Novela publicada en el año 2000. Premio de Novela Fernando Lara de ese año.
La historia se centra en las vidas de las mujeres de tres generaciones, pertenecientes a la misma familia, que perdieron la guerra y vuelven a su casa.
La trama transcurre en la ciudad de Castrollano, que bien pudiera referirse a Gijón, lugar de nacimiento de la autora.
La cabeza de familia es la madre, Letrita, que ha perdido a su marido en el transcurso de la guerra, y ha de hacerse cargo de toda la familia: María Luisa es la hija mayor, maestra antes de la guerra, ahora represaliada ya no puede ejercer, su marido se encuentra encarcelado en Badajoz y ella hará todo lo posible, aún terminando asqueada, por recuperarlo; Alegría, segunda hija, antes del inicio de la guerra, huye de su marido, a causa del maltrato y la humillación, tiene una hija pequeña fruto de esa relación; Feda es la hija pequeña, ingenua, protegida por las demás dado su débil carácter, vive en su mundo, enamorada de un miembro de una familia pudiente, y de ideología contraria, que se opone a esa relación, pero que no altera lo que ella siente, al final se demostrará a sí misma que sus ideas valen más que un buen lugar en la sociedad; Merceditas, la hija de Feda, la más joven del grupo, al principio no es muy consciente de lo que pasa, siembra dudas en el resto de la familia pues todos dudan al no saber muy bien qué decirle cuando tiene que enfrentarse con el mundo hostil que la rodea.
Además, existe otro personaje, Miguel, hermano de las anteriores, un joven idealista que no dudó en estar siempre al lado de los débiles, que enseguida se alistó y acudió al frente de batalla, muriendo pronto, dejando mujer, que se debate entre huir o aventurarse a una posible muerte, y varios hijos.
A lo largo de la novela iremos conociendo la historia de la familia a través de cada personaje, que dará título a cada capítulo, pues aunque el fondo es el mismo, cada uno de ellos nos mostrará su propia experiencia, su forma de ver la vida, el mundo y su propio conflicto interno. Aunque la historia arranca cuando vuelven a la ciudad una vez acabada la guerra, la narración se moverá atrás y adelante en el tiempo hasta conocer los cambios operados tras la contienda y los motivos que han conducido a la situación que viven en ese momento. Al final también nos dejará unos apuntes de futuro, pensando en el miembro más pequeño de la familia.
La historia de esta familia puede ser la misma de cualquier familia española, del lado vencido de la guerra, después de 1939.
Es una historia dura en un país que termina de salir de una lucha que había enfrentado a familias, a amigos de toda la vida, a personas que se querían y ahora se odian. Van a conocer el grado de amistad cuando se pasa a través del filtro de la ideología: amigos y vecinos que les dan la espalda por sus ideas, por miedo o por convicción; pero también quedarán unos pocos que están dispuestos a ayudarlas a pesar de todo.
También es una historia de superación y supervivencia pues cuando regresan con la esperanza de que todo volviera a la normalidad, se dan cuenta que esta se empieza a desvanecer, que han perdido prácticamente todo, quizá demasiado, pues, desde un principio, los vencedores les dejan claro que tampoco podrán recuperar nada de cuanto aún creían poseer, desde la casa, que ahora está ocupada por otra familia, las trabas para acceder al trabajo que se desempañaba antes, las prohibiciones para celebrar las reuniones sociales de antaño,... Han desaparecido todos los sueños, porque la derrota no sólo ha sido total sino que amenaza con ser continua.
La autora, como es habitual en la mayoría de sus obras, nos muestra la mirada de un grupo de mujeres ante un desolado paisaje y que, aunque superadas por la humillación y la tristeza, cada una con su particular forma de sentir y enfrentarse a los problemas, nos mostrarán la valentía con que levantarán la cabeza para mirar de frente a las personas y a ese cielo que les dibuja un porvenir muy negro que les apunta hacía la claudicación.
En el personaje de Merceditas, con las reflexiones del resto de la familia, se observa una pequeña llama de optimismo con el fin de poder paliar los posibles daños futuros, que siempre estará marcado por el presente.
A pesar del tono trágico de la obra, aparecen algunos toques de humor, como la relación entre la amiga de Letrita y su marido cuando este se va a vivir a Cuba y forma otra familia.
La Iglesia aparece con sus ministros: en unos casos ayudan a las familias, en otros son partícipes de las desigualdades en relación con la mujer, que ha de llevar una vida supeditada al hombre.
También vemos la aparición del estraperlo, tan frecuente en la posguerra, que en muchos casos salvaba la subsistencia familiar.
Novela muy del estilo de la autora a la hora de tratar a los personajes, y su buena y clara escritura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario