viernes, 13 de junio de 2025

Club de Lectura. Junio 2025

El Club de Lectura "Ben-al-Arte" se reunió el martes 10 de junio, en las dependencias del Centro de Mayores Silvestre González, para comentar la obra "El mundo" de Juan José Millás, con la que se pone fin a la 6ª temporada del Club.

Estas son las líneas más sobresalientes del relato:

La obra se puede calificar como novela autobiográfica, o también podríamos hablar de novela que recoge memorias o apuntes autobiográficos, pues muchos de los datos que aparecen son reales, aunque otros puedan ser inventados, algo difícil de demostrar conociendo el poder de invención y fantasía del autor a la hora de escribir. La obra se mueve entre lo real y lo ficticio, lo imaginario, a veces incluso se mueve en el campo del surrealismo.

En la novela, la memoria, ya sea real o imaginaria, se nos presenta sutilmente alterada, pues,  gracias a la ficción, adquiere un orden nuevo porque, a través de ella, selecciona y elimina elementos, pero a la vez pone el foco en una materia que antes carecía de contorno preciso.

El autor aporta la luminosidad de la visión de la infancia, en la que todo es descubrimiento permanente de las cosas y nuevas experiencias que con el paso del tiempo van a conformar el mundo del protagonista.

El narrador nos presenta a su familia compuesta por el matrimonio y nueve hijos, ocupando él el cuarto lugar en el escalafón. Nos hablará más de sus padres y apenas nada de sus hermanos. El padre dedicado a reparar aparatos médicos pero de forma autodidacta, encerrado siempre en su pequeño taller. La madre tiene un carácter bipolar con altibajos en su conducta diaria y que la familia sobrelleva.

Cuando tiene la edad de seis años se trasladan todos de Valencia a Madrid, en una época, los años cincuenta, en que llegan familias de todos los rincones de España con el objetivo puesto en “prosperar”. Se asientan en la periferia de la ciudad, en un espacio tras el que  sólo hay descampados y vertederos, ocupando una infravivienda en lo que más abunda es el frío y alrededor todo es miseria.

Conoceremos la asistencia al colegio, en Valencia administrado por monjas, en Madrid por curas, y sus relaciones con los compañeros y vecinos. Además, con la asistencia a la academia nos ofrece una muestra del sistema de enseñanza imperante en la época, algo que a la mayoría de los asistentes nos trae el recuerdo del maltrato y la violencia física por parte del profesorado.

En la tercera parte de la novela nos habla de su despertar al enamoramiento y los sinsabores que eso le acarrea ante todo por dudar sobre cómo afrontarlo.

El protagonista nos presenta a veces la visión de la calle, o del mundo, desde una perspectiva distinta, como cuando observa la calle desde el ventanuco del sótano de la tienda de su amigo, desde donde la visión es sesgada, irreal, y, sin embargo, él queda fascinado hasta el punto de obsesionarse y jugar con la fantasía de salir, a través de la ventana, a un mundo diferente, a tener una perspectiva insólita de la realidad; como cuando organiza junto con su amigo un viaje al reino de los muertos; o como cuando  abandona una fiesta en casa de su editor saltando al balcón vecino y después, al dejar el edificio, se descubre haciendo cosas que normalmente no hace.

En distintos momentos de su vida, en otras calles y en otras ciudades, el narrador experimenta una sensación casi idéntica que incluso llega a creerse en su calle. Eso lo lleva a tener un estado de ánimo que lo mueve a la creación.

Es en esa calle en la que vive donde descubre la amistad, el amor, la muerte, entre otros aspectos, que siguieron enriqueciendo su imaginación y su experiencia. Porque, como el propio autor confiesa en la novela, todas sus obras nacen de sus experiencias personales.

Sus reflexiones sobre cualquier hecho, por muy insospechado que parezca, suelen ser existencialistas o con un tono filosófico que atraen la atención del lector por su gran poder imaginativo.

El personaje se nos presenta con un tono pesimista, a veces incluso con un excesivo victimismo, redunda mucho en mostrarnos lo débil que era, su fragilidad, con la aparición continua de la muerte, la suya o la de otros, de la posibilidad incluso de suicidarse, pero narrada en un tono que casa más con su debilidad de carácter que con la realidad. Él mismo se declara como maníaco-depresivo. La forma de contarnos este hecho provoca más humor que tragedia.

Al acabar la novela, el protagonista, que ya es mayor y se reconoce como escritor de la novela, echa las cenizas de sus padres, que tuvo guardadas largo tiempo, al mar de Valencia, cerrando así un ciclo. Con ellas, también arroja fuera de sí los despojos de su pasado. Con eso nos dice que escribir también supone una catarsis, una forma de dejar atrás una parte de su vida e iniciar otra nueva.


La nueva temporada la iniciaremos el día 16 de septiembre para comentar la novela "Patria" de Fernando Aramburu.

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