La obra fue publicada en el año 1953. Con ella el autor ganó el Premio de Literatura de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras en el año 1954.
El título del libro es la temperatura a la que el papel de los libros se enciende y arde.
La obra se sitúa en el siglo XXIV, en una época en que la lectura ha sido prohibida, no existen libros, excepto los que algunas personas esconden en sus casas, los ciudadanos emplean su tiempo de ocio en ver la televisión, la cual se utiliza como medio para tener entretenida a la población, a la vez que también sirve para adoctrinarla.
El protagonista de la novela es Guy Montag, bombero, sólo que la función primigenia de su oficio, que era apagar incendios, ahora ha cambiado, su cometido actual es acudir a los domicilios para quemar los libros que se encuentra a la vez que la casa en la que sus inquilinos los han escondido.
Un día que vuelve del trabajo Montag conoce a su joven vecina, Clarisse, una alegre adolescente que es tachada de loca por la mayoría de la gente que la conocen porque disfruta de la contemplación de la naturaleza, de conversar con los que se cruzan con ella, que le gusta observar todo cuanto la rodea y que siente pasión por la vida.
Tras algunas conversaciones con Clarisse entablan una relación que lo va haciendo reflexionar, a veces al observar un simple fenómeno de la naturaleza, despertando su conciencia y la curiosidad por el mundo que lo rodea, incluso lo hará cuestionarse sobre su propia felicidad y si existen otros caminos.
En el polo opuesto está su esposa, Mildred, sin ningún tipo de aspiración en la vida, que vive alienada y sólo pendiente a los programas televisivos, que comparte también con sus amigas, y todas viven en una sociedad superficial.
Otro personaje importante en la novela es su jefe, el capitán Beatty, a quien debe obedecer con fidelidad. Su trabajo se centra en encontrar donde se esconden los libros y destruirlos, porque en ellos se encuentran las semillas de la libertad. Tiene además otras facultades: sabe cuándo alguien está a punto de pensar libremente; sabe citar, de memoria, frases y discursos que demuestran que tiene gran conocimiento en literatura, aunque en sus mensajes siempre habla, paradójicamente, de la prohibición de tener libros por el daño que hacen a la convivencia.
Beatty se rodea de dos personas de confianza que lo ayudan, Black y Stoneman, y un armatoste mecánico con forma de insecto con ocho patas, al que conocen por el nombre de "Sabueso", diseñado para cazar y matar "criminales literarios".
En la vida de Montag ocurren dos hechos que van a darle un giro trágico: recibe la noticia de que su joven vecina ha muerto arrollada por un vehículo. El segundo es que ha quedado impresionado cuando al acudir a una casa a quemar libros, la dueña, una anciana, decide permanecer junto a los libros en lugar de abandonar la casa, sin que sus compañeros hagan nada por salvarla. En ese momento se guarda uno de los ejemplares entre las ropas. Comienza a preguntarse ¿Qué hacen los libros para inspirar pasión en las personas?
Aunque en un primer momento disfrutaba de su trabajo quemando los libros, ejecutando las órdenes con firmeza y sintiéndose un auténtico patriota con lo que hace, en su interior empieza a cuestionarse el trabajo que realiza, las relaciones con su propia esposa y con el mundo en el que vive, y se siente una persona inútil, vacía, ya que ese trabajo es completamente mecánico.
Montag entra en depresión y se niega a acudir al trabajo. Recibe la visita de su jefe que le da una lección magistral sobre el porqué de la destrucción de los libros y el trabajo que realizan los bomberos.
Con la lectura de algunos libros, junto con los hechos anteriores, empieza el despertar de la conciencia de Montag que lo llevará a ser traicionado por su mujer, a enfrentarse a su jefe, a sus compañeros, y al engendro mecánico y tener que escapar.
Ahora entran en escena otros personajes, como el Profesor Faber, al que conoció en un parque cuando este recitaba poemas. Es un maestro de literatura retirado al que había acudido anteriormente para hablar de proyectos y que ahora lo ayudará a escapar y a entrar en contacto con otras personas también huidas de la ciudad.
Ya fuera de la ciudad, se encuentra con Granger, un intelectual y escritor que está acompañado de otras personas, todas amantes de la literatura y de los libros que, después de acogerlo con cariño, le hablan de un proyecto para volver a recuperar los libros cuando esta sociedad haya perecido y nazca una época nueva en la que exista una sociedad que se base en el conocimiento y en la confianza.
Al protagonista le gusta el nuevo personaje porque le habla de buena manera de su abuelo, sabe que él puede contribuir con muchas cosas al mundo y por eso su vida tiene mucha importancia.
En la novela aparece el conflicto psicológico que tiene el protagonista, sobre el que pesa el ambiente controlado de la información. En él también aflora la lucha interna del ser humano ante el mundo cruel que lo rodea. Los diferentes personajes representan estereotipos diferentes de la sociedad, desde el trabajador obediente, el tío que recordaba con añoranza el pasado, la adolescente viva y soñadora o los intelectuales organizados. A pesar de estar ambientada en el futuro, los personajes destacan por ser humanos aun estando en el siglo XXIV. Ese fondo humano se nos muestra cuando la amiga de la mujer de Montag deja escapar unas lágrimas cuando este recita un poema.
Observamos bastante simbología que puede ser interpretada de diferentes formas. Algunos ejemplos: el vehículo que arrolla a Clarisse y que después intenta atropellar al protagonista cuando huye, puede ser las reglas sociales que quieren acabar con todo lo que suene a disidencia, a no acatamiento de las normas; el paso del río es la transformación del protagonista para abandonar su status actual y renacer como un nuevo individuo en una nueva sociedad en la que prevalezca el mundo cultural, el diálogo, la tolerancia, el respeto y el mundo intelectual; los vagabundos literatos que se encuentra cerca de las vías de tren son representativos del renacimiento de una sociedad intelectual y el camino que los llevará a ella; la anciana que prefiere morir al lado de sus libros, es la imagen revolucionaria de morir antes que rendirse, aunque sea a cambio de salvar la vida.
Llama la atención el papel asignado al “bombero”, pues se nos viene a la mente imágenes de valor o heroísmo, pero el del siglo XXIV tiene más bien un papel siniestro en la sociedad. En vez de apagar fuegos, su trabajo consiste en quemar los libros y las casas de los que poseen literatura.
Resaltaría esta frase que la joven Clarisse dedica a Montag: “No eres como los demás. Y he visto a muchos, y los conozco. Cuando hablo tú me miras. Anoche, cuando dije algo acerca de la luna, tu miraste hacia la luna. Los demás nunca harían algo así. Los demás me dejarían hablando sola o me amenazarían. Ahora nadie tiene tiempo para nadie”.
Palabras del propio autor sobre sus obras: “En mis obras no he tratado de hacer predicciones acerca del futuro, sino avisos. Es curioso, en mi país cada vez que surgía un problema de censura salía a relucir como paradigma de la libertad Fahrenheit 451. Los intelectuales, ya sean de derechas o de izquierdas, siempre tienen miedo a lo fantástico porque les parece tan real ese mundo que creen que estás intentando engañar y, evidentemente, así es. (…) Vivimos en un mundo que nos absorbe con sus normas, con sus reglas y la burocracia, que no sirve para nada. Hay que tener mucho cuidado con los intelectuales y los psicólogos, que te intentan decir lo que tienes que leer y lo que no».
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