martes, 26 de julio de 2022

Una historia ridícula. Luis Landero

 La novela ha sido publicada en el año 2022.

El protagonista de la misma, y a la vez narrador, es Marcial, Marcial Pérez Armel.
La historia nos la cuenta el protagonista animado por el doctor Gómez, al que sólo conocemos por las referencias que de él hace el narrador.
Marcial es un personaje bastante peculiar. No tiene estudios, su formación es autodidacta, algo de lo que se siente orgulloso. Tiene un alto concepto de sí mismo, pero a la vez vive lleno de dudas y resentimientos, de lo que podemos deducir baja autoestima, miedo a "hacer el ridículo", estar sujeto a la valoración de "los otros". De ahí saca uno de sus variados lemas: "Estar a la altura de las circunstancias", que compagina con el consejo que, según él,  le dio su padre antes de morir: "No des que hablar".
Su formación la forja en libros de consulta donde conoce bastantes curiosidades, anécdotas y rarezas, que utiliza para atraer la atención de las personas que se reúnen en grupo. De aquí sacamos otro de sus pensamientos: "prefiero saber poco de mucho que mucho de muy poco”.
En la actualidad trabaja en un matadero en el que ha progresado desde matarife hasta llegar a ser jefe de planta.
Nos va a ir dejando reflexiones "filosóficas" sobre sus pensamientos, de forma disgregada, como si estuviera continuamente divagando, siendo consciente de ello y conminándose a centrarse en la historia que quiere contarnos; mezclando a veces diálogos que supuestamente mantiene con el doctor Gómez e incluso con los lectores.
En esas reflexiones, nos mostrará sus conceptos, forjados desde la niñez, sobre la ofensa, el odio, el perdón, los agravios, las ofensas, las disculpas y los duelos como reparación, el placer, el olvido, la envidia, la hipocresía, el amor, las apariencias,... 
Marcial no cree en Dios desde pequeño, pero cree poseer una fuerza interior sobrenatural, que sólo aparece de vez en cuando y que utiliza contra aquellos de los que recibe algún daño, burla o agravio.
Nos ilustra con algunos ejemplos sobre el odio, llegando a pensar que se establece  una necesidad de la persona odiada, creyendo fielmente en el binomio amor-odio.
Nos muestra también algunos ejemplos de su odio a primera vista: la mesonera, el presidente de su comunidad, la tía y la doncella de Pepita,...
Se define como un hombre que practica la exactitud, el rigor, la responsabilidad, el compromiso, es decir, un hombre serio, por eso, es muy dado a resaltar frases o ideas y para ello utiliza varias expresiones, como: "Yo no hablo nunca en vano", o "Repito, yo sé de lo que hablo", o solamente "Repito", volviendo a decirnos lo mismo, para dejarlo afianzado, aportando cierto grado humorístico al no ser contenidos de gran enjundia.
Después tenemos al otro personaje de peso de la novela, Pepita (como él la llama, aunque después descubrirá otros nombres con los que la nombran sus allegados), Pepita Núñez de Ayala, de la que quedó prendado a primera vista en una cata en la que coincidieron.
Pepita pertenece a una clase superior, media-alta, su padre es magistrado, su madre licenciada en Literatura, su tía licenciada en Lenguas Clásicas, su hermano estudiará Medicina o Veterinaria, ella licenciada en Arte, aunque lo que le gusta es pintar y dibujar.
Nos encontramos a primera vista con un amor imposible, dadas las palpables diferencias culturales-sociales entre los amantes. Pero Marcial enmascarará su currículum presumiendo de las cualidades que le aportan su formación autodidacta, de su originales ideas filosóficas, de su deslumbrante oratoria y su riqueza léxica; y se presentará como escritor y filósofo, con el fin de poder asistir a las tertulias que periódicamente se organizan en la vivienda familiar.
En un intercambio de trabajos, conoceremos un cuento que escribió en su etapa escolar, Mi pequeña fauna, totalmente absurdo, que nos recuerda algo a Kafka, y que ella elogia. Será su carta de presentación el día que acuda a la tertulia.
Su enamoramiento cambiará totalmente su vida, se siente romántico, trastocará todas sus relaciones anteriores, incluso sus manías, perderá la serenidad del alma, la confianza en el futuro, se le apagará la llama de la inteligencia y se anulará el instinto del sentido común. Todo se convierte en incertidumbre, miedo, oscuridad y obstinación. Le surgen dudas de si estará a la altura de ella. Y con su orgullo herido se pone como meta acudir a la tertulia en casa de Pepita,  darse a conocer, exponer sus firmes ideas, dar lectura a su cuento, al que ha dado algunos retoques, y  mostrarse dispuesto a competir con los otros pretendientes.
Cuando llega ese momento, y es invitado a la tertulia, vuelven a aflorar todos sus temores, las dudas, el sentimiento de honor y de pérdida, el sentido del ridículo,...
Marcial llegará al final de la historia que quería contarnos, a su manera, desde el principio, después de perderse por infinidad de vericuetos, regresando y fijándose en detalles nimios, volviendo a tomar el hilo y disgregándose entre sus reflexiones y sus manías, pero dándola al fin por cerrada en la visita a casa de Pepita.
El autor, extremeño, deja el sello de su origen en varios personajes de esa tierra y con la mención a algunos productos típicos de su gastronomía.
El autor ha creado un personaje simple, con una gran imaginación, que lo lleva incluso a creerse poseedor de poderes mágicos, que con sus reflexiones sobre diversas ideas que arrancan en las humillaciones sufridas en su infancia, y alimentadas posteriormente por el rencor y el odio, nos conducen generalmente al absurdo, pero al expresarlas con esa solemnidad, un buen léxico y una buena sintaxis, nos lleva a situaciones humorísticas, dando sentido al título de la obra.
Una buena obra para disfrutar su lectura.

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