martes, 17 de noviembre de 2020

Club de Lectura. Noviembre 2020

El Club de Lectura Ben-al-Arte tenía prevista su reunión para el martes 10 de noviembre, pero no pudo celebrarse por la nueva normativa sanitaria. Los lectores del libro, catorce personas, aportaron sus comentarios vía correo electrónico. Aquí tenemos un resumen de lo aportado. También nos enviaron algunas fotos con la que hemos hecho un pequeño montaje.

La novela se puede considerar como una falsa autobiografía, teniendo en cuenta que el protagonista no tiene nada que ver con el autor. Nos presenta una visión personal y caótica de un personaje entrado en la cuarentena, en un tiempo y unos lugares concretos relacionados con el mundo de la música.

Utilizando el viaje que realiza el protagonista para trasladar el cadáver de su padre, muerto un año antes, hasta su pueblo natal, este va a realizar otro viaje por su vida, sin orden cronológico, dando saltos temporales, señalando aquellos hechos que lo han marcado, teniendo como referencia la música y sacando de la mochila recuerdos, emociones y sentimientos.

En el fondo, el protagonista es un ser solitario al que los recuerdos y el pasado lo marcan: "Hay pasado por todas partes.  El pasado está posado sobre nosotros como el polvo sobre los muebles.  Hay pasado en el presente y hay pasado en el futuro".

Este personaje tiene como nombre artístico Dani Mosca y su historia va a pivotar sobre varios pilares: la familia, los amigos, el amor y la fama.

La familia, aparentemente tan normal, la compone un padre muy sui generis, que además esconde un secreto. Es una persona con ideales claros, que le hacen tener ciertas manías y comportamientos excéntricos, que pretende siempre hacer el bien (“aquello que des, recibirás”) y que choca continuamente con su hijo haciendo que no se entiendan (dice el padre en varias ocasiones “La música es el arte de hacer ruido”). Esto hace que Dani se interrogue continuamente “¿También esto se heredará?”; una madre que enferma de Alzheimer a edad temprana y hará que Dani pierda toda posibilidad de comunicación con ella (“Un día las madres dejan de darte el beso de buenas noches. En mi caso una noche no llegó el beso y aguardé silenciosamente. La oscuridad se transformó en hostil, lúgubre, inhóspita. Puede que otras noches yo mismo la llamara, pero llega la noche en que no te sientes autorizado para gritarle mamá, ¿vienes? Y no viene nadie. Puede que cuando despiertes a la mañana siguiente seas más adulto, más independiente, pero esa noche tan solo eres más infeliz”), que termina ingresada en un centro al ser prácticamente imposible la convivencia, haciendo esto que la familia se tambalee, aunque él siente y comprende la vida desgraciada que ha llevado esta mujer a lo largo de su existencia.

La amistad se ve reflejada en tres personajes: Animal, que representa el primitivismo, lo básico, bruto, amante de los excesos (alcohólico); Gus, que siempre está presente en su recuerdo, a pesar de su trágica desaparición, es el ingenio, la creatividad, el disfrute, el protagonismo,…; y el propio Dani, que resulta el más tranquilo, el reflexivo, positivo: siempre está dispuesto a iniciar una nueva etapa en su vida.… Los tres empiezan a fraguar su amistad en la adolescencia, cuando asisten a un colegio religioso que intenta amoldar los comportamientos del profesorado de la dictadura a la democracia, algo que no siempre es fácil (nos dice el protagonista que lo que recuerda de la transición es que los curas intentaron pegarles menos). En esta época realizan su sueño de formar un grupo musical que desarrollará su trabajo a lo largo de los años 80/90.

El tercer tema importante en la vida del protagonista es el amor. Nos encontramos a una persona apasionada, con dos grandes amores a lo largo de su vida que acaban en pérdidas y crean en él conflictos existenciales y crisis de identidad que lo hacen dudar de su propia personalidad. Nos dice Dani: “Quien no ha perdido a quien quiere mientras le dice todo está bien, no pasa nada, no sabe lo que es el amor”.

Por último el éxito, la fama. El escritor  describe muy bien el comportamiento de determinados personajes famosos que, cuando la gente enloquece al oírles cantar, ellos se creen dioses, incluso les molesta que les admiren y se atreven incluso a insultarlos.

En la segunda parte de la novela, el autor nos presenta dos mundos enfrentados: el mundo rural que representa la tradición y que lucha por modernizarse, y el mundo cosmopolita de la ciudad que representa la modernidad, (“Las raíces se convierten en algo primario, porque nos atornillan al mundo. Pero las raíces no dejan volar”).

El protagonista se forja una personalidad mezclando ideales, sueños, éxitos, fracasos, mentiras, amistad, amor,…, manteniendo un equilibrio precario, pero a la vez resistente, entre deseo y realidad. Al final consigue hacer lo que siempre había querido, a pesar de las continuas dudas (“Como todo en la vida, sólo lo que puede salir mal merece la pena intentarse”).

Nos muestra el ajetreo del momento musical, la época de la movida madrileña, del tópico del sexo, droga y rock and roll y la vida del compositor, moviéndose entre todo ese mundo y la soledad, que encuentra la inspiración en acontecimientos cotidianos para hacer las letras de sus canciones. Vemos mucha melancolía, mucha nostalgia, sobre todo por la infancia, (“Las canciones son a menudo formas de recuperar lo ausente, porque cada vez que escribes, escribes de lo que has perdido”).

El autor nos muestra un buen elenco de personajes variados y entrañables, intercalándolos de notas de humor, haciéndolos cercanos y queridos, a la vez que nos muestra el intrincado laberinto interior de la organización del mundo de la música, a la vez que nos hace reflexionar sobre: música, fama, creatividad, familia, costumbres de distintos países, amistad, herencia, muerte, amor,…


La próxima lectura será "Los girasoles ciegos" de Alberto Méndez, estando su reunión prevista para el día 15 de diciembre, si es posible realizarla, sino recurriremos al uso de las tecnologías.

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