La novela
tiene como protagonista a Amparo, una muchacha de extracción humilde, hija de
un barquillero, al que ayuda en esa labor, y de una tabaquera que ahora yace en
la cama tullida, sin poder moverse. Amparo empezará a trabajar en la fábrica de
tabaco por recomendación de un militar y su padre ha de buscar a un muchacho
aldeano, servicial pero tosco y bruto en las formas, para que le ayude en la
labor.
A través de
la protagonista entraremos en el
complicado mundo del trabajo cuando los sueldos apenas dan para malvivir,
conoceremos los movimientos que se producen en esa época alrededor de la
política, y se nos mostrará las relaciones sociales en una sociedad en la que impera
una estricta separación de clases.
A raíz de la
Revolución de septiembre de 1868 (La Gloriosa), Amparo se convierte, sin ella
pretenderlo, en una líder entre las compañeras de trabajo, partidaria del
movimiento republicano y defensora de la igualdad entre clases, que junto a su
facilidad de palabra, con una oratoria apasionada, la lleva a ser denominada
“la Tribuna del pueblo”. De ahí el título de la novela.
El contenido
de la novela podemos dividirlo en tres partes: una introducción de varios
capítulos en los que la autora nos presenta a los personajes principales, su
aspecto, su familia, la clase a la que pertenece, su ocupación, el entorno
social en el que se mueve, su ideas,…
A
continuación vendría la parte más extensa que recoge la trama, que tiene a
Amparo como protagonista, y en la que se nos presentan varios conflictos: el
trabajo desarrollado por las cigarreras y las acciones rebeldes llevadas a cabo
por motivos laborales, en el enfrentamiento entre ellas y los administradores
de la empresa al no recibir sus sueldos; otro es el enfrentamiento político que,
aunque abarca todo el territorio nacional, aquí vemos sus consecuencias
particulares; y por último, uno amoroso y moral en el que se ven envueltos
varios personajes y en el que podemos prever lo inevitable del desenlace.
Para
finalizar, los últimos capítulos nos ofrecen las conclusiones, dejando un sabor
agridulce: por un lado un sabor amargo por las consecuencias que ya el lector
entrevió al ir en consonancia con las normas sociales imperantes en esa
sociedad poco dada a la evolución y al cambio; pero por otro, deja un atisbo de
esperanza con la nueva vida venida al mundo en el mismo momento que España
cambia de régimen político.
A lo largo de la obra van
apareciendo variadas ideas enfrentadas, por ejemplo: el sistema de vida que nos
ofrece el instinto natural frente a las normas sociales impuestas por una clase
social (la relación entre Amparo y Baltasar); las distintas formas de pensar y
actuar entre miembros familiares de distintas generaciones (Amparo y sus
padres, o Lola con su madre); personajes de distintas ideologías políticas (Amparo
con los republicanos federalistas frente a las fuerzas conservadoras, compuestas
por los ricos de la ciudad, miembros del ejército y la Iglesia); la experiencia
profesional de las cigarreras más viejas, que dan preponderancia a la calidad
del producto final, en contraposición con las trabajadoras más jóvenes, que dan
más valor a la productividad, a la ganancia rápida, a la rentabilidad; la
solidaridad de la clase popular cuando llegan los problemas frente al
individualismo burgués, representado por la familia Sobrado.
Los personajes son
presentados con grandes detalles. Los principales son: Amparo, que se considera
la protagonista, es un alma libre, independiente y ajena a todas las miserias
de su casa. Sus progenitores: su padre, un barquillero de naturaleza triste; su
madre una antigua cigarrera, encamada, protestona y lenguaraz. La desidia constante
de una madre, más pendiente de su bienestar que el de su familia, convierte el
hogar en un caos. A Amparo le gusta vagar con total libertad por la ciudad, sin
detenerse en el tiempo y observando todo lo que ocurre a su alrededor, que le
sirve de escuela. Ahí aprende, y tiene que renunciar a ello cuando empieza a trabajar
en la Fábrica de Tabacos. Para ella ese edificio es como una cárcel que le hace
aflorar un gran sentimiento de desesperanza, hasta que encuentra un nuevo
aliciente en su faceta “política”.
Baltasar pertenece a una
familia adinerada. Es militar. Posee un carácter calculador y algo avaricioso,
heredado de su madre. Sería la antítesis de Amparo al pertenecer a clases
sociales antagónicas. Se deja influenciar por la madre y, aunque muestra unas
convicciones ante Amparo, en la práctica realiza las contrarias, sin salirse
del canon social asignado a la clase a la que pertenece. La autora refleja
perfectamente las características de un hombre joven y rico de la época. Su
familia es de clase alta, burguesa, las características las refleja sobre todo
su madre, avara, ostentosa, impregnada de un clasismo cerril y egoísta, que la
lleva a menospreciar a los pobres y humildes.
Jacinto, apodado Chinto,
un mozo de aldea, de aspecto tosco, que llega a Marineda y se instala como
criado para todo en casa de la protagonista a la que ha venido a sustituir en
la ayuda a su padre. Se enamora de esta, siendo rechazado en todo momento. El muchacho
sufre el desprecio de todos, echa de menos su aldea, se consuela viendo el
trabajo de un amolador y el mar. Procura estar siempre cerca de Amparo.
Después tenemos el grupo
de la buena sociedad marinedina: practicantes religiosos, eternos paseantes que
aprovechan las mañanas de los domingos para mostrar sus mejores galas, como si estuvieran
en un desfile de moda; militares de graduación, que siempre buscan la compañía
de las señoritas con las que diseñar su futuro, pero sin dejar de moverse entre
el pueblo llano para conseguir otros beneficios carnales, mediante engaños, algo
impensable con las jóvenes de su entorno social.
Y el grupo de vecinas y
compañeras de trabajo: chismosas, bebedoras, recatadas, trabajadoras, con
responsabilidades familiares complicadas, con aspiraciones religiosas,
solidarias, con aspiraciones políticas pero sin que decaiga su fervor religioso
aunque se critique a los miembros de la Iglesia y a otras religiones.
La acción se desarrolla en
Marineda. Es el nombre con el que la autora se refiere en algunas de sus obras
a la ciudad de La Coruña, pues vivió en ella su infancia, juventud y primera
madurez. Además en esta ciudad existió una fábrica de tabaco, similar a la que
aparece en la obra. En esta ciudad
mediana existe una gran diferencia entre ricos y pobres incluso a la hora de vivir, los ricos
lo hacen en el Barrio de Arriba, la ciudad vieja; los pobres, en el Barrio de
Abajo, los alrededores del cementerio.
La duración de la historia
puede abarcar alrededor de ocho años, tomando como referencia la revolución de
septiembre de 1868 y la proclamación de la I República en febrero de 1873.
Estamos en una época preindustrial, aún el trabajo es primordialmente manual,
no hay aún separación estricta entre horario de trabajo y vida social, pues en
el trabajo también existen relaciones sociales, se convive con las compañeras,
se conocen los problemas familiares, se participa en las fiestas (como los
carnavales), se pone en práctica la solidaridad ante los problemas concretos
que surgen, se charla,…
Pardo Bazán lleva a cabo
una reflexión analítica amarga y pesimista sobre las posibilidades de
desarrollo de una sociedad sin educación, próxima al analfabetismo, sin apenas
progreso material y con grandes diferencias sociales entre los favorecidos
(comerciantes y militares) y la inmensa mayoría (masa proletaria, o empleados
de oficios humildes: cigarreras, peluqueros, barquilleros, parteras,...),
sometida a duras condiciones de vida, rayano en la miseria. Esta mayoría, con una gran ingenuidad debido
a su condición, ansía, con una fe ciega e ilusión, la llegada de un cambio de
régimen que les traiga libertad, justicia y cambios sociales.
La autora nos señala
algunas costumbres arraigadas en el pueblo en algunas celebraciones, como por
ejemplo, la fiesta de los carnavales y la celebración
del Día de la Candelaria, con sus ritos y sus significados.
La forma de distribución
de la obra, con capítulos numerados y con un título que nos orienta a lo que va
a tratar, nos recuerda a los folletines publicados por entregas, tan comunes en
la época.
Para escribir la obra, la
autora asistió durante dos meses de manera diaria y continuada a la fábrica de
tabaco para vivir de primera mano el ambiente reinante en el trabajo y conocer el
pensamiento y opiniones de las trabajadoras.
La autora hace un homenaje
a la mujer, en su doble tarea de madre y trabajadora, que lucha por sacar
adelante a su familia con un duro trabajo, sin ningún reconocimiento, ni
laboral, ni de la propia sociedad, con la unión entre ellas, aun teniendo
algunas diferencias. Plantea la reivindicación de la mujer en sus derechos
laborales e independencia económica, participación activa en la vida política
de la ciudad y la lucha por sus derechos. Y nos presenta a una protagonista
inteligente e independiente, sin estudios, pero que sabe leer y defenderse sin
ayuda de nadie, aunque finalmente caiga en el engaño a través de unas bonitas
palabras y tenga que asumir las consecuencias en solitario.
Está considerada la
primera novela en España sobre el mundo obrero y la primera con características
del Naturalismo: determinismo (venimos condicionados por nuestro origen),
conductas influenciadas por la herencia biológica y las circunstancias
históricas, importancia del medio ambiente, detallismo en las descripciones, reflejo
de la realidad de forma objetiva, aunque esta refleje miseria, incultura, malas
condiciones sanitarias o suciedad,…, que hace que el ambiente se llene de un
aire pesimista. Aunque la autora le da una gran importancia a la educación
porque puede hacer que el individuo varíe su herencia biológica y supere las
condiciones y trabas sociales.