La obra que
puede tratarse como novela, como un extenso relato e incluso como una especie
de documental, nos cuenta parte de la historia de la miserable vida de dos ramas
de la misma familia que vive en un lugar alejado de toda civilización moderna
en la que cada personaje tiene una vida y unos intereses oscuros, rodeados de
miseria, en un ambiente endogámico en el que se dedican a sobrevivir y con
vagas aspiraciones, por ejemplo, vemos que a la niña protagonista le interesa
asistir al colegio básicamente porque allí le dan de comer, aunque después
tenga otros sueños más elevados; el maltrato a la mujer está totalmente
generalizado, incluso se lleva a cabo con orgullo de varón y asumido por la
mujer como algo natural; la moral no existe y los intereses por mejorar la vida
son casi inexistentes o muy básicos.
Algunos
personajes se dejan llevar por la inercia de sus vidas, sobre todo las personas
más mayores; para otros, los más jóvenes, la máxima aspiración es conseguir un
trabajo fácil, aunque sea temporal, como puede ser en el mundo de la
hostelería; para otros su futuro está en una ciudad con un mundo y unas
relaciones distintas que los aleje de la miseria en la que viven.
Aunque es una
historia que aparentemente se presenta anodina, encierra muchos recovecos,
sobre todo en las actuaciones y las reflexiones de los diferentes personajes,
que a pesar de llevar una vida sencilla la mayor parte del tiempo, todos tienen
algún interés oculto al que aspiran como una pequeña esperanza de felicidad, aunque
no todos los lectores aprecian el punto de esperanza.
La obra es
toda una lección, o un estudio, de antropología en el que apreciamos cómo el
progreso social siempre lleva un ritmo más lento en el mundo rural; cómo se
reflejan el gran poder de las supersticiones, como el culto a los muertos con
todo el protocolo que lleva aparejado; el primitivismo que conforman las
costumbres ancestrales que condicionan la mayoría de las actuaciones, que aquí tomamos
como modelo pero que tienen un carácter universal.
El relato,
que no está presentado de forma lineal, sino fragmentada, también posee unos
rasgos que nos puede inducir a valorarlo como obra filosófica en la que se
mezcla lo real, lo absurdo y lo mágico.
El autor nos
presenta un buen retrato de esta sociedad conformada por un círculo cerrado,
que podemos definir como un micromundo, en el que la mayoría de los personajes pertenecen
al mismo tronco familiar; enclavados en una muy baja escala social, que se
mueven más por instintos que por pasión; con un grado mínimo de inteligencia
que los arrastra a una gran incultura; en la que las familias están
incompletas, por muerte (varios suicidios) o huida, o rotas; rodeadas de una
gran miseria humana, tanto física como mental e incluso moral, quizás la más
dolorosa.
En medio de
una historia que parece tan real, descubrimos de repente la historia de un
gallo chino, que además es nocturno, algo que va contra su propia naturaleza,
que nos deja descolocados y dudando de si este existe en realidad o forma parte
de un relato mágico de los que son frecuentes en las comunidades pequeñas y
apartadas con los que se mantiene viva la imaginación de sus habitantes. Y al
final, es paradójico que todo el encantamiento acabe con el animal en un guiso.
La próxima reunión tendrá lugar el martes 13 de enero de 2026, en la sede de la Asociación Ben-al-Arte, a partir de las 18 h,, para comentar la novela "El guitarrista" de Luis Landero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario