En la novela aparecen dos historias principales
y alguna otra secundaria, sin mayor trascendencia, que complementa a las otras.
Una de las historias recoge las relaciones de
tres adolescentes, vecinos de la misma barriada malagueña aunque viven en pisos
distintos, que comparten confidencias y anhelos en su trayectoria diaria al
instituto al que acuden y que cuando alcanzan la juventud y la época laboral
separan sus caminos y convierten la relación cotidiana en un alejamiento y en algunos
encuentros esporádicos.
La otra historia tiene como personaje central a
Elena, una inmigrante ucraniana que viene a España de la mano de Jorge, uno de
los compañeros del grupo anterior, en una relación que al principio es de
conveniencia pero que irá evolucionando con el paso del tiempo hacia otros
derroteros.
El grupo de amigos está formado por dos varones
y una muchacha. Esta es bastante bromista, con su fantasiosa inventiva siempre está
comentando escenas imaginarias y divertidas, quizás para disimular su baja autoestima,
sus deseos ocultos (está enamorada de Ricardo pero no se atreve a decírselo),
sus sueños,…, aunque tiene claro a qué quiere dedicarse en un futuro.
Ricardo es otro de los compañeros, es más serio,
con su propio drama familiar, también tiene decidida su dedicación futura, pero
tiene continuas dudas sobre su relación con Laura que nunca acaba de despejar.
Jorge es el protagonista, es un muchacho con
una familia desestructurada (sin padre conocido, con un hermano que acaba en la
cárcel y una madre que no lo acepta y lo único que hace es ver la tele, comer
pipas y protestar), es apocado, tímido, acomplejado, bueno, incapaz de mostrar
sus sentimientos (está enamorado de Laura pero no se atreve a decírselo), sin
muchas expectativas de futuro, un muchacho de barrio muy falto de cariño. El
típico chico, según palabras de Aranda: «En
las novelas me ocupo de gente que en principio no tienen nada para ser
protagonistas de una novela. Ese compañero por el que un día preguntaba un
profesor, que si alguien sabía por qué llevaba tres días sin aparecer, y
mirábamos hacia atrás y sólo entonces reparábamos en que no estaba».
En la vida de estos adolescentes chocan deseos
y sueños con la dura realidad, como le comenta Laura a Ricardo en uno de los
encuentros siendo ya adultos: “En la vida
pides un té pero te ponen un café, en la vida hay un mar inmenso frente a
nosotros, y no sabemos qué nos va a ofrecer ese mar…”.
Ya acabados los estudios, Laura trabajará de
enfermera en Inglaterra, Ricardo montará un taller mecánico y Jorge trabajará
de mecánico.
Pero un día Jorge conoce por internet a una
chica ucraniana. A pesar de las advertencias de sus amigos, la trae a España
para casarse con ella, pero no acepta el dinero que ella le ofrece, aunque sabe
que lo está utilizando para conseguir los papeles para afincarse en España. Él
lo ve desde otro punto de vista, en su afán de superación se ve que ha sido
capaz de tomar una decisión, asumiendo todas las consecuencias.
Elena es una ciudadana ucraniana, preparada,
con formación universitaria, con un hijo, que desea salir de su país para tener
una vida mejor, como parece ser el deseo mayoritario de todos los jóvenes
habitantes del país (un país a medio camino de todo, con la tragedia de
Chernóbil incluida,…).
Su oportunidad se presenta cuando conoce a
Jorge a través de internet y decide venirse a Málaga, en principio sola, pero
donde intentará asentarse y encauzar su vida familiar. Su vida en pareja,
aunque extraña, la sorprende gratamente, aunque irá conociendo la problemática
que aqueja a los inmigrantes, los trabajos a los que son dirigidos (servicio
doméstico), las relaciones sociales, la convivencia con otros inmigrantes,…
En las otras historias secundarias, el autor
nos presenta, a través del hermano del protagonista, la vida en un taller
manual, las personalidades diversas, los objetivos de cada trabajador, los
intereses totalmente individualistas, los enfrentamientos empresa-trabajador,
la división de clases, la política sindical,…
La novela nos muestra también la búsqueda de la
identidad, el mundo de la delincuencia, la deshumanización, la prostitución, la
facilidad de matar,…
Si nos centramos en lo que sienten los
personajes, debemos referir que todo el componente psicológico es elaborado
minuciosamente y con un acierto sublime. La labor no es fruto de un intenso
estudio, es una habilidad innata la que posee Pablo Aranda para plasmar con
tanta autenticidad las emociones y experiencias de cada uno de los personajes,
especialmente los momentos importantes de sus vidas. En cada instante
rememorado por los protagonistas consigue desplegar un detalle, una
sensibilidad y a su vez una contundencia, que la mera identificación con ellos
es una bagatela cuando realmente estamos asistiendo a un calco de momentos
vividos por nosotros mismos, es una evocación de nuestra adolescencia; ese amor
enquistado con el paso de los años por no haberlo hecho realidad y convertido
en amor platónico, aquellas palabras peyorativas que nos dijeron y que calaron
en nuestra estima, un beso interpretado equivocadamente, la tensión de una
pelea, el desengaño con los amigos, la falta de rumbo en la vida… todas esas
experiencias están descritas de una manera casi palpable y nos brinda un
panorama del paso a la edad adulta muy certero.
Todo esto, nos permitirá conocer profundamente
a los personajes y vivir dentro de la piel de cada uno, porque durante
doscientas ochenta y nueve páginas no haremos otra cosa que descubrir
sentimientos, miedos y motivaciones gracias a nuestra perspectiva voyerista
omnisciente; el escritor nos sienta frente a unos personajes con sus almas
totalmente expuestas y nos invita a presenciar cómo sus vidas fluyen en la
corriente vital, tal como han estado
haciendo las nuestras todo este tiempo.
Es una novela de perdedores. Una novela
psicológica donde los personajes se debaten con sus sueños, sus fantasmas, los
viajes interiores y exteriores (a veces de ida y vuelta) buscando algo que dé
sentido a sus vidas, pues no las encuentran completas, no gozan de “felicidad”,
y después llega la dura realidad.
A lo largo de la historia nos vamos encontrando
con diversos temas: amistad, emigración, desarraigo, desestructuración
familiar, soledad, delincuencia, amor y desamor.
El autor nos invita a ponernos en el lugar del
otro, que seamos conocedores y participes de otras realidades y nos veamos
capaces de entenderla.
A lo largo de la novela no aparecen grandes
escenarios, lo que se nos muestra es la vida cotidiana en una ciudad, Málaga,
aparentemente tranquila en la que no ocurre nada que se salga de lo común y
cotidiano, y en esa normalidad se desenvuelven los distintos personajes
buscando la posibilidad de cambiar sus vidas, el momento de poder empezar de
nuevo y que la vida pueda volver a ser emocionante, que se puedan cumplir sus
sueños. No todo está escrito y de cada uno depende el rumbo que puedan tomar en
cada momento.
La próxima lectura será la novela "Muerte entre poetas", de Ángeles Vallvey, y la reunión de puesta en común está programada para el martes 11 de mayo.
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