miércoles, 31 de octubre de 2018

Ella, que todo lo tuvo. Ángela Becerra

El martes 30 de octubre nos reunimos para comentar el libro "Ella, que todo lo tuvo" de Ángela Becerra. Aquí os dejo algunos de los comentarios.
 
El lugar en el que se desarrolla básicamente la historia es Florencia, que en el libro aparece en italiano (Firenze).
Ella (nombre del personaje protagonista) es escritora, acaba de tener un accidente con el coche que ella misma conducía, acompañada de su marido y su hija, y que no aparecen por ningún sitio. Ante esta situación, la abandona el deseo, el ánimo y la fuerza para escribir y su vida adquiere un tinte obsesivo por encontrar a su familia.
Esa obsesión la comparte con unos deseos contradictorios, pues por un lado no quiere seguir viviendo, no encuentra motivación para hacerlo y se encuentra abatida; sin embargo, por otro, siente deseos de buscar y encontrar algo que la haga feliz.
Aunque lleva bastante tiempo alejada de su familia, por motivos que se irán viendo o intuyendo a lo largo de la historia, recibe una carta de su madre a través de la embajada de Colombia, al enterarse que está en Italia. En la carta, la madre le cuenta que sus abuelos eran italianos y le aconseja que vaya a Florencia y busque algo relacionado con la historia que le contaba su abuela. También le envía un paquete con algunas notas y pertenencias de su padre, además de señalarle el amor que este sentía por ella y lo feliz que se sentiría al saber que era escritora.
En el paquete encuentra cien páginas mecanografiadas por su padre con variados inicios de historias, una hoja carcomida, que al parecer formaba parte de un diario, y protegida por unas tablillas en las que se ve el dibujo de una gema y, envuelto en un pañuelo, un diamante azul enorme en forma de lágrima.
Los escritos de su padre le plantean una serie de interrogantes a los que ella intentará dar respuesta en los días siguientes, a la vez que se pone como meta intentar encontrar las páginas que puedan completar el diario del que hablaba la abuela.
Ella sigue sin tener deseos de escribir pero se refugiará en los libros para encontrar algún motivo para seguir viviendo. Asistirá a la librería de viejo que ha descubierto, en la que hay tantos libros antiguos y es propiedad de un personaje enigmático y por el que empieza a sentir cierta atracción. También acudirá a un taller de restauración de libros, en el que se intentan limpiar y recomponer los libros que están deteriorados, sobre todo los que sufrieron la gran riada que tuvo lugar en el mes de noviembre de 1966, por el desbordamiento del río Arno, y que destruyó una enorme cantidad de obras de arte y de libros. Muchos de estos fueron salvados por los llamados “Angeli del fango” (Ángeles del barro), que fueron personas que acudieron de forma voluntaria para poder salvar el contenido de las bibliotecas.
Este hecho ocurrió realmente.
Es una novela de soledad, o soledades, pues todos los personajes que aparecen están ungidos por ese mismo bálsamo: la protagonista, Ella; el librero, Lívido; el profesor de restauración, Sabatini; el vagabundo, cantante y recitador;… Este personaje marginal, a pesar de estar solo, es el contrapunto a los otros, porque es una soledad elegida y enfoca su vida a buscar la felicidad y, además, llevarla, o compartirla, con los demás. Es un personaje bastante reflexivo y que aporta bastantes ideas y pensamientos positivos.
Cuando va avanzando la novela, vamos descubriendo que toda la historia que nos cuenta está mediatizada por la enfermedad psíquica que sufre la protagonista y que nos hace dudar entre la realidad y aquello que está sólo en su mente, llegándose a pensar que todo puede llegar a ser ficticio.
El ambiente de la novela es oscuro y frío: la noche, los pasillos largos y sin iluminación, la luz de las velas, la cabaña solitaria y abandonada, la lluvia que moja, el agua fría, el oleaje desbocado, las calles mojadas,…; la ausencia de calor humano.
A su vez, toda la trama está rodeada de amor, de seducción y de sensualidad pero sin concretarse en nada, ni llegar al contacto físico.
Dentro de este juego, y para huir de la soledad, crea un personaje enigmático, “la donna di lacrima”, que recibe semidesnuda y en un ambiente exótico y sensual, a personajes de la sociedad florentina para que desahoguen sus penas, permanece todo el tiempo en silencio y solo se deja acariciar por algún objeto.
La autora juega con el nombre del librero. Lívido hace mención al tono de la piel muy blanca, pues no recibe apenas la luz del sol, siempre está recluido en su librería y sale muy poco. Y la palabra libido, que hace referencia al deseo sexual, que es lo que siente el librero, primero por Antonella, que lo deja en soledad, y después por Ella, con la que no se atreve a dar el paso y decirle lo que siente por ella.
Hay una denuncia de abusos sexuales infantiles en el entorno familiar, quizás el detonante de todo lo que posteriormente marca la vida de la protagonista de la novela: alejamiento de la familia, aparición de la enfermedad psicológica, que la aqueja, motivo del estado de soledad en el que se encuentra,…
Utiliza muchas referencias literarias de autores variados, para enfatizar el oficio literario de la protagonista. En la parte final de la obra hay veintiuna referencias de obras distintas.
La autora estuvo dos meses alojada en el mismo hotel que aparece en la novela con el objetivo de escribirla. Demuestra un gran conocimiento del callejero de la ciudad.
 
 
El martes, 27 de noviembre, comentaremos el libro "El Club de la Memoria" de Eva Díaz Pérez, en la Biblioteca Pública Manuel Altolaguirre, a las 18:00 h.

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