abogados o hacerlo por sus propios medios.
Incluso busca una salida a través de un pintor humilde y zarrapastroso, que es retratista de jueces del tribunal. Éste tiene un diálogo que contrasta con el del abogado: el abogado le da unas explicaciones farragosas sobre procesos, el papel de los abogados, los funcionarios,..., entrando a menudo en contradicciones o en falsas conclusiones, desembocando en un discurso mareante y nada efectivo; el discurso del pintor es más comprensible, le presenta tres posibilidades: la absolución real, la absolución aparente y el aplazamiento ilimitado. Pero no hay nadie que pueda determinar la absolución real, sólo el Tribunal Supremo, al que nadie tiene acceso, ni siquiera los abogados.
El protagonista saca como conclusión que el proceso puede ser infinito, que sólo podrá obtener plazos que lo alejarán cada vez más de su destino final, que una vez que la máquina de la justicia se ha puesto en marcha, para el acusado no hay inocencia posible, todos los procesados son culpables.
Al final el protagonista se ve abocado a una drástica solución que acepta de forma resignada, pues la ve como la única manera posible de terminar con una existencia angustiosa.
El fondo de la novela es sobre el tema de la culpa y el castigo. El ser humano nace ya provisto de una culpa, sin que se necesite explicarlo, en la cultura cristiana es el pecado original, y esto hace que se vaya introduciendo en nuestra mente, de manera silenciosa, la justificación de la idea del castigo.
El protagonista, sin saber de qué se le acusa, con el paso del tiempo se va justificando que es en cierta forma "culpable" de algo y, por tanto, deberá ser en cualquier momento castigado.
También se puede ver en la obra una crítica a la burocratización de la justicia, mostrándola incomprensible y absurda.
Todo el ambiente de la novela es agobiante, oscuro y opresivo, las instalaciones judiciales laberínticas, los edificios caóticos, la catedral prácticamente oscura, el aire sofocante e irrespirable, en consonancia con el estado de ánimo de los personajes en general y del protagonista en particular.
En las obras de Kafka hay un gran sentido de la angustia, provocada por el infinito, el desconocimiento y la postergación. Sus personajes nunca llegan a nada, porque no saben nada y tampoco saben a dónde ir. Cuentan sus biógrafos que cuando Kafka leía fragmentos de sus relatos a sus amigos, la reunión terminaba entre risas. La risa como vía de escape del absurdo. Estas situaciones absurdas fruto de la imaginación del autor han dado lugar, sin pretenderlo, a nombrar a muchas de nuestras actuaciones como "kafkianas". 

lunes, 18 de abril de 2022

Día del Libro 2022

El día 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y la Junta de Andalucía ha elegido como autora del año a Cecilia Böhl de Faber, que firmaba sus libros con el seudónimo de Fernán Caballero, con cuya imagen se compone el cartel conmemorativo.

El manifiesto, titulado "Enciende una luz", lo firma Amelina Correa Ramón, catedrática en la Universidad de Granada y miembro de la Academia de Buenas Letras de dicha ciudad. En su obra literaria encontramos, por un lado, y como especialista en literatura española contemporánea, trabajos de recuperación del patrimonio literario andaluz de finales del siglo XIX y comienzos del XX, para los que desarrolla tareas de investigación que en ocasiones resultan casi detectivescas y que han quedado formalmente reflejadas en sus libros.

Para más información sobre dicha celebración y otras actividades 

https://www.juntadeandalucia.es/cultura/caletras/


viernes, 8 de abril de 2022

Magallanes. Stefan Zweig

La obra, que fue publicada originalmente en el año 1938, podemos clasificarla como una  biografía novelada, mezclada con características de crónica periodística, que tiene como protagonista a Magallanes y su gesta de dar la vuelta al mundo.
El autor, camino de Brasil y Argentina, en agosto de 1936, en un viaje transatlántico desde Europa, rodeado de todas las comodidades, se desespera por la tardanza en llegar. Nos cuenta que siente vergüenza al pensar, en ese momento, lo que tuvieron que sufrir los viajeros de pequeños barcos de pescadores cuando se echan a la mar sin saber a donde llegarán, cuánto tardarán, cuantos llegarán y cuántos volverán. Entonces queda fascinado con la vida en el mar que tuvieron que sufrir los primeros descubridores. En la misma biblioteca del barco empieza a leer una biografía que encuentra de Fernando Magallanes y dio comienzo al relato que acabó en esta obra.
Todos los viajes que dieron lugar a los descubrimientos de nuevos territorios, se iniciaron con el objetivo de buscar rutas para transportar especias al continente, las llamadas "Rutas de las especias" que tan bien describe el autor.
Los gobernantes portugueses hicieron una buena labor en mejorar las condiciones de los barcos que surcaban las aguas del Atlántico. Así llegan a doblar el Cabo de Buena Esperanza y preparan la llegada a las Indias. Portugal pasa de ser el pequeño país de Europa a ser una hegemonía marítima que le hace disponer de inmensos territorios imposibles de administrar durante mucho tiempo. En el siglo XV se convierte en la primera nación europea.
En Portugal, sin embargo, no aceptan las peticiones de Colón, haciendo que este se dirija a España. Su proyecto era buscar nuevas rutas pero hacia occidente. 
Teniendo intereses encontrados, tiene que intervenir el Papa para evitar un conflicto entre ambos países. Este marca una línea en el mapa del mundo para separar los intereses de cada país en sus futuros descubrimientos. Línea que después Portugal estirará algo más para quedarse con Brasil.
Portugal se va haciendo con todo el poder en aquellas zonas que va conquistando, a veces con gran sufrimiento y pérdidas. Y ahí empieza a aparecer, de forma callada pero fiel a sus mandos y amigos, el personaje de Magallanes. Es una persona humilde, que pasa desapercibido pero cuando tiene que actuar lo hace con valor, ante los problemas rechaza privilegios y une su futuro al de sus hombres, así se gana su respeto, e irá ascendiendo en la escala de mando.
En sus continuas conquistas, Portugal derrota al islam y empieza a controlar el comercio de las especias, pero su objetivo es quedarse con las islas productoras. Magallanes vuelve a Portugal pero sigue en contacto con su amigo Serráo que, aunque termina quedándose a vivir en una de las islas, sigue informándolo de cuanto sucede, además de proponiéndole aventuras de futuro.
En Portugal, Magallanes no es oído por el rey Manuel, llegando incluso a ser acusado injustamente y despreciado. Es un hombre apocado, no tiene don de gentes, pero hace una última petición al rey para que aproveche sus dotes marineras o lo libere para trabajar con otro país. Sintiéndose despreciado de nuevo, empieza a trabajar con Ruy Fareiro, teórico en la confección de mapas y rutas.
Siguiendo los consejos de Serráo, y empleando algunos informes inciertos, empiezan a preparar una ruta que dé la vuelta al mundo siguiendo el camino abierto por Colón hacia occidente.
Con ese proyecto llegan a España a convencer al rey. Son muchas las peripecias que sufre, rechazos, presiones, sobornos, boda arreglada, enfrentamiento con su socio,..., pero al final consigue que le preparen una flota con cinco barcos, 265 hombres y provisiones para un viaje que puede durar incluso años.
Ante una tarea tan compleja, Magallanes lo supervisa todo hasta el último detalle, incluso la cantidad y variedad de objetos que portan para el intercambio con los indios.
Junto a esos hombres, que buscan un sitio en el cielo o en el infierno, está incluido providencialmente Antonio Pigafetta, un joven italiano encargado de una función accesoria, pero a la postre de vital importancia, pues será quien dé cuenta escrita de cuanto acontezca, pues un hecho histórico se valora cuando es transmitido al provenir.
Antes de partir, Magallanes hace testamento y podemos observar el peso de la Iglesia.
El viaje está marcado por la adversidad desde el principio, Además de los manejos de las autoridades portuguesas para que la misión fracase, van ocurriendo diversos episodios que van haciendo cada vez más dificultoso el viaje: elección de ruta equivocada, momentos de rebeldía, sublevación, dilaciones, abandonos, inclemencias del tiempo, pero. sobre todo, lo peor es el desconocimiento de la ubicación exacta del estrecho que buscan. Cuando llega el invierno austral, se valora si lo mejor sea renunciar a la tarea emprendida, Pero para Magallanes no hay marcha atrás posible, la obstinación es su única fuerza y a ella se confía, “porque Magallanes fue toda su vida uno de esos  hombres que no son notados. No sabía hacerse valer ni querer. Pero en cuanto se le proponía una tarea, y mejor si se la proponía él mismo, este  hombre oscuro que queda en último término actúa con prudencia y un valor generosos que admiran”. 
Una vez descubierto el estrecho que comunican los dos grandes océanos vienen las peores penurias, a la deserción de la mayor nave se une la carencia absoluta de víveres, por lo que el número de efectivos empieza a diezmar y los que quedan lo hacen en ínfimas condiciones de supervivencia.
Llegan a unas islas habitadas, son conscientes que han dado la vuelta a la tierra y empiezan a reponer fuerzas preparando el regreso.
Cuando Magallanes se siente feliz por la tarea realizada a pesar de las adversidades, muere de la manera más absurda.
Los indígenas empiezan a valorar que los españoles son vulnerables. Estos tiene que salir huyendo después de haber perdido a sus capitanes en un acto de venganza. De esta forma llega a capitanear una de las dos naves, Juan Elcano.
Llegan a las islas de las especias de la que sale sólo la nave capitaneada por Elcano, una vez cargada hasta los topes, con cuarenta y siete hombres, rumbo a España, añadiendo a las dificultades de la navegación la persecución de las autoridades lusas. 
El final del viaje vuelve a ser agónico por el hambre y las condiciones de la nave, que a duras penas llega el 7 de septiembre de 1522 a Sevilla, con 18 hombres a bordo. La última orden de Elcano es dar unas salvas de artillería. Son los primeros hombres en dar la vuelta al mundo.
Tras el oportuno protocolo, civil y religioso, el recuento de las ganancias ocultan o ensombrecen el recuento de las pérdidas de vidas humanas. A estas hay que añadir otras: el dietario de Magallanes y los escritos de Pigafetta. Aunque este posteriormente escribió un libro en el que daba cuenta de lo ocurrido, en el que no nombra a Elcano.
Al final los méritos del viaje se le adjudican a Elcano, ya que el destino se lo negó a Magallanes. Como nos recuerda sabiamente Zweig, “los muertos no tienen razón”.
El autor nos presenta a un personaje al que todas las luchas que tuvo que mantener forjaron su carácter: control, templanza, sabiduría; unidos a la fe inquebrantable en una idea, un proyecto, a pesar de las continuas trabas y obstáculos que tuvo que sortear para llevarla a cabo: autorizaciones, financiación, reclutamiento de la tripulación, lucha de nacionalismos, traiciones,...
Zweig remata su magnífica obra con unas elogiosas palabras sobre el cruel destino que privó al artífice de la gran gesta de la navegación de que se cumpliese una sola de sus voluntades, con la triste paradoja además del nulo papel que ha correspondido al estrecho de Magallanes en las rutas comerciales contemporáneas, 
Acaba su obra con estas palabras: "Pero, en la Historia nunca la utilidad práctica determina el valor moral de una conquista. Sólo enriquece a la Humanidad quien acrecienta el saber en lo que le rodea y eleva su capacidad creadora. En este sentido, la hazaña de Magallanes supera a todas las de su tiempo y significa para nosotros una gloria singular en medio de sus glorias: la de no haber inmolado, como ocurre la mayor parte de las veces, la vida de miles y centenares de miles por su idea, sino solamente la propia vida".

jueves, 7 de abril de 2022

Encuentro con autora. Rosa Montero

La Biblioteca Pública Municipal de Arroyo de la Miel ha programado, dentro del mes dedicado al Libro, un encuentro con la autora Rosa Montero.

La cita es el miércoles 19 de abril a las 19:00 horas. Aquí os dejo el cartel anunciador

Hombres buenos. Arturo Pérez-Reverte

El Club de Lectura "Ben-al-Arte" ha programado para el próximo mes de mayo la lectura de "Hombres buenos", de Arturo Pérez-Reverte.

Aquí tenéis el cartel anunciador.

Club de Lectura. Abril 2022

El Club de Lectura "Ben-al-Arte" se reunió el martes 5 de abril para comentar la obra de Haruki Murakami, "Tokio blues". Aquí podéis leer parte de los comentarios vertidos en la reunión.

La obra es una novela sobre la juventud.

Cuando el protagonista está a punto de desembarcar de un vuelo en el aeropuerto de Hamburgo, oye por megafonía los acordes de una canción (la que da título a la obra original y aquí aparece en el subtítulo), que le hace recordar hechos de su vida ocurridos veinte años antes en Japón.

La historia arranca cuando nuestro protagonista estudia en el instituto junto a sus únicos amigos, Kizuki y Naoko, que forman pareja desde la infancia.

Al cumplir diecisiete años, Kizuki, sin ninguna razón aparente, se suicida.

Años después, al llegar a la universidad, en la ciudad de Tokio, Watanabe y Naoko vuelven a encontrarse. Él vive en una residencia y ella en un pequeño apartamento, pero pasean cada vez con mayor frecuencia, terminan viéndose todos los domingos, hasta que van profundizando en una amistad que acaba en un enamoramiento extraño.

Naoko es una joven guapa, poco habladora, porque tiene dificultades para expresarse, y con profundos desequilibrios psicológicos. Cuando cumple 20 años, lo celebran en su apartamento con tarta, vino y música. Ella se comporta de manera extraña, habla mucho y elude nombrar a Kizuki, y al final irrumpe con un llanto desaforado, Watanabe la consuela, terminan haciendo el amor y descubre, con sorpresa, que ella es virgen. A partir de ese momento, Naoko desaparece y él empieza a pasarlo mal.

Pasado un tiempo, tras su segunda carta, ella le responde que deja la universidad e ingresará en un sanatorio en el que le tratarán su estado nervioso.

Tras el verano, en un restaurante, se le acerca una estudiante, Midori, que comparte alguna asignatura con él, con la excusa de pedirle unos apuntes.

Midori es totalmente distinta a Naoko. Es extrovertida, fuerte, trabajadora, con ganas de vivir, curiosa, capaz de enfrentarse a los problemas, suele hablar bastante de sexo,…

Cada vez se irán encontrando con más frecuencia y profundizando en su amistad.

Él seguirá carteándose con Naoko, que cree sentirse mejor, hasta el punto que lo invita a visitarla.

En la primera visita al sanatorio, conocerá a Reiko, acompañante de Naoko y con la que comparte vivienda. Una mujer que entró como paciente y ahora, tras algunos años internada, ejerce como profesora de música y la ayuda a comprender sus conflictos emocionales.

En esa visita, nuestro protagonista conocerá algunos detalles desconocidos de la vida anterior de Naoko, así como lo que piensa sobre él. Esos detalles pueden ayudar a explicar su débil estado emocional. También conoce los motivos por los que su cuidadora entró en el centro y por qué ahora se resiste a abandonarlo. A partir de ese momento se convierte en su amigo y la utiliza como enlace con su enamorada.

Watanabe sigue comunicándose con Naoko a través de las cartas y viéndose con Midori, que, después de la muerte de su padre, ha roto relaciones con su novio y se siente cada vez más atraída por él, aunque él se muestra impasible pues se siente comprometido con Naoko. Pero en la última visita, al ofrecimiento que este le hace de poder vivir juntos, ella no se muestra animada e incluso la vuelve a ver más callada.

Al abandonar la residencia y establecerse en una pequeña casita con jardín, las circunstancias hacen que no reciba correspondencia, ni llamadas, de ninguna de las dos jóvenes. Ahora se siente totalmente sólo.

A partir de ese momento las comunicaciones con la residencia son con Reiko que será quien lo tenga informado de las evoluciones de Naoko.

Con Midori las relaciones son de ida y vuelta, tan pronto están juntos y cada vez más íntimos, como de pronto cortan la comunicación y parecen separarse definitivamente.

El protagonista se mueve alrededor de dudas, no se atreve a elegir entre las dos jóvenes, con una se siente unido sentimentalmente por su relación antigua, con la otra se siente bien, le gusta, pero no se atreve a dar el paso definitivo.

Los acontecimientos lo desbordarán. Tras varios días en blanco, lo que tiene claro, después de reflexionar, es que no quiere acabar como su amigo Kizuki.

Recibirá noticias inquietantes por parte de Reiko, también su visita, al decidir  abandonar la residencia e intentar integrarse a la sociedad. Su actitud también lo dejarán bastante sorprendido.

Con Midori entra en un compás de espera durante el cual él tendrá que tomar una decisión definitiva.

Además de estos personajes cercanos, el protagonista también se relaciona con otros a lo largo de la novela: Tropa-de-Asalto, nombre con el que denomina a su compañero de habitación en la residencia durante el primer curso, estudiante de geografía, y que le inculcó la manía de la limpieza; Nagasawa, estudiante de Derecho, dos años mayor, inteligente, con gran poder de liderazgo, seductor, que le hace conocer el sexo fácil pero con en el que no acaba de confiar por el trato despectivo que utiliza hacia las mujeres; Hatsumi, novia del anterior, joven que sufre su maltrato y su arrogancia, pues se define enamorada y su pensamiento es conservador; Sr. Kobayashi, padre de Midori, hospitalizado por un tumor cerebral, que mientras lo cuida le dice unas enigmáticas palabras que no sabe interpretar; Ito, estudiante de pintura al que conoce en la pizzería en la que trabajan, amante y buen conocedor de Mozart, que también mantiene unas extrañas relaciones con su novia.

El espacio geográfico en el que se ambienta la novela es Japón, y principalmente Tokio.

Está escrita en tiempo pasado, hechos ocurridos a finales de los años 60, pero se mueve entre sucesos del pasado y a veces se adelanta mencionando hechos futuros, con el fin de crear intriga y mantener al lector enganchado a la trama.

A lo largo de toda la novela se hace referencia a música de distintas épocas, de distintos intérpretes y de variados estilos. Algunas de las canciones son interpretadas por los personajes. Murakami es un amante de la música. Trabajó como vendedor en una tienda de discos y, siguiendo su amor por la música occidental, abrió un bar de jazz, el Peter Cat (El Gato Pedro), que dirigió, durante siete años, junto con su esposa.

Se hace mención a la literatura. Aparecen “El gran Gatsby” de F. Scott Fitzgerald, “El Centauro” de John Updike (los dos libros favoritos del protagonista), “La montaña mágica” de Thomas Mann (que guarda parecido con algunos hechos de la novela), “Bajo las ruedas” de Hermann Hesse y también aparece “El guardián entre el centeno” de Salinger. Menciona a Truman Capote y Raymond Chandle . Hay que recordar que él fue traductor de algunos de ellos.

En la novela aparecen temas cotidianos, algunos de forma profunda y que marcan la actuación de los personajes: el suicidio, la enfermedad mental, el sexo, la amistad, la lealtad, la familia, las relaciones humanas, la pérdida, la muerte, la tristeza y la soledad. También nos habla del amor, ya que la trama principal gira entorno a la relación entre el protagonista y su amor por dos chicas: Naoko y Midori. Alrededor vemos otros temas relacionados con la vida de otros adolescentes, generalmente estudiantes, con sus problemáticas y sus conflictos, como por ejemplo, las protestas universitarias.

El suicidio es un tema complicado en Japón (su tasa de suicidios es alta. Es preocupante que casi un 60% de los suicidios son de escolares y jóvenes de menos de 20 años).

El protagonista sabe escuchar, tiene una gran capacidad para comprender a las personas, habla poco y cuando lo hace revela cosas realmente importantes, claves para entenderlo tanto a él como al resto de los personajes. Es prudente, resignado, solitario y a veces confuso; posee una extraña madurez y serenidad no muy propia de su edad, de ahí que algunos personajes le digan que habla de forma rara. En algunas de sus características coinciden con aspectos del propio escritor.

En cuanto al resto de los personajes, cada uno tiene una vida definida, sus propios problemas, sus características físicas y psicológicas. A todos podemos considerarlos raros, “atípicos”, o como dice uno de los personajes, “imperfectos”.

También podemos valorar que la novela trata de la relación de Watanabe con las mujeres. Naoko podría simbolizar para él la pérdida de un ser querido, Reiko es su maestra, que le ayuda a comprender su conflictos emocionales, y Midori es la alocada joven que le recuerda lo bonito que es la vida.

El sexo es uno de los temas principales de la novela visto como la pérdida de la inocencia, el duelo por esa pérdida y la búsqueda de placer. Pero no aparece el sexo como la culminación del amor. Vemos como el protagonista lo consigue a través de su amigo Nagasawa, que era un seductor; y de las mujeres con las que se relacionó, Naoko y Midori, porque querían complacerlo por ser tan buena persona.

La narración posee una evocadora melancolía y un tono nostálgico que tiñe toda la novela de una tristeza existencial.

El título en castellano, Tokio blues, podría ser por las semejanzas entre este tipo de música y las características de la novela. Una historia triste escrita con un ritmo entrecortado como el blues. Un relato más de sensaciones que de acciones.

La próxima reunión del Club de Lectura se llevará a cabo el martes 10 de mayo para comentar la obra Hombres buenos de Arturo Pérez-Reverte.