El Club de Lectura Ben-al-Arte tenía programada su reunión para el martes 15 de diciembre, pero no pudo celebrarse por la normativa sanitaria. Los lectores del libro, aportaron sus comentarios vía correo electrónico. Aquí tenemos una síntesis de lo aportado. También nos enviaron algunas fotos con la que hemos hecho un pequeño montaje.
Un girasol ciego es un
girasol que no busca el sol, un girasol inmóvil, un girasol -podría decirse-
derrotado.
El libro se compone de
cuatro relatos que se pueden leer de manera independiente pero que el autor ha
entrelazado conectándolos a través de algunos personajes, que aparecen en más
de uno.
Vemos el contenido de cada
relato por separado.
Primera derrota: 1939. Si
el corazón pensara dejaría de latir.
Nos habla del capitán
Alegría, un oficial del ejército franquista que se suma a las filas
republicanas, como rendido, en vísperas de su derrota total. Es juzgado por
traidor, fusilado y enterrado, pero sólo estaba herido. Huye buscando su pueblo
pero, dada su debilidad, vuelve a entregarse a los suyos.
Se ve una analogía con la
vida de Jorge El Victorioso (y muchos otros Santos mártires) que creyó a su Dios,
sin miedo al tormento, y que milagrosamente escapó de la muerte durante la
ejecución. Como el héroe de la novela, fue voluntariamente a la muerte en
nombre de la fe.
Segunda derrota: 1940. Manuscrito
encontrado en el olvido.
Un joven poeta con su novia,
que está embarazada, intenta llegar a Francia huyendo del Régimen. La chica da
a luz y fallece. El padre, con el bebé, se esconde en una cabaña perdida en la
alta montaña entre León y Asturias, dónde finalmente y tras una experiencia
terrible mueren de hambre y frío, sin poder alcanzar la libertad.
La cabaña, no en un
establo, sino cerca de un establo. ¿No es la historia de la huida a Egipto de
María y José? La santidad de estas imágenes se destaca por el cuerpo
incorruptible del bebé fallecido y la colcha blanca como la nieve, que tapó el
cuerpo muerto ¿De dónde venía esta colcha a una choza paupérrima?
Tercera derrota: 1941. El
idioma de los muertos.
Juan Senra, preso en la
cárcel de los vencedores, utiliza el arma de mentir para escapar de la muerte. Conoció
al hijo de un miembro del Tribunal del que inventa una historia para así ir ganando
un día más de vida hasta sufrir una presión insoportable.
Se asemeja a la vida de
San Gregorio, quien rechaza las maquinaciones de Satanás y va a morir en nombre
de la fe.
Cuarta derrota: 1942. Los
girasoles ciegos.
Ricardo se esconde en un
armario de su casa, mientras su hijo y su mujer fingen que ha huido. En el
colegio al que asiste el niño hay un
maestro (diácono) que se enamora de su madre. El diácono, con la excusa de que
va a ver al niño a su casa, se sobrepasa con la madre y el padre se ve obligado
a salir de su escondite para ayudar a su mujer. El maestro da la voz de alarma
y se desencadena la tragedia.
Este relato despierta los
recuerdos de las parábolas del “pastor injusto”.
La profundidad del contenido refleja el patetismo humanista, el espíritu brillante antifascista. Vale la pena destacar los arquetipos culturales incorporados en cada relato y que tienen profundas raíces histórico - mitológicas.
Es extremadamente
importante: las vidas de los Santos, grandes mártires, tienen un final
solemnemente optimista: su sufrimiento y lealtad a la fe se recompensan en un
mundo diferente, el mundo de más allá; y en el mundo nuestro se les rinde honores. ¿Qué recompensa tiene el sufrimiento de los
héroes de esta novela?
Esta pregunta abre el
abismo emocional y psicológico de esta obra. La terrible muerte y el
sufrimiento de estas personas simples y desconocidas, ¿En nombre de qué era? y
si ellos han ganado, ¿Cuál es su victoria? ¿En qué está encerrada esta
victoria; si era tal, qué significa para
sus descendientes?
Esta pregunta inevitable
abre otra fuente de inspiración del autor: es la filosofía del existencialismo.
¿Cuál es el significado y el sentido de la hazaña en la vida moderna? ¿Cuál es
su origen? ¿Cómo lo trata la gente en una era de pérdida de memoria histórica y
flujo de información excesivamente dinámico? Estas preguntas cuelgan y se
convierten en el resultado más molesto del libro.
En gran parte de la novela
se advierte como hilo conductor un paralelismo entre la historia que se nos
cuenta y ciertos puntos de conexión con el nacionalcatolicismo que impregnó y
en el que se sustentaron tantos años de dictadura. Cierto que se perciben imágenes
narrativas de calado católico y referencias continuas a dogmas de fe. Pero hay
en esta novela hilos mucho más finos y cuidadamente hilvanados, en una novela
corta, rápida, profunda y dolorosa que sobresale y distingue del común de
historias centradas en la memoria histórica.
Encontramos pura violencia en la misoginia perenne que destila un régimen nacionalcatólico, usando los actos violentos más atroces como herramienta de la venganza política, aparentemente disfrazando el fondo de la pretensión de la dictadura que no es ni más ni menos que realizar un genocidio psíquico sobre la población vencida. No se pretende eliminarla pues el objetivo es subyugarla y humillarla.
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