La novela mezcla
personajes y hechos reales con personajes y acontecimientos ficticios pero
adquiriendo el conjunto una historia totalmente verosímil y creíble, donde es prácticamente
imposible distinguir unos y otros.
La historia trata del
acuerdo tomado por la Academia Española de la Lengua de enviar a dos de sus
miembros, considerados por su presidente como dos “hombres buenos”, para traer
a España los 28 tomos que forman la Encyclopédie francesa, de D’Alembert y
Diderot, una obra de contenido liberal, referencia de las nuevas ideas que
circulan por Europa, que en España está prohibida, también en Francia, pero
allí se tolera su circulación y venta, amparada en que se edita en otros países
vecinos.
Las dos personas que son
enviadas a París, con autorización real, son el almirante Pedro Zárate,
representante de la marina, y el bibliotecario de la Academia, Hermógenes
Molina.
Aunque el acuerdo ha sido
tomado por mayoría en votación secreta, no todos están dispuestos a que la obra
llegue a España, aunque solo sea para que dispongan de ella los académicos para
sus futuros trabajos. Otros dos académicos, Manuel Higueruela y Justo Sánchez
Terrón, contratan a un sicario, Pascual Raposo, para que intente impedir que
ese encargo se lleve a su término.
La novela se centra en el
viaje que desde Madrid, cruzando territorio español hasta París, la capital del
mundo ilustrado, donde intentarán encontrar y adquirir la pretendida obra, realizan
los tres personajes: los dos académicos por un lado, y el perseguidor por otro,
siguiéndolos de cerca e intentando que no cumplan sus objetivos. Un viaje lleno
de incertidumbres y sobresaltos.
Una vez en París, el poco
interés mostrado por el embajador español, los deja en manos de un personaje
estrafalario, fanático, revolucionario, sanguinario y polémico en múltiples
aspectos de su vida, pero honrado y fiel a sus ideales y pensamientos, el abate
Bringas, de origen español pero huido a Francia huyendo de la justicia.
Bringas maldice de los
clérigos y de la monarquía, es muy selectivo a la hora de hablar de autores, es
partidario de la revolución, que tiene que venir del pueblo alentado por los
escritores que tienen el deber de informar y formar a los ciudadanos, nunca
podrá venir desde arriba pues los tiranos sólo quieren gente inculta. Es
partidario de la violencia e incluso de las ejecuciones sumarias. Como resumen
de su pensamiento dice: "No hay
mejor piedra para amolar cuchillos que la letra impresa”. Hay que tener en
cuenta que en Francia están en época pre-revolucionaria.
Este personaje les servirá
de guía, los llevará a muchas librerías en busca de la obra, tarea que se
muestra muy complicada, a la par que les irá mostrando toda la ciudad, sus barrios
nobles y los más pobres, los distintos estratos sociales, su variedad de
costumbres, sus cafés, sus restaurantes, sus tiendas de moda, y también sus
ideas. Los académicos aprovechan para, además de tener acceso a una gran
cantidad de libros prohibidos en España, a hacer una comparación entre los dos
pueblos, el francés y el español, que aunque a primera vista parecen ser muy
diferentes, pareciéndoles una sociedad más avanzada la francesa, el abate les
irá demostrando que en el fondo son bastante parecidas, pues al final es la
clase más pobre y humilde la que sufre los mismos problemas en ambos lugares.
A su vez, el matón Raposo
también cuenta con la ayuda de un cómplice, un viejo amigo, el inspector de
policía Milot, que a cambio de dinero se presta a ayudarle en su misión.
Los académicos conocerán
las reuniones y tertulias de la parte noble de la ciudad, en la que se muestra
un retrato de la libertina sociedad francesa, donde participan literatos, filósofos,
pintores, militares,…, y, a diferencia de España, también lo hacen las mujeres.
Las conversaciones son distendidas, se habla de todos los temas con libertad, y
sin reparos, como por ejemplo, de las actuaciones del hombre libertino, del
comportamiento de las mujeres, de las infidelidades,… De ellos se buscan sus
opiniones en comparación con la vida española.
Tras una infructuosa
búsqueda, al final localizan una Encyclopédie de la manera más inesperada, pero
aún deberán sufrir diversas penalidades hasta traerla a España.
La estructura de la obra nos
muestra la trama en tres escenarios. En cada uno de los capítulos encontraremos:
los pasos que da el autor para escribirla: desde la primera idea que le surge,
la búsqueda de información, de localizaciones de escenarios y la visita a esos
lugares en los que enmarcará las acciones; otro plano lo ocuparán las actuaciones
que realizan los dos personajes principales, con los diálogos que van
desarrollando y en los que irán sincerándose y sirviéndoles para conocerse
mejor, a la vez que lo hará el lector; por último, conoceremos las acciones y
contactos que lleva a cabo el sicario y el intercambio de comunicaciones que
mantiene con los que lo contrataron, así como los diálogos, las reflexiones y los
enfrentamientos que sostendrán estos dos académicos.
La historia ocurre
alrededor del año 1780. En España gobierna el rey Carlos III, un monarca
medianamente ilustrado en una época de cierta apertura (en la novela se recoge
su implicación decidida en la operación, a la que da su visto bueno a pesar de
las presiones internas y externas de la nobleza y la Iglesia).
La historia se desarrolla
en diversos escenarios: en España: la sede de la Academia, algunas calles de
Madrid, caminos (con sus bandoleros incluidos), ventas, tabernas, fondas, casas
de posta,…; en Francia: ventas, hoteles, embajada de España, librerías, restaurantes,
cafés, salones,…
Como personajes
principales el autor elige a dos personas con ideas antagónicas: el
bibliotecario es un hombre conservador, católico ferviente, de aspecto
desaliñado, mostrando poco interés por su cuidado físico, se asemeja más al
prototipo del español de la época, tanto física como espiritualmente; el
almirante es liberal, ateo, cuida su aspecto físico, defiende la razón,
considera a la Iglesia como un freno al progreso, es pragmático, no cree en el
honor, más bien en el sino. Los caracteres más definitorios de cada uno lo
percibimos en las reacciones que manifiestan cuando se plantea algún
contratiempo o algún problema más serio, como por ejemplo: el asalto de los
bandoleros, el enfrentamiento entre el almirante y el noble, cuando son
detenidos y arrestados, en el encuentro final de ambos con el sicario,…
A lo largo del camino, y en su estancia en París, sus temas de conversación tocarán múltiples asuntos que nos irán poniendo al día de los pensamientos encontrados que existen en la sociedad española de fin de siglo.
Aunque el almirante culpa
reiterada y obsesivamente a la Iglesia de la falta de progreso del país, de
tenerlo sumido en el oscurantismo, hay que recordar que aún actúa la
Inquisición, el bibliotecario, hombre de costumbres religiosas, hay veces que
le da la razón y opina que hay que tender puentes para hacer compatible la fe
con la razón, pues las dos las considera necesarias. Y ahí, ellos y los libros
juegan un papel muy importante.
El viaje les servirá para
terminar siendo dos grandes amigos, a pesar de la disparidad de sus ideas.
También elegirá el autor a
otros dos compañeros académicos contrapuestos para tratar de impedir que las
ideas de la Encyclopédie lleguen a España. Uno de ellos es periodista
ultraconservador y católico, que cuenta con el apoyo de la nobleza reaccionaria
y el clero para editar una revista literaria desde la que se opone a todo lo
que huela a progreso. El otro es un filósofo liberal, vanidoso, presumido y
egocéntrico, sólo cree en “su filosofía”. Aunque sus pensamientos no coinciden,
sí se ponen de acuerdo en esa tarea de oposición.
Al contrario que la
primera pareja, estos acabarán profundamente enfrentados, llenos de odio y
desprecio.
Los años en los que se
desarrolla la obra son tiempos convulsos porque es una época en que se produjo
un auténtico enfrentamiento entre la razón y un pensamiento dogmático y
reaccionario, que, entre otras cosas, sirvió de caldo de cultivo de lo que
luego fue la Revolución Francesa.
El autor retrata una época
con un importante trasfondo ideológico, la Ilustración, y de las diferentes
maneras que tuvieron franceses y españoles de encararla y de asimilar los
nuevos valores que traía consigo.
Al final de la novela, el
autor introduce un guiño romántico en la figura del hombre hierático y
pragmático que le da un aire más humano.
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