Aunque el título recoge el nombre de Sisí, el verdadero protagonista de la misma es el padre, Cecilio Rubes. Este es el dueño de un establecimiento de venta de materiales sanitarios, de mediana edad, perteneciente a la burguesía, clase media alta urbana, en una ciudad de la que desconocemos el nombre, por los pocos datos que nos aporta, pero no muy alejada de Madrid.
Cecilio Rubes es una persona egocéntrica, egoísta, falta de moral, que no ama a su mujer, sin amigos, con amante, sometido a los designios de su viuda madre, sin fe aunque mantiene un cierto respeto por las instituciones religiosas y a los usos sociales (como la asistencia a misa), desea ser valorado por lo que posee, duda siempre de las intenciones de los que lo rodean y tiene en baja consideración a todas las personas.
Aunque nunca quiso tener descendencia, las circunstancias hacen que su mujer haya quedado embarazada y dé a luz un niño. A partir de ese momento ese será el centro de su vida, de ahí el título de la novela.
Sisí es la pronunciación que el niño hace de su nombre, Cecilio, cuando su padre pretende que aprenda a decirlo.
La convivencia familiar se limita a que se haga lo que el padre decide, sin estimar la opinión materna, siendo su único objetivo en la educación que su hijo sea feliz, sin normas, sin escolarización,..., lo que da lugar a criar a una persona totalmente egoísta, sintiéndose el centro del mundo, que logra todo lo que desea y se siente superior a todos y en todo, pero en el fondo es una persona cobarde. Sisí termina siendo un reflejo de su padre.
En contraposición tiene unos vecinos, Familia Sendín, algo más jóvenes, con una amplia prole (el primero nació con un mes de diferencia con Sisí), representativa de la clase media conservadora, muy católica, con ideales y compromisos políticos, que procuran una educación integral y reglada a sus hijos, a los que inculcan una buena y respetuosa educación.
Con el transcurrir de la historia el protagonista advierte que el dinero no da la felicidad, que su vida ha tenido un desarrollo absurdo, que se ha equivocado en todo, pero es consciente de ello cuando ya no tiene solución.
La novela tiene un final inesperado y sorprendente.
La obra es una sátira moral. Hace un retrato crítico de la familia y sus relaciones tormentosas, a veces incluso violentas: sus estereotipos, prejuicios, hipocresía.
Delibes acostumbra a dar protagonismo en sus obras a los niños, en algunas los hemos conocido en el ámbito rural, ahora vemos el contraste porque en este caso pertenece a la clase media alta urbana: es un niño rico, sobreprotegido, mimado, maleducado, ignorante, inculto y sin valores.
Hace buenas descripciones de los personajes, tanto físicas como psicológicas, dibujándonos un fresco de las variadas situaciones de la vida española de la época, en una sociedad con una clara escala de valores. Para dar verosimilitud al relato, incluye al inicio de algunos capítulos las noticias destacadas de la prensa diaria, incluyendo anuncios comerciales para conocer el mundo empresarial, al que pertenece el protagonista.
Es una novela de interiores: diversas casas, el establecimiento comercial, el Club,...
A pesar de que la historia abarca desde principios del siglo XX hasta la mitad de la Guerra Civil, unos 20 años, y el autor no hace valoración de las actitudes de los personajes, la mayoría de los personajes son víctimas, donde predomina el desprecio al otro y el desinterés por lo colectivo y lo social.
El lenguaje es rico y preciso, dando a cada personaje toques diferenciales que observamos en los abundantes diálogos que contienen la novela. Como nota diremos que utiliza el laismo.
Para mostrar el carácter de los personajes, en la primera mitad utiliza en abundancia en nombre de Cecilio Rubes y en la segunda el de Sisí.
Metidos en una sociedad machista y clasista, que observamos perfectamente en el funcionamiento de los clubs sociales (Real Club) sólo para hombres, refleja también el mundo femenino: su mujer, encerrada en casa y supeditada a los deseos de su marido; madre, autoritaria y controladora; vecina, más comprometida con los ideales; amante, sometida al hombre; niñas, diferencias sociales entre las ricas y las pobres,...
La novela fue llevada al cine en el año 1976 bajo el ´titulo de "Retrato de familia".
Una obra que merece la pena leer.
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