lunes, 13 de diciembre de 2021

Romance de lobos. Ramón Mª del Valle-Inclán

La obra fue escrita en el año 1908, es la tercera y con la que se cierra la trilogía de Comedias Bárbaras.
Valle-Inclán pretende enseñarnos que, aunque queramos ser dueños de nuestro destino, este es el que nos muestra qué será de nosotros.
La historia ocurre en la Galicia rural de finales del siglo XIX y el protagonista es Juan Manuel Montenegro, el Mayorazgo de una comarca gallega, que siempre ha llevado una vida dominada por el alcohol, la juerga  y las mujeres.  
La obra se inicia una noche en que el protagonista, que vuelve borracho sobre su caballo, se encuentra con una procesión de la Santa Compaña, lo que le hace pensar que pronto morirá y se unirá a ellos. Cae del caballo y empieza a reflexionar sobre su vida, viendo que ahora llega a su fin. 
Pero su pensamiento es erróneo, lo que le han anunciado es la muerte de su esposa, de la que lleva separado bastantes años. 
Estando en la casa en total oscuridad, pues ha hecho apagar todas las luces, obsesionado con su pronto final, recibe la visita de un marinero que le trae una carta de su capellán en la que le informa del estado de gravedad de su mujer.
A pesar de la noche tenebrosa, con fuerte viento, lluvia, relámpagos y truenos, y la oposición de los marineros en hacerse a la mar, por las pésimas y peligrosas condiciones para la navegación, el protagonista los convence para que lo lleven a la casa de la mujer, a la que, reinterpretando la procesión observada, cree ya muerta.
Mientras Juan Manuel es trasportado en barco, su mujer muere y sus cinco hijos empiezan a repartirse la herencia, produciéndose constantes enfrentamientos entre ellos para ver quien se queda con la mayor parte.
El barco, con numerosas roturas provocadas por el temporal, recala en una pequeña playa que creen cerca del lugar de destino. Mientras que los marineros deciden echarse de nuevo a la mar una vez amanezca, el protagonista no quiere esperar y opta por continuar a pie, pues cree reconocer el lugar y piensa que está cerca para poder llegar andando.
Al entrar en un bosque espeso y con la oscuridad de la noche, el viento y la lluvia, se desorienta y se pierde. Descubre unas ruinas, al acercarse se encuentra con un grupo de mendigos acampados esperando que amanezca para seguir el camino. Una vez reconocido el Mayorazgo, es acogido por ellos. Con los primeros rayos de sol todos se ponen en marcha capitaneados por el protagonista que los incita a la rebelión y, con su ayuda, decide cambiar su pensamiento anterior, queriendo ahora acogerlos a todos en su casa y hacerlos partícipes de sus propiedades, como si fueran sus hijos.
En el camino se encuentra con uno de sus hijos legítimos que ha huido, recriminándole su actitud y maldiciéndolo, llegando a enfrentarse ambos pero impidiéndolo los mendigos.
Una vez llegan a la casa, el Mayorazgo recibe la noticia de la muerte y enterramiento de su mujer y como sus hijos se han repartido todas las propiedades y han huido. Desde ese momento, y embargado por el dolor, busca su propia muerte para unirse con su esposa, reconociendo todo el mal que le había hecho y renegando de la actitud que había tomado en su vida. Ahora quiere hacer todo lo contrario, ayudar a los mendigos, pero no tiene con qué.  Se aísla buscando la muerte, sin que ésta le llegue.
Finalmente decide vivir para redimir de verdad sus pecados, enfrentarse a sus hijos y tomar una nueva forma de vida rodeado de los mendigos, pero el destino tiene otro futuro guardado para él, demostrando que sólo él es quien marca la vida de cada persona.
La obra nos muestra una Galicia rural y atrasada, donde las clases sociales están muy marcadas y estancadas, casi viviendo en el pasado, en un ambiente trágico, tétrico, oscuro, marcado constantemente por elementos atmosféricos extremos como la fuerte lluvia, los relámpagos, los truenos, el rugido del mar... que bien podrían simbolizar el estado interno del protagonista, Juan Manuel Montenegro, es decir, de desesperanza, desazón, arrepentimiento, furia, odio,...
La obra tiene una fuerte carga simbólica, por ejemplo, cuando Juan Manuel Montenegro cabalga borracho sobre su caballo y ve la aparición de la Santa Compaña, éste cae de su montura. Este hecho simboliza el duro contacto con la realidad. A partir de este momento empieza a renegar de toda su vida anterior y maldice todo el mal que ha hecho, principalmente a su mujer.
También aparecen otros simbolismos del entorno, del paisaje,... La gran mayoría de los elementos que usa  para describir el paisaje, para ambientarnos en el entorno, tienen algún significado que nos adelanta lo que va a pasar un poco después.
Hay que resaltar que utiliza en los diálogos o enfrentamientos entre los personajes bastantes nombres de animales, asumiendo directamente el personaje todas las cualidades negativas que pueda tener ese animal, así se llaman lobos, serpientes, escorpiones,... Incluso el título de la obra ya tiene algo de todo esto: "Romance de Lobos".
Valle-Inclán nos muestra el habla popular, un vocabulario plagado de galicismosalgunas de las costumbres, ritos, supersticiones y tradiciones, como la Santa Compaña, el amortajamiento del cadáver,...
Las  notas a pie de página facilitan bastante la lectura, al igual que las explicaciones sobre las costumbres y supersticiones del campo gallego. 
Son bastantes interesantes y llamativas las acotaciones por su riqueza lingüística.

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