martes, 16 de abril de 2024

Charla-coloquio. José Antonio Serrano

El pasado viernes, 12 de abril, tuvo lugar en el CPA Silvestre González de Benalmádena una charla-coloquio, organizada por la Asociación Cultural Ben-al-Arte y cuyo ponente fue José Antonio Serrano Carvajal.

El conferenciante, Policía Local y Graduado en Historia por la Universidad de Málaga y, que desde 2022 está centrado en la investigación sobre la historia de Benalmádena, hizo un recorrido histórico, partiendo desde la primera década del siglo XX y hasta mediados de siglo, por las leyes que mejoraron o perjudicaron la vida de la mujer. Estas leyes siempre generaron un amplio debate  en la vida política y social entre los defensores y detractores cada vez que se sometieron a su aprobación.

Mostró varios documentos en los que se recogían algunos artículos concretos de diversas leyes en los que se hacía referencia al derecho al voto femenino, con ciertos condicionantes, la falta de derechos para ejercer la potestad incluso sobre sus propias herencias, el derecho a la formación educativa o al acceso a estudios superiores.

Se detuvo con más detalle en dos figuras femeninas que abogaron por la defensa de los derechos de la mujer en la época de la II República, Clara Campoamor y Victoria Kent. Como defensoras del cambio de leyes que beneficiaran a las mujeres, tuvieron que luchar incluso contra el sector masculino de sus propios partidos y pudieron comprobar lo difícil que es cambiar la mentalidad de algunos hombres, aún después de haber podido cambiar la legislación.

Durante el periodo de Guerra Civil, la mujer va a desempeñar distintos trabajos según el bando en el que le tocó combatir. Mientras en uno asume el papel de preservar el papel de la familia y hace labores reservadas al sexo femenino, en el otro extremo la mujer va a asumir incluso labores bélicas en el mismo frente, algo que tampoco era bien visto por algunos de sus compañeros de armas.

En la retaguardia, y una vez acabada la guerra, la mujer va a sufrir una represión más acentuada si pertenecía al bando republicano, pues, además de los castigos comunes sufridos por toda la población, ellas van a sufrir unos más específicos, como por ejemplo, el rasurado del pelo, símbolo de su feminidad, la ingesta de aceite de ricino, con las consecuencias generadas por sus efectos laxantes, y el paseo público por las calles de los pueblos y ciudades para que el escarnio fuera mayor.

Se produjeron algunas preguntas e intervenciones del público asistente, así como testimonios concretos sobre la discriminación sufrida en algún caso por alguna de las mujeres asistentes.

Algunas fotos del acto.


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