El autor de este libro es Marcos Ana, aunque su verdadero nombre es Fernando Macarro Castillo, nacido en el año 1920, proveniente de una familia de jornaleros.
Siendo aún un niño dejó los estudios y se puso a trabajar. Participó en la guerra civil.
Fue apresado a los 19 años y se convirtió en el preso político que pasó más tiempo en las cárceles, en las que escapó a varias condenas de muerte. En la cárcel comenzó a escribir sus primeros poemas bajo el seudónimo de Marcos Ana, que son los nombres de sus padres. Fue liberado, por la presión internacional, en 1961, tras haber pasado 23 años encerrado.
Se exilió a Francia, donde creó el Centro de Información y Solidaridad con España (CISE) con Pablo Picasso de presidente de honor. Recorrió Europa y Sudamérica, pronunciando conferencias y organizando campañas de apoyo a los exiliados y opositores al franquismo.
Tras la muerte de Franco regresó a España en 1976.
En 2007 publicó este libro de memorias, prologado por José Saramago.
Murió el día 24 de Noviembre de 2016 en Madrid a los 96 años de edad.
Es una memoria bastante emotiva en la que nos habla de las prisiones, del posterior exilio, de la lucha por la libertad y por la democracia, contada por un gran poeta que en el fondo encierra a un gran humanista.
La primera parte del libro nos habla de su familia, de su infancia, su juventud y de su estancia en las diversas cárceles por las que pasó y los diferentes sucesos que le fueron ocurriendo. Algunos de los relatos son bastante trágicos y duros.
En la cárcel comienza a forjarse su alma de poeta, pero él mismo insiste en que su reconocimiento como tal no es debido a su calidad literaria, sino porque representa la voz de todos los encarcelados, de los que luchan por la justicia y la democracia. Van apareciendo, junto al relato, algunos de sus poemas.
En la segunda parte nos va contando su labor en el exilio y los recorridos que va haciendo alrededor del mundo, para llevar la voz de los encarcelados y su lucha para que nuestro país alcanzara la democracia. Esta parte se hace más monótona al ser más repetitiva, de forma cronológica van apareciendo los homenajes que va recibiendo en aquellos lugares que va visitando, pues casi todos tienen una estructura bastante parecida. También se centra mucho en la forma de trabajar del Partido Comunista, del que hoy día se tiene una visión distinta.
En el prólogo que realiza José Saramago nos habla de que el estilo es "descarnado y poético".
Hay que resaltar de esta autobiografía que está escrita sin un atisbo de resentimiento ni rencor, sin una gota de deseo de revancha, abandonando cualquier deseo de ejercer violencia contra nadie. Marcos Ana nos habla de amor a la vida, a la libertad, amor a España y a la reconciliación de sus hijos,...
Este libro es un ejercicio de memoria histórica en el que se elimina el odio y el rencor, por eso debía ser imprescindible su lectura, también en los centros educativos.
Decía Whitman: "Camarada, esto no es un libro; quien toca esto, toca a un hombre".