En principio el autor, Felipe Romero, quiso escribir una trilogía: El segundo hijo del mercader de sedas, El mar de bronce y una tercera novela sobre la guerra civil española, a la que no había puesto título. Desgraciadamente murió antes de finalizar su proyecto.
Su segunda novela, El mar de bronce, se quedó sin acabar, pero su familia y la editorial decidieron publicarla pues le veían sentido a lo escrito hasta ese momento.
El título es el
nombre que se le da en la obra a la fuente que en la actualidad está en la
Alhambra y recibe el nombre de Patio de los Leones, y que en la obra estaba a la entrada de la Alcazaba de Granada.
La novela se desarrolla en el siglo XI en la
ciudad de Granada, el narrador es el nieto del protagonista de la historia, y lo hace en
primera persona.
La novela completa debería recoger la vida del abuelo, la de su padre y
por último la del narrador, pero al quedar inacabada sólo recoge la vida del
primero de ellos, Samuel Ibn Nagrella, y algunos detalles sueltos de la vida del padre.
El protagonista de esta novela es un rico comerciante judío y
poeta, con gran prestigio dentro de su comunidad, hasta el punto de llegar a ser visir, primer
ministro, del rey musulmán, de la dinastía Zirí, y llegando a acumular tal poder
que quien gobierna en realidad en el reino de Granada es él.
La obra nos muestra la convivencia entre judíos,
cristianos, los menos numerosos, y musulmanes, respetándose los principios religiosos, pero teniendo
cada uno el asentamiento de su comunidad en distintos lugares o barrios de la ciudad.
Los personajes que aparecen son reales, así como los hechos históricos. Además
de los mencionados, tenemos a los poetas Salomón Ibn Gabirol, procedente de
Málaga, Isaac Ibn Gayyat, procedente de Lucena, Moseh Ibn Ezra y Yehudah Ha-Levi.
Como en su otra obra, al aparecer
hechos históricos y personajes reales hacen bastante verosímil y creíble la novela.
Nos retrata muy detalladamente la convivencia y la vida social de la ciudad, las relaciones entre los ciudadanos, los tejemanejes de la vida diaria, las costumbres de las distintas religiones y las tradiciones populares.
La obra también recoge la tradición oral de la cultura
judía.
Vemos cómo el autor siente un amor profundo por si tierra granadina y lo refleja en su forma de presentárnosla.
Hay que poner en valor el gran estudio histórico que ha tenido que realizar para dar vida a la obra, aunque no esté acabada, por lo que se nota también un trabajo no muy pulido.
Si te gustó la primera novela, también te gustará esta.
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