El sábado 1 de febrero pudimos disfrutar de la actuación de Luis Pastor en el Castillo del Bil-Bil. Lastima de un recinto tan pequeño para un autor tan grande.
Antes de la actuación del cantautor, pudimos ver un documental en el que se recoge la marcha que organiza el Club Senderista La Desbandá entre Málaga y Almería, para recordar los trágicos acontecimientos sucedidos en febrero de 1937 cuando la población civil huía desde Málaga para intentar llegar a Almería y fueron tiroteados desde aviones y barcos, provocando un gran genocidio. Uno de los objetivos de la marcha, que este año llega a la IV edición, es que este episodio de la guerra civil no se olvide y sea conocido por el mayor número de personas posibles, pues es un hecho que pese a su gravedad sigue siendo desconocido para la gran mayoría de los españoles.
Después vino la actuación de Luis Pastor, que nos mostró temas de un disco que sacará al mercado próximamente, y otros que hizo que la mayoría de los presentes pudiéramos recordar momentos vividos por todos durante la transición española, a mediados de los años 70, cuando los cantautores, la canción protesta, nos hizo conocer a muchos de nuestros poetas y a la vez tomar conciencia de los años de dictadura, al tiempo que pudimos adquirir compromisos con la incipiente democracia.
Nos recitó Luis Pastor fragmentos de un libro que ha publicado en el que, a golpe de rima, tragedia y humor, nos cuenta su vida en su pueblo extremeño, su emigración hasta llegar al Madrid pobre de la periferia y las artes utilizadas para malvivir en esa época.
También hubo un momento para recordar la Revolución de los Claveles con Grândola, vila morena. Y, según nos contó, él sigue creyendo que una una revolución debe llegar.
Una noche de sentimientos a flor de piel que todos agradecimos.
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