El Club de Lectura "Ben-al-Arte" empezó su nueva temporada, la cuarta, el martes 13 de septiembre, para comentar la obra del malagueño Antonio Soler, "Sur", y cuya andadura mensual los llevará hasta el mes de junio de 2023.
Aquí podéis leer parte de los comentarios aportados por los participantes en la reunión.
La novela la
podemos calificar como realista y circadiana, en un ambiente urbano. Recoge lo
que sucede durante un solo día a un número bastante abundante de personajes, en
una ciudad que, aunque no aparece escrito el nombre, por las referencias
evidentes a sus barrios, calles, negocios,…; sabemos que es Málaga, ciudad
donde nació el autor y en la que desarrolla preferentemente su vida.
La obra nos
muestra cómo transcurre la vida en la ciudad, aunque podría representar a otra cualquiera,
que recoge lo concreto e inmediato de cada personaje, pero a la vez cada uno de
ellos vive su propia realidad, recuperando sus propios recuerdos, y nosotros asistimos
al cruce de esas vidas.
Es una obra
coral pero destacan unos personajes más que otros, como la pareja que forma el
herido con el que arranca la novela, o la pareja que se escapa unas horas a
Madrid sin saber qué buscan o qué pretenden.
En ese
muestrario de personajes el autor nos presenta la composición social de la
ciudad: el estrato marginal, donde aparecen yonquis y personas dedicadas al
trapicheo y a la pequeña delincuencia; el sector medio bajo, el mundo del
trabajo con su precariedad y las dificultades para mantenerlo o encontrarlo; y
la clase media alta, con profesiones liberales, empresarios,… Observamos las
diferencias entre esos mundos, algunos de sus miembros más afortunados en lo
económico después se adornan con una imagen deplorable en cuanto a la moral. Incluso
podemos ver las diferencias a la hora de concebir y practicar sexo entre jóvenes
marginales y los que encarnan la burguesía.
Los personajes,
atrapados cada uno en su propia historia, se mueven, por lo general, por
inercia o por impulsos primarios y viscerales, degenerando a veces en
violencia. La mayoría de ellos huyen, comparten el día sin saber qué buscan en
los otros o qué buscan en ellos mismos, pues arrastran una vida destrozada en
la que no hay, ni encuentran, lugar para la esperanza. Muchas de estas
historias desoladoras nos muestran la sordidez de la miseria, el mundo de las
drogas, el refugio en la delincuencia, las inclinaciones sexuales, agarrarse a
la extorsión o a la violencia, llegar al extremo de la venganza,…
Se van entremezclando
las distintas historias de los personajes, que van actuando en distintos
escenarios pero al mismo tiempo, y a veces en el mismo párrafo vemos cómo una acción
desemboca en otra distinta.
Donde vemos
algo de ilusión, de pensamientos de futuro, de muestra de sentimientos, de
sueños y algo de esperanza es en el diario del atleta, pero sin grandes
alharacas, porque él mismo se toma como un axioma su pensamiento de “Correr para no llegar a ningún sitio”.
En la novela
hay partes autobiográficas. El personaje del atleta que quiere llegar a ser
escritor algún día podría ser su alter
ego, pues el autor fue un corredor de cierto nivel que tuvo que dejar de
practicar atletismo debido a sufrir un accidente. Incluso aparece él mismo con
su nombre y apellidos, junto a otros escritores reconocidos y relacionados todos
con la Orden del Finnegans.
La trama está
inmersa en una atmósfera asfixiante, como si se desarrollara en un ambiente
cerrado, a veces claustrofóbico, a lo que ayuda las alusiones repetitivas al
calor tórrido que aporta el “terral”, viento característico de la zona en verano,
que incluso podría considerarse como un personaje más, haciendo que la lectura
nos parezca más densa y espesa.
Hay que
destacar el trato que reciben los jóvenes, reflejando su modo de concebir la
vida en sus relaciones, sus problemas diarios, sus entretenimientos, sus faltas
de ilusiones y expectativas, sus relaciones familiares,…
Entre el ir y
venir de los personajes, el autor también nos ha dejado un relato esperpéntico
de género negro, con la historia de “El
vampiro de la calle Molinillo”, un vampiro pederasta que empezó como
leyenda urbana y acabó como suceso en las páginas del periódico SUR.
Al finalizar
la obra el autor ha querido dejarnos un pequeñísimo rayo de esperanza ante
tanta desolación y cierra la narración con esta frase: “Y desde una casa cercana, un vecino anónimo la observa en secreto,
como tantas otras noches”.
La obra es
cruda, pero muy bien escrita, que podríamos resumir con la expresión conocida
de “¡Qué mal rato tan bueno hemos pasado!”.
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