Obra publicada en el año 2013.
Obtuvo los siguientes premios: Nacional de Narrativa, de la Crítica, de la Crítica Valenciana, Francisco Umbral, ICON al Pensamiento, y fue seleccionada como mejor novela española del año por los suplementos culturales de El Mundo, El País y ABC, entre otros.
La novela tiene como protagonista a Esteban, un carpintero de unos 70 años que cierra la carpintería por problemas económicos para dedicarse a cuidar a su padre dependiente, despidiendo a sus cinco empleados, a los que también debe varias mensualidades.
La acción se desarrolla en un pequeño pueblo de la costa valenciana a finales de la primera década del siglo XXI, en plena crisis económica. Un lugar en el que todos los vecinos se conocen, siendo una especie de microcosmos en el que identificamos la realidad del país.
Esteban hace un recorrido crítico por su vida mostrándonos los elementos que la conforman: una familia, a la que analiza con dureza, marcada por el poder de un padre castrador que se ha quedado anclado en el episodio de la guerra civil y sus consecuencias, y que ha llevado a sus miembros a vivir con engaños, envidias, sufriendo el poder destructor del dinero, la codicia,... hasta conducirlos al derrumbe familiar.
Nos habla de los vecinos, principalmente de sus amigos, donde va a aparecer el carácter depredador de la condición humana, mezcla de intereses y rencores, los amores y desengaños, las traiciones, las ilusiones perdidas, el valor del dinero, los engaños aceptados, meteóricos ascensos y caídas o derrotas fulminantes, explotación, decrepitud de la vejez, abandonos,...
Observamos una constelación de personajes alrededor de Esteban que nos introducen en otros temas tratados en la novela: relacionados con el trabajo y la rutina, la inmigración que convive con el desarraigo, la prostitución, el racismo, las frustraciones y el fracaso existencial; personajes llegados desde el franquismo que nos refrescan la memoria anclada en la historia de la guerra civil y las ideologías enfrentadas, también entre la fe y la razón.
Después está el pantano, como un personaje más, con un gran valor simbólico en el pueblo: es un lugar de uso variado, lo mismo sirve para buscar el sustento como de ocultación, allí se especula y se abusa, se abandona lo inservible sin valorar el deterioro que produce, también se utiliza para lavar conciencias, ha tenido su época de esplendor y ahora es un lugar de putefracción, como reflejo de la corrupción ideológica que se oculta tras el éxito momentáneo. El pantano es una metáfora de la época de crisis, que es el tema central de la novela, pero que nos sirve para valorar la sociedad de toda una época a través de las vidas de los personajes.
La novela tiene un tono realista, con una crítica social planteada sin prejuicios ni maniqueismos, una radiografía de personajes movidos por el poder, el sexo y el dinero, abatidos por sus fracasos personales, rodeados por una atmósfera pesimista, deprimente o asfixiante, vidas derrotadas, sueños rotos en una sociedad triste. El hombre entre el triunfo y el fracaso.
El autor utiliza un lenguaje crudo, directo, obsesivo, a veces despiadado, corrosivo y deprimente, mezclando lo descriptivo con la reflexión personal, para ello se intercalan las opiniones de algunos personajes, utilizando la primera y la tercera persona. Hay algún pasaje escatológico que puede resultar desagradable.
No es una lectura ni amable ni fácil, como no lo es cuando se habla de un periodo tan convulso como una crisis económica de grandes dimensiones. Hay opiniones variadas entre los lectores.
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