miércoles, 28 de abril de 2021

El jardín de los frailes. Manuel Azaña

Obra editada entre septiembre de 1921 y junio de 1922 por entregas, y publicada definitivamente completa en el año 1927. Manuel Azaña ganó el Premio Nacional de Literatura en el año 1926.
En esta novela nos narra las vivencias de un joven adolescente en un colegio religioso, de la orden de los agustinos, de El Escorial, donde el propio Azaña estudió hasta 1898, por lo que podemos colegir que recoge bastantes notas autobiográficas.
La obra se la dedica a su cuñado, Cipriano de Rivas Cherif.
La novela nos presenta una contraposición entre el mundo vital de los adolescentes  (esa edad en la que el mundo que los rodea empieza a dejarles huella a través de descubrimientos y lecturas) y el espíritu represivo y coartador de la educación ofrecida por los frailes, que provocaban en los alumnos el sentimiento de culpa y pecado. Al final, salen como ganadores los primeros.
Azaña denuncia la formación intelectual que reciben, pues los frailes ocultaban o manipulaban la información, en casi todas las asignaturas, no colmando, o empobreciendo, la ambición intelectual de que hacían gala la mayoría de estudiantes,  dejándolos en la ignorancia. Además la instrucción académica tenía un exceso de formalismo y tecnicismo, alejada completamente del desarrollo y los intereses de la vida real. Por ejemplo, la Historia que se impartía estaba anclada en el pasado (no se podía encontrar marco mejor que un colegio enclavado en El Escorial, monumento unido a la época imperial de Felipe II), determinando el contenido de las enseñanzas la influencia religiosa, viviendo del pasado glorioso sin encarar el futuro. Los valores que se inculcaban eran de carácter ultraconservador y ponían el énfasis en el españolismo más rancio, era una historia hecha de mitos patrióticos, pareciendo además que son los personajes históricos los que cumplieron el papel que tenían asignado y no que fueran ellos los que en realidad hicieron esa Historia.
La mayoría de asignaturas, en lugar de ampliar el temario, los frailes se dedicaban a resumir los contenidos y privaban a los alumnos no sólo del jugo de la materia, sino incluso de la lectura de los textos. Y no digamos del fomento de la lectura, totalmente inexistente, a pesar de contar el centro con tres bibliotecas de diversa y variada temática.
En Literatura, se centraban en tratar los autores del Siglo de Oro, criticando a otros escritores más modernos, o tachándolos directamente de impíos.
También nos refiere Azaña algunos apuntes a hechos positivos, como por ejemplo: se aprendía a refutar a escritores, filósofos, científicos,..., contrarios a la doctrina de la Iglesia, y por tanto denostados. No se despreciaba la sabiduría, sino sus límites, impuestos con más torpeza que eficacia. De ahí surge la intelectualidad progresista.
No podemos valorar esta novela como una obra anticlerical, o una reprobación a la orden agustina (al protagonista le cae peor un jesuita que visita el centro para dar algunas lecciones: «Niñez intacta, que una tarde se marchitó oyendo predicar a un jesuita»), porque los frailes no forman un grupo homogéneo y la mayoría de las veces la critica se realiza a nombres concretos, acudiendo para ello con frecuencia al humor o incluso la ironía, narrando multitud de anécdotas, en algunas de ellas incluso son los alumnos veteranos los que maltrataban a los frailes con su actitud. Es más una reprobación pedagógica. Su visión de los religiosos es globalmente negativa al no creerlos preparados para dedicarse a la enseñanza, pues utilizan un sistema pedagógico rígido, confesional, católico, que crea en los alumnos una conciencia culpable y en el que no tiene cabida la curiosidad intelectual.
Azaña, tras reflexionar sobre la idea de España y los españoles, llegó a la conclusión de que era imprescindible limitar el poder de la Iglesia para afrontar la necesaria regeneración de España para llegar a ser un verdadero estado moderno.
A partir de la indagación en las claves culturales del país, el autor hace un ejercicio de introspección sobre su vida, su pensamiento, su formación, y, partiendo del pasado, programar una tarea cultural posterior de largo alcance que cambie la vida cultural del país.
La obra también tiene un componente costumbrita, pues nos presenta las diferentes fiestas insertadas en el calendario escolar junto a los periodos vacacionales o jornadas típicas de centros religiosos: San Blas, santo de la gente de campo; Santa Mónica, con el toro embolado, hasta su prohibición; Carnaval, con su teatro tan peculiar que hacía aumentar el interés de los estudiantes por lo oculto o tergiversado; el recogimiento en Semana Santa, con la ironía de la autoflagelación de un estudiante; la época de ejercicios espirituales,...
Nos comenta el autor cómo es Alcalá de Henares, su pueblo de nacimiento, sus barrios, sus gentes y sus oficios, sus trabajos, sus fiestas, sus santos,...
En el colegio entra un muchacho aterrorizado y sale un joven maduro y reflexivo, con una formación intelectual. Vemos la evolución de un adolescente que pasa de lo religioso a lo incrédulo a través de una enseñanza clerical, como mantiene la amistad con algún fraile, aunque este aproveche su visita, años después, para criticar a la Institución Libre de Enseñanza; cómo mantiene la amistad con algún compañero, aunque son pocas las amistades que perduran entre los estudiantes, pues las que se hacen en el colegio eran por el azar o por la necesidad de protegerse. Y lo demás son recuerdos: de los profesores, de infaustos sucesos u otros que dejaron amistosa huella, de algunos compañeros, de algún fallecimiento,...
El título hace mención al lugar del convento en el que se reunían los estudiantes cuando no acudían a clase y se solazaban tomando el sol o charlando de manera distendida, más cordial y amistosa, con algunos de los frailes.
La novela tiene un alto nivel intelectual, estilo austero y barroco, con una muy alta riqueza léxica, lo que hace que aparezcan dificultades a la hora de seguir la lectura, haciendo que no se tenga una total comprensión de lo leído.
A pesar de ser una novela realista, en algunos momentos adquiere tintes poéticos (líricos), sobre todo cuando el personaje principal (autor) se refugia en la naturaleza y nos la describe.
Gran descubrimiento de un escritor más conocido como político, pero bastante desconocido por su obra literaria.

viernes, 23 de abril de 2021

Premio Cervantes. Francisco Brines

El Premio Cervantes 2020 fue otorgado al poeta valenciano Francisco Brines. Hoy Día del Libro estaba prevista su entrega en Alcalá de Henares, pero no ha podido recogerlo debido a su avanzada edad, su delicado estado de salud y la prevención recomendable por la pandemia de coronavirus, pero hasta la masía familiar en la que vive se desplazarán los Reyes próximamente para entregarle personalmente el galardón.

Aquí dejo uno de sus poemas. Sirva como homenaje y reconocimiento.

Cuando yo aún soy la vida

La vida me rodea, como en aquellos años
ya perdidos, con el mismo esplendor
de un mundo eterno. La rosa cuchillada
de la mar, las derribadas luces
de los huertos, fragor de las palomas
en el aire, la vida en torno a mí,
cuando yo aún soy la vida.
Con el mismo esplendor, y envejecidos ojos,
y un amor fatigado.

¿Cuál será la esperanza? Vivir aún;
y amar, mientras se agota el corazón,
un mundo fiel, aunque perecedero.
Amar el sueño roto de la vida
y, aunque no pudo ser, no maldecir
aquel antiguo engaño de lo eterno.
Y el pecho se consuela, porque sabe
que el mundo pudo ser una bella verdad.

jueves, 22 de abril de 2021

Día Internacional del Libro

Aunque no podamos reunirnos para compartir este día, nos hacemos visibles a través de las fotos, las lecturas, recomendaciones y otras actividades.

¡Feliz Día del Libro! Y no dejéis de leer.





viernes, 16 de abril de 2021

MonstruosaMente. Alfonso Casas

Este cómic fue publicado en el año 2020.
Alfonso Casas (Zaragoza, 1981) estudió Magisterio, más tarde apostó por Bellas Artes y se especializó en ilustración.
Ha trabajado como ilustrador para varias empresas (Vodafone, Reebok, ING…) y es autor de varios libros, entre ellos Amores minúsculos, que ha sido llevado al teatro. También es el ilustrador de No sin mi barba, escrito por Carles Suñé (Lunwerg, 2015).
Muchas veces pensamos que los cómics están escritos básicamente para niños o jóvenes, nada más alejado de la realidad, y podemos comprobarlo en esta obra que tenemos aquí.
El protagonista de esta historia es el propio autor que, llevando a cabo un ejercicio de introspección, se nos dibuja lidiando con sus  monstruos particulares, enseñándonos como han surgido en su vida, como se la condicionan, como lucha contra ellos, como siente que le roban su espacio vital,... 
En un mundo en soledad, como requiere cualquier creador a la hora de ponerse a trabajar, al que se unen los tiempos actuales en los que debido al confinamiento por culpa de la pandemia se nos ha reducido bastante las salidas y las relaciones sociales, nuestra mente no para y hace que nuestra memoria indague y viaje al pasado trayéndonos recuerdos (buenos y también malos), historias vividas, anécdotas,..., pero a la vez llegan los miedos y los "monstruos".
Y de esos monstruos son de los que nos habla el autor, de los que conviven a diario con él, a los que pone cara y cuerpo, a todos esos molestos (aunque a veces entrañables) monstruos interiores con los que el protagonista se enfrenta en sus pequeños dramas cotidianos, y nos regala una historia a ratos luminosa y a ratos oscura, pero siempre dibujada con humor.
El autor nos presenta a cada uno de los monstruos y, como los protagonistas de cualquier novela, les pone imagen, nombre y características propias: Traumas del Pasado, Bolas, Dudas, Momentos Tóxicos, Ansiedad por el Futuro,...
Cuando los lectores nos vamos adentrando en cada uno de los capítulos del cómic, vamos asimilando que algunos de esos monstruos también habitan con nosotros en nuestros domicilios y nos sentimos identificados con el sufrimiento del autor. Es lo que hace atractiva la historia, además de su calidad técnica a la hora de dibujar. Pero el dibujante es indulgente con nosotros y nos enseña que, cuando los miras a la cara, esos monstruos no asustan tanto, son como parte de nuestra familia porque son parte de nosotros. Así nos hace recordar que todos y cada uno de nosotros lidiamos con esos miedos, que no estamos solos pero tampoco estamos locos, que todos convivimos con nuestros monstruos. Siempre somos multitud, aunque pensemos que no hay nadie en casa. Tal vez lo mejor sea tratar de llevarnos lo mejor posible con nuestros monstruos, porque cuando consigues reírte de tus propios monstruos, ya tienes medio camino hecho.

El autor también juega con el título. Monstruosa mente, que escribe con dos tipografías distintas, así podemos utilizar la segunda palabra bien como adverbio y la pronunciaríamos como una sola palabra, Monstruosamente, haciendo mención que la historia va de monstruos, o como sustantivo, siendo entonces dos palabras, haciendo mención que estos personajes forman parte de nuestra mente, de nuestro interior.

Una obra divertida. pedagógica, reflexiva,..., que nos viene bien en estos momentos que tanto tiempo tenemos para  pensar en nosotros mismos, en nuestro pasado, nuestro presente y ...

jueves, 15 de abril de 2021

Día Internacional del Libro

El próximo día 23 de abril se celebra el día internacional del Libro. El CAL (Centro Andaluz del Libro) lo dedica este año al poeta malagueño Emilio Prados, designado como Autor del Año 2021, en un año en el que la poeta Mariluz Escribano es la Autora Clásica Andaluza. 

El acto central del Día Internacional del Libro se celebrará el viernes 23 de abril en Málaga con un recital biográfico en el que la directora del CAL, Eva Díaz Pérez, repasará la vida y obra de Emilio Prados con la intervención de los actores de la Cía Jóvenes Clásicos, José Carlos Cueva y Paco Inestrosa, que darán vida al poeta malagueño leyendo sus poemas. 

El poeta y director del Centro Cultural de la Generación del 27, José Antonio Mesa Toré, ha elaborado el manifiesto a favor de la lectura ‘Ensíllame a Clavileño’ con el que el Centro Andaluz de las Letras invita a los centros educativos, universidades, bibliotecas e instituciones culturales a fomentar la lectura.

Durante su lectura, Mesa Toré nos anima a hacer las maletas y viajar por el mundo de los libros. El poeta realiza un bello elogio al placer de la lectura recordando a Unamuno, Homero, Cervantes, Caballero Bonald, Pablo García Baena, María Zambrano o a nuestro autor del año, Emilio Prados, entre otras autoras y autores andaluces.

“Pero haced las maletas: vamos a viajar a la Málaga de 1925, cuando dos jóvenes poetas, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre abren una imprenta por la que pasarán, en persona o en libro, Juan Ramón, Federico, Rafael, Luis, Vicente, Jorge, José María y hasta Jacinta, la pelirroja… Una imprenta que tenía forma de barco y olía a papel, a tinta de mar, a madera de Clavileño, a aire donde flota un no sé qué que queda balbuciendo, y de la que zarpó la revista Litoral, añadiendo más belleza aun a la poesía de su generación”, escribe Mesa Toré en el manifiesto.

miércoles, 14 de abril de 2021

Muerte entre poetas. Ángela Vallvey

 


Club de Lectura. Abril 2021

El Club de Lectura Ben-al-Arte tenía prevista su reunión para el martes 13 de abril, para comentar la novela "Ucrania" de Pablo Aranda, pero no pudo celebrarse por la aplicación de la normativa sanitaria. Los lectores aportaron sus comentarios vía correo electrónico. Aquí tenemos el resumen de lo aportado. También nos enviaron algunas fotos que podéis ver al final.

Novela de contenido social, realista y un tanto peculiar. Trata el tema de inmigración de una forma superficial y además no con un carácter reivindicativo sino sólo expositivo.

En la novela aparecen dos historias principales y alguna otra secundaria, sin mayor trascendencia, que complementa a las otras.

Una de las historias recoge las relaciones de tres adolescentes, vecinos de la misma barriada malagueña aunque viven en pisos distintos, que comparten confidencias y anhelos en su trayectoria diaria al instituto al que acuden y que cuando alcanzan la juventud y la época laboral separan sus caminos y convierten la relación cotidiana en un alejamiento y en algunos encuentros esporádicos.

La otra historia tiene como personaje central a Elena, una inmigrante ucraniana que viene a España de la mano de Jorge, uno de los compañeros del grupo anterior, en una relación que al principio es de conveniencia pero que irá evolucionando con el paso del tiempo hacia otros derroteros.

El grupo de amigos está formado por dos varones y una muchacha. Esta es bastante bromista, con su fantasiosa inventiva siempre está comentando escenas imaginarias y divertidas, quizás para disimular su baja autoestima, sus deseos ocultos (está enamorada de Ricardo pero no se atreve a decírselo), sus sueños,…, aunque tiene claro a qué quiere dedicarse en un futuro.

Ricardo es otro de los compañeros, es más serio, con su propio drama familiar, también tiene decidida su dedicación futura, pero tiene continuas dudas sobre su relación con Laura que nunca acaba de despejar.

Jorge es el protagonista, es un muchacho con una familia desestructurada (sin padre conocido, con un hermano que acaba en la cárcel y una madre que no lo acepta y lo único que hace es ver la tele, comer pipas y protestar), es apocado, tímido, acomplejado, bueno, incapaz de mostrar sus sentimientos (está enamorado de Laura pero no se atreve a decírselo), sin muchas expectativas de futuro, un muchacho de barrio muy falto de cariño. El típico chico, según palabras de Aranda: «En las novelas me ocupo de gente que en principio no tienen nada para ser protagonistas de una novela. Ese compañero por el que un día preguntaba un profesor, que si alguien sabía por qué llevaba tres días sin aparecer, y mirábamos hacia atrás y sólo entonces reparábamos en que no estaba».

En la vida de estos adolescentes chocan deseos y sueños con la dura realidad, como le comenta Laura a Ricardo en uno de los encuentros siendo ya adultos: “En la vida pides un té pero te ponen un café, en la vida hay un mar inmenso frente a nosotros, y no sabemos qué nos va a ofrecer ese mar…”.

Ya acabados los estudios, Laura trabajará de enfermera en Inglaterra, Ricardo montará un taller mecánico y Jorge trabajará de mecánico.

Pero un día Jorge conoce por internet a una chica ucraniana. A pesar de las advertencias de sus amigos, la trae a España para casarse con ella, pero no acepta el dinero que ella le ofrece, aunque sabe que lo está utilizando para conseguir los papeles para afincarse en España. Él lo ve desde otro punto de vista, en su afán de superación se ve que ha sido capaz de tomar una decisión, asumiendo todas las consecuencias.

Elena es una ciudadana ucraniana, preparada, con formación universitaria, con un hijo, que desea salir de su país para tener una vida mejor, como parece ser el deseo mayoritario de todos los jóvenes habitantes del país (un país a medio camino de todo, con la tragedia de Chernóbil incluida,…).

Su oportunidad se presenta cuando conoce a Jorge a través de internet y decide venirse a Málaga, en principio sola, pero donde intentará asentarse y encauzar su vida familiar. Su vida en pareja, aunque extraña, la sorprende gratamente, aunque irá conociendo la problemática que aqueja a los inmigrantes, los trabajos a los que son dirigidos (servicio doméstico), las relaciones sociales, la convivencia con otros inmigrantes,…

En las otras historias secundarias, el autor nos presenta, a través del hermano del protagonista, la vida en un taller manual, las personalidades diversas, los objetivos de cada trabajador, los intereses totalmente individualistas, los enfrentamientos empresa-trabajador, la división de clases, la política sindical,…

La novela nos muestra también la búsqueda de la identidad, el mundo de la delincuencia, la deshumanización, la prostitución, la facilidad de matar,…

Si nos centramos en lo que sienten los personajes, debemos referir que todo el componente psicológico es elaborado minuciosamente y con un acierto sublime. La labor no es fruto de un intenso estudio, es una habilidad innata la que posee Pablo Aranda para plasmar con tanta autenticidad las emociones y experiencias de cada uno de los personajes, especialmente los momentos importantes de sus vidas. En cada instante rememorado por los protagonistas consigue desplegar un detalle, una sensibilidad y a su vez una contundencia, que la mera identificación con ellos es una bagatela cuando realmente estamos asistiendo a un calco de momentos vividos por nosotros mismos, es una evocación de nuestra adolescencia; ese amor enquistado con el paso de los años por no haberlo hecho realidad y convertido en amor platónico, aquellas palabras peyorativas que nos dijeron y que calaron en nuestra estima, un beso interpretado equivocadamente, la tensión de una pelea, el desengaño con los amigos, la falta de rumbo en la vida… todas esas experiencias están descritas de una manera casi palpable y nos brinda un panorama del paso a la edad adulta muy certero.

Todo esto, nos permitirá conocer profundamente a los personajes y vivir dentro de la piel de cada uno, porque durante doscientas ochenta y nueve páginas no haremos otra cosa que descubrir sentimientos, miedos y motivaciones gracias a nuestra perspectiva voyerista omnisciente; el escritor nos sienta frente a unos personajes con sus almas totalmente expuestas y nos invita a presenciar cómo sus vidas fluyen en la corriente  vital, tal como han estado haciendo las nuestras todo este tiempo.

Es una novela de perdedores. Una novela psicológica donde los personajes se debaten con sus sueños, sus fantasmas, los viajes interiores y exteriores (a veces de ida y vuelta) buscando algo que dé sentido a sus vidas, pues no las encuentran completas, no gozan de “felicidad”, y después llega la dura realidad.

A lo largo de la historia nos vamos encontrando con diversos temas: amistad, emigración, desarraigo, desestructuración familiar, soledad, delincuencia, amor y desamor.

El autor nos invita a ponernos en el lugar del otro, que seamos conocedores y participes de otras realidades y nos veamos capaces de entenderla.

A lo largo de la novela no aparecen grandes escenarios, lo que se nos muestra es la vida cotidiana en una ciudad, Málaga, aparentemente tranquila en la que no ocurre nada que se salga de lo común y cotidiano, y en esa normalidad se desenvuelven los distintos personajes buscando la posibilidad de cambiar sus vidas, el momento de poder empezar de nuevo y que la vida pueda volver a ser emocionante, que se puedan cumplir sus sueños. No todo está escrito y de cada uno depende el rumbo que puedan tomar en cada momento.


La próxima lectura será la novela "Muerte entre poetas", de Ángeles Vallvey, y la reunión de puesta en común está programada para el martes 11 de mayo.

lunes, 5 de abril de 2021

El orden improbable. Pablo Aranda

Novela publicada en el año 2004.
La protagonista de esta historia es Nuria, una mujer de 40 años. Vive en Madrid, lleva una vida ordenada, tiene pareja y trabaja de manera estable en una joyería de prestigio.
De manera sorpresiva emprende el camino de vuelta a Málaga, su ciudad natal, de donde había salido de manera inesperada y sin comunicárselo a nadie, ni siquiera a su familia, veinte años antes.
Nuria vuelve a la casa familiar. Su padre la recibe con frialdad, no le perdona que se fuera sin decir nada, no tuviera ningún contacto, o mínimo, con la familia durante veinte años y ahora vuelva y quiera que todo siga igual.
El trato con su hermano Rafa es igual de frío, no ha hablado con ella en esos veinte años, le reprocha su huida y haberlo dejado desamparado y teniendo que sufrir las iras de su padre.
Su madre es más comprensiva, no deja de criticarle su comportamiento pero la anima a salir hacia adelante.
Nuria había ordenado su vida en Madrid, pero un problema con su pareja y otro grave en el trabajo la hacen caer en la desolación y la desesperanza. Se ha roto el orden.
Nuria comprende que "nosotros no sólo somos dueños de nuestros actos sino también de los actos ajenos que nos impelen a actuar en una línea que quizá no deseábamos".
Vuelve a una ciudad donde su entorno familiar, social y sus antiguos amigos les son ahora desconocidos. 
Nuria está llena de recovecos, de huecos, de dolores, de miedos, de desengaños, de culpas, de dudas,... Inicia una búsqueda en la que encontrarse y volver a situarse en el mundo. A la vez que el recorrido por su ciudad, inicia otro viaje por su memoria, en la que aparecen recuerdos que van y vienen dando saltos en el tiempo y en los lugares, que hacen oscilar y cambiar su estado de ánimo. La trama se va llenando de vivencias, sensaciones, frustraciones, recuerdos mezclados, casualidades, muchas casualidades (algo frecuente en el autor); y con todo ese material va llenando esos veinte años de ausencias.
Al hacer frente a su entorno hostil, a su pasado, a su memoria, Nuria no se niega al amor, ni a volver a ilusionarse para intentar crear otro orden nuevo, un "orden improbable" en su vida para poder hallar la paz que desemboque en la felicidad que ahora no tiene.
El autor al final busca también mostrarnos un rayo de esperanza para que seamos capaces de mirar con optimismo.
En la novela (como en otras del autor) vuelve a aparecer ese grupo de personajes anónimos y fracasados, pero creíbles, en un escenario urbano, en los que vemos los sueños de lo que les hubiera gustado llegar a ser y el despertar a la dura realidad cuando se plantean quienes son realmente: "Somos los que éramos, pero después de estrellarnos contra el suelo de lo que deseábamos. Éramos jóvenes cargados de sueños, pero nos caímos".
Algunos de estos personajes: Rafa, también llamado Robe, por la imitación que hace de Robert de Niro en la película "Taxi Driver", hermano de Nuria; Jaime: amigo de Rafa, exalcohólico (¿?) y homosexual que cuida de la madre; Alberto, novio de Nuria, también llamado el Sueco porque estuvo una temporada en Suecia; Sole, bailaora ya mayor que ha sufrido una embolia y vive de sus recuerdos y sus sueños; Julio, compañero de Nuria en la joyería, homosexual.
La obra podemos clasificarla como una novela social y realista, muy en la línea en la que escribe Pablo Aranda.
Existe un equilibrio entre narración, realista y con trazos de ternura en algunas partes, y diálogos, siendo estos cortos y con habla coloquial, llenos de humor e ironía, lo que la hace amena y entretenida.
El autor hace un guiño a su novela "Desprendimiento de rutina" al introducir una escena de esa obra en esta.
Una obra bien hilvanada, que engancha, que nos hará disfrutar con su lectura, sobre todo a los que conozcan la ciudad de Málaga porque se irán moviendo con los personajes por los diversos escenarios que van apareciendo a lo largo de la novela.