Ayer recibimos la triste noticia de la pérdida del gran cineasta y buena persona, José Luis Cuerda.
Aunque ya sabemos que las personas no desaparecen si siguen viviendo en nuestra memoria. Y a José Luis Cuerda, además, podemos seguir viéndolo permanentemente en sus obras, esas geniales e inolvidables películas que, además de entretenernos, ¡Cuánto nos enseñaron!
En Amanece que no es poco nos enseñó ese cine que solo él hacía, con su característico humor absurdo que nos cautivaba.
También nos enseñó la dureza de la guerra civil a través de la mirada de un niño y su maestro en La lengua de las mariposas. ¡Qué gran película!
Tuvimos la suerte de conocerlo e intercambiar unas palabras cuando vino invitado al certamen cinematográfico de Benalmádena. Pudimos comprobar que además de buen director, guionista,..., era una persona cercana, tierna, comprometida, con un gran sentido del humor, un hombre, como decía A. Machado en su Retrato, en el buen sentido de la palabra, bueno.
¡Hasta siempre, José Luis Cuerda!
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