viernes, 17 de junio de 2022

Club de Lectura. Junio 2022

El Club de Lectura "Ben-al-Arte" se reunió el martes 14 de junio para comentar la obra de Eduardo Mendoza, "El enredo de la bolsa y la vida" y poner fin a la tercera temporada del Club. 
Aquí podéis leer parte de los comentarios aportados por los participantes en la reunión.

La obra es una novela que, con estructura de novela negra o policíaca, nos cuenta una historia donde predominan los personajes y las situaciones absurdas, aderezada con bastante sentido del humor, pero donde no deja de aparecer el reflejo de la sociedad de la época y la crítica social. 

El personaje protagonista es un detective que no tiene nombre, ni es detective, en realidad es peluquero de señoras, pero debido a la crisis se ha quedado sin clientela, y forzado por las circunstancias y algunos personajes cercanos, sin él quererlo, se ve envuelto en una trama en la que, por intentar encontrar a un antiguo compañero del sanatorio mental, llega a crearse un conflicto internacional. Este compañero, Rómulo el Guapo, ahora desaparecido de forma repentina y sospechosa, hace poco le había propuesto un negocio turbio y él rechazó su participación. Esto hace que se sienta en deuda con él al relacionar ambos hechos.

Una vez decidido a investigar la desaparición de su ex-compañero empieza a reclutar colaboradores de lo más estrafalario:

Quesito, hija de madre soltera, 13 años, amiga del desaparecido, y quien le facilita la información de este hecho al peluquero. Al poseer móvil, es utilizada de enlace en las comunicaciones con otros personajes que irán apareciendo en la historia.

Pollo Morgan, antiguo timador ya retirado, ahora ejerce de estatua viviente en Las Ramblas. Su misión es vigilar e informar.

Kiwijuli Kakawa (llamado Juli), africano albino, también estatua viviente y vigilante.

La Moski, procedente de un país del este, de las juventudes estalinistas, exiliada tras la caída del muro de Berlín, toca el acordeón por los chiringuitos, canta muy mal. Su misión es seguir a algún sospechoso/a.

Esta subcontrata a Mahnelik, repartidor de pizzas, para poder utilizarlo con su moto en los seguimientos.

Con este equipo empieza sus labores de investigación para encontrar al desaparecido.

La trama empieza a enredarse cuando aparece una subinspectora de policía, Victoria Arrozales (Malaspulgas), y pregunta por un terrorista, Alí Aarón Pilila, del que nada saben viéndolo en una foto que les enseña.

Existe otro personaje que visita asiduamente a la mujer de Rómulo, Lavinia Torrada. Es el swami Pashmarote Pancha, con un Peugeot rojo, que regenta un centro de yoga. Empieza a ser vigilado también. El encargado de la vigilancia descubre que el swami que ve en el centro, por las noches, no es el mismo que el propietario del coche.

Tras tanta vigilancia solo obtienen que Rómulo, vivo o muerto, no aparece.

El protagonista habla con Lavinia, que lo pone al corriente de su relación con su marido y con el swami, que consiste en trabajar para él haciendo de vidente. Cree que Rómulo ha vuelto a delinquir influido por la madre de Quesitos, y, como es tan malo y siempre lo atrapan, ha huido del país para no entrar en prisión.

El  propietario del bazar chino, ubicado frente a su establecimiento de peluquería, le hace una propuesta bastante ventajosa por dicho local. El abuelo chino le da una disertación sobre educación y sobre la oferta que le ha hecho su hijo.

Con la oferta y viendo que la investigación no tiene futuro, les comunica a sus colaboradores que abandona y que cuando mejore su situación económica les pagará lo que les adeuda. Pero estos reaccionan afirmando que su espíritu de artistas les impide abandonar la investigación sin concluirla y averiguar qué ha sido de Rómulo.

Deciden entonces desplazarse al centro de yoga y tratar de descubrir quién es el “otro swami”. Encuentran al swami conocido en el suelo y medio asfixiado. Cuando van a salir llega el otro swami, pero consiguen escapar. Ya a salvo, el swami le cuenta al protagonista que ha descubierto que en el local está viviendo alguien en los momentos en que está desocupado. Creen que puede ser el terrorista.

El papel con el que casi se asfixia se lo tragó él mismo porque de él se podía deducir que el terrorista planeaba un atentado a una alta personalidad política europea que estará de visita en la ciudad.

Deciden no avisar a la policía y seguir ellos con la investigación. Sólo tienen un día.

El detective idea un plan en el que mete a su hermana, Cándida, una prostituta poco agraciada, después de convencerla.

Recibe de nuevo la visita de la subinspectora y, aunque está a punto de contarle todo lo que sabe, al final, no lo hace.

Reunidos todos en el restaurante, les explica el plan y a cada uno su misión para el día siguiente. Ya en su casa, mientras intenta dormir, sólo lo asaltan dudas.

Ya en el aeropuerto, al día siguiente, llevan a cabo un secuestro y un intercambio de persona aprovechando un tumulto.

Se produce un atentado en el balcón del Ayuntamiento. Sólo hay heridos.

Van al hospital para volver a deshacer el intercambio de personas que habían realizado en el aeropuerto. Reciben la ayuda de la subinspectora, a la que ponen al día de los hechos, y todo se aclara.

Cuando el protagonista visita la casa de Quesitos se llevará algunas sorpresas y algunas aclaraciones.

Al final la peluquería acabará convirtiéndose en un restaurante chino.

Cada personaje de esta historia tomará un rumbo distinto, con disparidad de suertes.

En esta novela los personajes son imposibles, las situaciones son absurdas, totalmente irreales, pero puestos a imaginar podemos llegar a verlas como reales.

Las reflexiones que realiza el abuelo chino, Siaru, no tienen desperdicio.

Algunas de las acciones que realiza Rómulo son del más puro estilo del absurdo, como el asalto al banco, con la oferta de la vajilla, el asalto al asador de pollos o el intento de secuestro de la plantilla del FC Barcelona.

El autor maneja la más pura ironía cuando se refiere a la burocracia, el papeleo, los informes, hacienda,…, cuando el protagonista visita al swami en su local haciéndose pasar por representante de un organismo oficial también de nombre absurdo. 


Tras la reunión se compartió un refrigerio en el Restaurante Plaza de Benalmádena y se disfrutó de un pequeño concierto a cargo del grupo SELMA, compuesto por la dulce voz de Nunia y la guitarra de Salva Méndez, que nos trajo a la memoria muchos recuerdos evocados por canciones como: “Te recuerdo Amanda” de Victor Jara, “Hallelujah” de Leonard Cohen, “Dear Mr. President” de Pink, “Sólo le pido a Dios” de varios autores,...


Broche de oro en una noche cálida en la temperatura y en el ambiente musical de la canción con compromiso, que viene a cerrar una temporada que nos ha abierto el camino de la esperanza para seguir en la senda de disfrutar de los pequeños momentos en torno a los libros, la lectura de un poema, la música, una merienda, la compañía de otros,… Feliz verano.

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