Elie Wiesel es un escritor judío de origen rumano, sobreviviente de los campos de concentración de Auschwitz y de Buchenwald, que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en el año 1986.
Tras la liberación vivió en Francia y desde 1956 en Nueva York.
La obra recoge tres relatos cortos. La noche (1958) recoge su infancia y cómo acaba recluido en el primer campo de concentración junto con su familia. Allí perderá a su madre y a su hermana pequeña.
En el segundo campo verá morir a su padre, tras grandes sufrimientos, y él salvará su vida milagrosamente.
Esto lo lleva a una reflexión profunda sobre la pérdida de valores, la deshumanización de los hombres, en su caso, vemos como pasa de ser un ferviente creyente y estudioso de la religión a defender y propagar la muerte de Dios, por permitir el ensañamiento del mal con el ser humano sin ninguna justificación.
De los tres relatos, es el que está escrito en clave bibliográfica, de forma desgarradora, cruda, reflejando la gran violencia observada por los ojos de un adolescente de dieciséis años que ve como se desintegra su familia y como trata de permanecer junto a su padre hasta el último momento, lo que lo lleva a la desesperación viendo como se van destruyendo todos sus valores.
El alba (1960) se desarrolla en la Palestina ocupada por las fuerzas militares británicas. Un joven liberado de un campo de concentración (mismas circunstancias que el autor) se convierte en un miembro de la resistencia judía y en un terrorista que recibe órdenes de instancias superiores, todo por la causa.
Es seleccionado para dar muerte a un oficial británico retenido, en respuesta a la ejecución de un compañero de la resistencia. Esta acción le plantea un gran dilema moral, no es lo mismo matar en un enfrentamiento con las tropas que a sangre fría. Esto lo lleva a grandes reflexiones sobre su vida, sus familiares muertos (que forman parte de él), sus compañeros, la situación del rehén,... Valora que su vida será distinta a partir de ahora.
Es muy interesante y emotiva la conversación que mantiene con el oficial retenido, momentos antes de que lleve a cabo la acción.
En El día (1961) nos encontramos a un personaje más maduro pero que sigue sin desprenderse de su pasado, de sus muertos, "que forman parte de él".
Un aparatoso accidente de tráfico lo tiene al borde de la muerte durante bastantes días, teniendo ante ella una actitud indiferente, pues viviendo lo que ha vivido en los campos de concentración la muerte no lo incomoda en absoluto, algo que no entiende el médico que se ha desvivido por salvarlo.
A él lo mantiene pegado a la vida una historia de amor, algo extraña y confusa, y a su amigo pintor lo mantiene vivo su amor al arte. Entre ambos mantienen unos diálogos, a veces surrealistas, teniendo como tema central la muerte, y en los que buscan más preguntas que respuestas. La muerte es la palabra que más aparece en este último relato.
La obra nos ofrece tres relatos de un contenido durísimo, cruel, desgarrador pero conmovedor, con una redacción a veces con tintes poéticos, que nos retratan unos hechos que nunca debieron de ocurrir, pero debemos seguir luchando para que se conozcan y para que entre todos intentemos conseguir que jamás vuelvan a repetirse.
Tras la liberación vivió en Francia y desde 1956 en Nueva York.
La obra recoge tres relatos cortos. La noche (1958) recoge su infancia y cómo acaba recluido en el primer campo de concentración junto con su familia. Allí perderá a su madre y a su hermana pequeña.
En el segundo campo verá morir a su padre, tras grandes sufrimientos, y él salvará su vida milagrosamente.
Esto lo lleva a una reflexión profunda sobre la pérdida de valores, la deshumanización de los hombres, en su caso, vemos como pasa de ser un ferviente creyente y estudioso de la religión a defender y propagar la muerte de Dios, por permitir el ensañamiento del mal con el ser humano sin ninguna justificación.
De los tres relatos, es el que está escrito en clave bibliográfica, de forma desgarradora, cruda, reflejando la gran violencia observada por los ojos de un adolescente de dieciséis años que ve como se desintegra su familia y como trata de permanecer junto a su padre hasta el último momento, lo que lo lleva a la desesperación viendo como se van destruyendo todos sus valores.
El alba (1960) se desarrolla en la Palestina ocupada por las fuerzas militares británicas. Un joven liberado de un campo de concentración (mismas circunstancias que el autor) se convierte en un miembro de la resistencia judía y en un terrorista que recibe órdenes de instancias superiores, todo por la causa.
Es seleccionado para dar muerte a un oficial británico retenido, en respuesta a la ejecución de un compañero de la resistencia. Esta acción le plantea un gran dilema moral, no es lo mismo matar en un enfrentamiento con las tropas que a sangre fría. Esto lo lleva a grandes reflexiones sobre su vida, sus familiares muertos (que forman parte de él), sus compañeros, la situación del rehén,... Valora que su vida será distinta a partir de ahora.
Es muy interesante y emotiva la conversación que mantiene con el oficial retenido, momentos antes de que lleve a cabo la acción.
En El día (1961) nos encontramos a un personaje más maduro pero que sigue sin desprenderse de su pasado, de sus muertos, "que forman parte de él".
Un aparatoso accidente de tráfico lo tiene al borde de la muerte durante bastantes días, teniendo ante ella una actitud indiferente, pues viviendo lo que ha vivido en los campos de concentración la muerte no lo incomoda en absoluto, algo que no entiende el médico que se ha desvivido por salvarlo.
A él lo mantiene pegado a la vida una historia de amor, algo extraña y confusa, y a su amigo pintor lo mantiene vivo su amor al arte. Entre ambos mantienen unos diálogos, a veces surrealistas, teniendo como tema central la muerte, y en los que buscan más preguntas que respuestas. La muerte es la palabra que más aparece en este último relato.
La obra nos ofrece tres relatos de un contenido durísimo, cruel, desgarrador pero conmovedor, con una redacción a veces con tintes poéticos, que nos retratan unos hechos que nunca debieron de ocurrir, pero debemos seguir luchando para que se conozcan y para que entre todos intentemos conseguir que jamás vuelvan a repetirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario