miércoles, 18 de noviembre de 2020
Los girasoles ciegos. Alberto Méndez
martes, 17 de noviembre de 2020
Club de Lectura. Noviembre 2020
El Club de Lectura Ben-al-Arte tenía prevista su reunión para el martes 10 de noviembre, pero no pudo celebrarse por la nueva normativa sanitaria. Los lectores del libro, catorce personas, aportaron sus comentarios vía correo electrónico. Aquí tenemos un resumen de lo aportado. También nos enviaron algunas fotos con la que hemos hecho un pequeño montaje.
La novela se
puede considerar como una falsa autobiografía, teniendo en cuenta que el
protagonista no tiene nada que ver con el autor. Nos presenta una visión personal
y caótica de un personaje entrado en la cuarentena, en un tiempo y unos lugares concretos relacionados con el mundo de la música.
Utilizando el
viaje que realiza el protagonista para trasladar el cadáver de su padre, muerto
un año antes, hasta su pueblo natal, este va a realizar otro viaje por su vida,
sin orden cronológico, dando saltos temporales, señalando aquellos hechos que
lo han marcado, teniendo como referencia la música y sacando de la mochila
recuerdos, emociones y sentimientos.
En el fondo, el
protagonista es un ser solitario al que los recuerdos y el pasado lo marcan: "Hay
pasado por todas partes. El pasado está
posado sobre nosotros como el polvo sobre los muebles. Hay pasado en el presente y hay pasado en el
futuro".
Este
personaje tiene como nombre artístico Dani Mosca y su historia va a pivotar
sobre varios pilares: la familia, los amigos, el amor y la fama.
La familia,
aparentemente tan normal, la compone un padre muy sui generis, que además esconde un secreto. Es una persona con
ideales claros, que le hacen tener ciertas manías y comportamientos
excéntricos, que pretende siempre hacer el bien (“aquello que des, recibirás”)
y que choca continuamente con su hijo haciendo que no se entiendan (dice el
padre en varias ocasiones “La música es el arte de hacer ruido”). Esto hace que
Dani se interrogue continuamente “¿También esto se heredará?”; una madre que
enferma de Alzheimer a edad temprana y hará que Dani pierda toda posibilidad de
comunicación con ella (“Un día las madres dejan de darte el beso de buenas
noches. En mi caso una noche no llegó el beso y aguardé silenciosamente. La
oscuridad se transformó en hostil, lúgubre, inhóspita. Puede que otras noches
yo mismo la llamara, pero llega la noche en que no te sientes autorizado para
gritarle mamá, ¿vienes? Y no viene nadie. Puede que cuando despiertes a la
mañana siguiente seas más adulto, más independiente, pero esa noche tan solo
eres más infeliz”), que termina ingresada en un centro al ser prácticamente
imposible la convivencia, haciendo esto que la familia se tambalee, aunque él siente
y comprende la vida desgraciada que ha llevado esta mujer a lo largo de su
existencia.
La amistad se
ve reflejada en tres personajes: Animal, que representa el primitivismo, lo
básico, bruto, amante de los excesos (alcohólico); Gus, que siempre está
presente en su recuerdo, a pesar de su trágica desaparición, es el ingenio, la
creatividad, el disfrute, el protagonismo,…; y el propio Dani, que resulta el
más tranquilo, el reflexivo, positivo: siempre está dispuesto a iniciar una
nueva etapa en su vida.… Los tres empiezan a fraguar su amistad en la
adolescencia, cuando asisten a un colegio religioso que intenta amoldar los
comportamientos del profesorado de la dictadura a la democracia, algo que no
siempre es fácil (nos dice el protagonista que lo que recuerda de la transición
es que los curas intentaron pegarles menos). En esta época realizan su sueño de
formar un grupo musical que desarrollará su trabajo a lo largo de los años
80/90.
El tercer
tema importante en la vida del protagonista es el amor. Nos encontramos a una
persona apasionada, con dos grandes amores a lo largo de su vida que acaban en
pérdidas y crean en él conflictos existenciales y crisis de identidad que lo
hacen dudar de su propia personalidad. Nos dice Dani: “Quien no ha perdido a
quien quiere mientras le dice todo está bien, no pasa nada, no sabe lo que es
el amor”.
Por último el
éxito, la fama. El escritor describe muy
bien el comportamiento de determinados personajes famosos que, cuando la gente
enloquece al oírles cantar, ellos se creen dioses, incluso les molesta que les
admiren y se atreven incluso a insultarlos.
En la segunda
parte de la novela, el autor nos presenta dos mundos enfrentados: el mundo
rural que representa la tradición y que lucha por modernizarse, y el mundo
cosmopolita de la ciudad que representa la modernidad, (“Las raíces se
convierten en algo primario, porque nos atornillan al mundo. Pero las raíces no
dejan volar”).
El
protagonista se forja una personalidad mezclando ideales, sueños, éxitos,
fracasos, mentiras, amistad, amor,…, manteniendo un equilibrio precario, pero a
la vez resistente, entre deseo y realidad. Al final consigue hacer lo que
siempre había querido, a pesar de las continuas dudas (“Como todo en la vida,
sólo lo que puede salir mal merece la pena intentarse”).
Nos muestra el
ajetreo del momento musical, la época de la movida
madrileña, del tópico del sexo, droga
y rock and roll y la vida del compositor, moviéndose entre todo ese mundo y
la soledad, que encuentra la inspiración en acontecimientos cotidianos para
hacer las letras de sus canciones. Vemos mucha melancolía, mucha nostalgia,
sobre todo por la infancia, (“Las canciones son a menudo formas de recuperar lo
ausente, porque cada vez que escribes, escribes de lo que has perdido”).
El autor nos
muestra un buen elenco de personajes variados y entrañables, intercalándolos de
notas de humor, haciéndolos cercanos y queridos, a la vez que nos muestra el
intrincado laberinto interior de la organización del mundo de la música, a la
vez que nos hace reflexionar sobre: música, fama, creatividad, familia,
costumbres de distintos países, amistad, herencia, muerte, amor,…
viernes, 13 de noviembre de 2020
Día de las librerías
Se trata de una imagen cargada de color y de simbolismo, con
una librería concebida como un hogar en torno a la que giran multitud de vidas
lectoras y en la que podemos jugar a descubrir numerosos personajes y autores
de la narrativa clásica (Julio Cortázar, Julio Verne o Herman Melville), de la
literatura infantil (Gianni Rodari, Roald Dahl, Quino o Manuel Marsol) y del
cómic (Hergé o Robert Crumb).
"Con esta imagen arranca una campaña que estará marcada
indudablemente por las circunstancias sanitarias y con la que las pequeñas y
medianas librerías queremos dar las gracias por el apoyo recibido durante los
últimos meses, además de resaltar el importante papel que desempeñamos, tanto
en el sector del libro como en la sociedad, con nuestro arraigo en los barrios
y la creación de comunidades lectoras."
También os dejo un poema de Joan Margarit, que hace mención a las librerías, una foto y una recomendación: hoy, mañana o pasado, puede ser un buen momento para solidarizarnos con este gremio que tanto hace por nuestros espíritus, por la cultura y por nuestras vidas, en estas circunstancias en las que tenemos tanto tiempo para hablar con nosotros mismos y con los libros.