La novela tiene
una difícil calificación, puede valorarse como una mezcla de tintes históricos
y románticos.
El
protagonista es un joven viajero llamado Hans que viaja por Alemania y hace
noche en una ciudad llamada Wandernburgo, ciudad ficticia entre Prusia y
Sajonia, en la que piensa estar poco tiempo pues sólo le coge de paso hacia su
destino ya programado, y en lugar de alguna noche se queda un año.
Wandernburgo,
neologismo alemán (Wandern, paseo + Burg, ciudad). El mismo autor la define
como “ciudad móvil”, de ahí que el protagonista vea que las calles no las
encuentra en el mismo sitio de un día para otro, o cuando cambia de
establecimiento.
En ese tiempo
de permanencia irá conociendo un amplio abanico de personajes y entre todos
lograrán, sin que se lo propongan, que su estancia se prolongue en la ciudad y
vaya entablando una serie de relaciones de cierta relevancia que nos descubran
las características de cada personaje, también su propia personalidad y la
estructura social de la ciudad, con sus diversos estamentos sociales bien
diferenciados.
La novela
mantiene cuatro centros de interés que se irán solapando unos a otros a lo
largo del desarrollo de la misma:
El primero lo
ocupará el mundo social y lo marcará el encuentro con el viejo organillero. Es
el primer personaje que descubre, y lo dejará fascinado. Se sitúa con su
instrumento en una esquina de la plaza principal, acompañado siempre por su fiel
perro, y vive en una precaria cueva en la que se encuentra algunos días con
otros dos personajes del mundo del proletariado con los que conversa (representan
a los sin techo, los campesinos y los obreros industriales).
El segundo es
una historia de amor que nace en el seno de una tertulia semanal, que se
realiza en casa de una familia empresarial y adinerada, en teoría, formada por
un padre y una hija, comprometida esta con un personaje aristocrático de la
ciudad. En esta se tratan temas de lo más variado, y a la que ha sido invitado a participar el
joven viajero.
El tercero
sería el trabajo de traductor que lleva a cabo el protagonista como forma de
sustento y en el que se ha propuesto realizar una antología poética de autores
europeos traducida al alemán, y en el que buscará la colaboración de la joven
aristocrática.
El cuarto
eslabón de la novela encierra una intriga policiaca. Una persona desconocida se
dedica a violentar a mujeres entre algunas calles de la ciudad al caer la
noche, hasta el punto de estar creando alarma social.
La historia
no está cronológicamente concretada, pero podemos enclavarla aproximadamente en
la década de 1820, con algunos saltos de años, quizás no de forma consciente.
A la tertulia
de la cueva se suman el personaje principal y su amigo Álvaro, empresario de
origen español. Ambos participan también en la otra tertulia. La línea de
discusión la marca generalmente el organillero, que nunca ha salido de la
ciudad y cuyos argumentos, como el de sus amigos, nacen de la propia
experiencia y de la sabiduría popular, y aportan al lector sustanciosos
argumentos sobre el sentido de la vida; el concepto y el hecho de viajar; la
extranjería y multiculturalidad; la ciudad y sus cambios en muchos aspectos; la
transformación del campo y del mundo industrial con los cambios que empiezan a
producirse en las relaciones laborales,…
En
contraposición, tenemos la tertulia del salón aristocrático, donde los
participantes son agasajados con bebidas y comidas variadas y abundantes. Allí
los temas son de cierta enjundia y profundidad, los participantes, 8 ó 9, representativos
de la sociedad decimonónica, muy bien definidos, están coordinados por la
señorita Sophie, hija del dueño de la casa, que interpreta su papel de
anfitriona-moderadora a la perfección, transgresora, defensora de la mujer, que
sabe argüir y rebatir opiniones.
La tertulia ofrece
una amplia reflexión sobre la literatura y la sociedad: temas de carácter
político, como la invasión y ocupación de Napoleón de su territorio, la
construcción de Europa, la abolición de las fronteras empezando por las económicas,
la organización de los estados; temas literarios, como la ilustración española,
las diferencias entre Alemania, Francia y España con respecto a la producción literaria
y la lectura real, los libros, saliendo a relucir muchos autores y obras; la
música clásica y autores, algunos contertulios también tocan algún instrumento
y cantan; sobre la mujer y su papel social, teniendo a Sophie como férrea
defensora de sus aspiraciones ante los tertulianos, tanto hombres como mujeres;
las religiones, las diferencias entre España y Alemania, sentimientos,
laicidad,…; la relación que el arte mantiene con la tradición, el mundo
clásico, modernismo, la interpretación de la realidad,…; la traducción, la
discusión sobre si es apropiado traducir poesía cuando lo que muestra son sentimientos
personales.
La relación
amorosa se mezclará con los trabajos de traducción. Además de las reflexiones sobre la poesía de cada nación, el
trabajo de traducción da lugar a encuentros eróticos que se pueden valorar como
una metáfora según la cual traducir y amar son equivalentes, pues se trata de
interpretar al otro, texto o amante.
El trabajo de
traducción que realizan entre los dos consiste en hacer una antología de poesía
europea, con la posibilidad de poder llegar a ser universal, y lo organizan por
países: empiezan con Inglaterra, después siguen con poesía francesa, española,
con la ayuda de Álvaro; italiana, portuguesa y rusa. Además, recibe el encargo de
la editorial de escribir un ensayo sobre poesía alemana contemporánea que
incluya alguna mujer.
Aparece la
figura de la censura editorial, con distinta visión de los personajes.
La intriga
policiaca, dentro del dramatismo, encierra crítica social, ideas machistas,…; y
en ciertos momentos tonos humorísticos e irónicos durante la investigación de
la policía.
El tema de la
mujer, además de la crítica y la defensa de las aspiraciones que hace Sophie,
se pone en valor en algunos aspectos: la hija del posadero busca ayuda para
aprender a leer y escribir, la criada ha aprendido a leer de forma autodidacta
y hace esfuerzos por aprender inglés. También se habla de insatisfacción sexual
en el matrimonio, maternidad, violencia de género, sumisión,…
De manera
breve también aparece la homosexualidad, en algún caso de manera sutil en el
libro del cura.
En el
desarrollo de la trama se van encajando las piezas pero dejando un final
abierto.
La novela
contiene todos los géneros literarios y todas las formas de escritura.
A lo largo de
la novela aparecen: relato breve (algunas remembranzas de los personajes),
ensayo (los largos e interesantes debates), poesía (las traducciones de los
poemas y el tono poético en algunos textos en prosa), teatro (las dos pequeñas
interpretaciones leídas de obras teatrales), novela policiaca, aforismo (en
algunas descripciones. “Entre las telarañas un insecto asistió al sueño de
Hans, hilo por hilo”).
Además
aparecen otras formas de escritura: cartas (entre los enamorados), diario (Libro sobre el estado de las almas del cura),
noticias de prensa, crítica literaria (entre los comentarios de los
tertulianos), algunos detalles de cuento (cuando trata al perro del organillero
como un personaje más).
Además
propone una reflexión sobre la sociedad del momento (política, economía, clases
sociales, estética, papel de la mujer, Iglesia, religión,…), el mundo de las
apariencias y los silencios.
Hay una
crítica a la Iglesia católica, desde el poder que le otorgan a la ciudad por el
hecho de convertirse en un bastión católico entre ciudades protestantes a
cambio de una importante aportación económica, ya sea en algún momento sajona y
en otros prusiana; así como el control que ejerce el cura, como representante
de la misma, sobre la vida y la hacienda de sus habitantes, pensando siempre en
los intereses de esa Iglesia.
Aparición de
la música a lo largo de toda la novela. Incluso la división de la historia en
las cuatro estaciones, de invierno a otoño, recuerda la obra de Vivaldi.
Hay una
reivindicación de autores clásicos con bastantes referencias al Quijote.
Las guerras
napoleónicas y las ideas revolucionarias francesas han dejado un temor entre la
población que, cargada de prejuicios, podemos comprobar como convierte el
birrete jacobino que porta Hans en un atuendo inquietante que no desean ver.
El autor hace
un guiño a la ciudad de Granada, lugar en el que reside, en palabras de Álvaro.
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