El martes 30 de octubre nos reunimos para comentar el libro "Ella, que todo lo tuvo" de Ángela Becerra. Aquí os dejo algunos de los comentarios.
El lugar en el que se desarrolla básicamente la
historia es Florencia, que en el libro aparece en italiano (Firenze).
Ella (nombre del personaje protagonista) es
escritora, acaba de tener un accidente con el coche que ella misma conducía,
acompañada de su marido y su hija, y que no aparecen por ningún sitio. Ante
esta situación, la abandona el deseo, el ánimo y la fuerza para escribir y su
vida adquiere un tinte obsesivo por encontrar a su familia.
Esa obsesión la comparte con unos deseos
contradictorios, pues por un lado no quiere seguir viviendo, no encuentra
motivación para hacerlo y se encuentra abatida; sin embargo, por otro, siente
deseos de buscar y encontrar algo que la haga feliz.
Aunque lleva bastante tiempo alejada de su
familia, por motivos que se irán viendo o intuyendo a lo largo de la historia,
recibe una carta de su madre a través de la embajada de Colombia, al enterarse
que está en Italia. En la carta, la madre le cuenta que sus abuelos eran
italianos y le aconseja que vaya a Florencia y busque algo relacionado con la
historia que le contaba su abuela. También le envía un paquete con algunas
notas y pertenencias de su padre, además de señalarle el amor que este sentía
por ella y lo feliz que se sentiría al saber que era escritora.
En el paquete encuentra cien páginas
mecanografiadas por su padre con variados inicios de historias, una hoja
carcomida, que al parecer formaba parte de un diario, y protegida por unas
tablillas en las que se ve el dibujo de una gema y, envuelto en un pañuelo, un
diamante azul enorme en forma de lágrima.
Los escritos de su padre le plantean una serie
de interrogantes a los que ella intentará dar respuesta en los días siguientes,
a la vez que se pone como meta intentar encontrar las páginas que puedan
completar el diario del que hablaba la abuela.
Ella sigue sin tener deseos de escribir pero se
refugiará en los libros para encontrar algún motivo para seguir viviendo.
Asistirá a la librería de viejo que ha descubierto, en la que hay tantos libros
antiguos y es propiedad de un personaje enigmático y por el que empieza a
sentir cierta atracción. También acudirá a un taller de restauración de libros,
en el que se intentan limpiar y recomponer los libros que están deteriorados,
sobre todo los que sufrieron la gran riada que tuvo lugar en el mes de
noviembre de 1966, por el desbordamiento del río Arno, y que destruyó una
enorme cantidad de obras de arte y de libros. Muchos de estos fueron salvados
por los llamados “Angeli del fango” (Ángeles del barro), que fueron personas
que acudieron de forma voluntaria para poder salvar el contenido de las
bibliotecas.
Este hecho ocurrió realmente.
Es una novela de soledad, o soledades, pues
todos los personajes que aparecen están ungidos por ese mismo bálsamo: la
protagonista, Ella; el librero, Lívido; el profesor de restauración, Sabatini;
el vagabundo, cantante y recitador;… Este personaje marginal, a pesar de estar
solo, es el contrapunto a los otros, porque es una soledad elegida y enfoca su
vida a buscar la felicidad y, además, llevarla, o compartirla, con los demás.
Es un personaje bastante reflexivo y que aporta bastantes ideas y pensamientos
positivos.
Cuando va avanzando la novela, vamos
descubriendo que toda la historia que nos cuenta está mediatizada por la
enfermedad psíquica que sufre la protagonista y que nos hace dudar entre la
realidad y aquello que está sólo en su mente, llegándose a pensar que todo
puede llegar a ser ficticio.
El ambiente de la novela es oscuro y frío: la
noche, los pasillos largos y sin iluminación, la luz de las velas, la cabaña
solitaria y abandonada, la lluvia que moja, el agua fría, el oleaje desbocado,
las calles mojadas,…; la ausencia de calor humano.
A su vez, toda la trama está rodeada de amor,
de seducción y de sensualidad pero sin concretarse en nada, ni llegar al
contacto físico.
Dentro de este juego, y para huir de la
soledad, crea un personaje enigmático, “la donna di lacrima”, que recibe
semidesnuda y en un ambiente exótico y sensual, a personajes de la sociedad
florentina para que desahoguen sus penas, permanece todo el tiempo en silencio y
solo se deja acariciar por algún objeto.
La autora juega con el nombre del librero.
Lívido hace mención al tono de la piel muy blanca, pues no recibe apenas la luz
del sol, siempre está recluido en su librería y sale muy poco. Y la palabra
libido, que hace referencia al deseo sexual, que es lo que siente el librero,
primero por Antonella, que lo deja en soledad, y después por Ella, con la que
no se atreve a dar el paso y decirle lo que siente por ella.
Hay una denuncia de abusos sexuales infantiles en
el entorno familiar, quizás el detonante de todo lo que posteriormente marca la
vida de la protagonista de la novela: alejamiento de la familia, aparición de
la enfermedad psicológica, que la aqueja, motivo del estado de soledad en el
que se encuentra,…
Utiliza muchas referencias literarias de
autores variados, para enfatizar el oficio literario de la protagonista. En la
parte final de la obra hay veintiuna referencias de obras distintas.
La autora estuvo dos meses alojada en el mismo
hotel que aparece en la novela con el objetivo de escribirla. Demuestra un gran
conocimiento del callejero de la ciudad.
El martes, 27 de noviembre, comentaremos el libro "El Club de la Memoria" de Eva Díaz Pérez, en la Biblioteca Pública Manuel Altolaguirre, a las 18:00 h.
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