Esta es la primera novela de Vladimir Merino.
Una abuela le cuenta a su nieta todo lo ocurrido en su vida y que recuerda. A pesar de ser mayor y cercana a ser bisabuela puede presumir de tener buena memoria.
Procede de una familia de cinco miembros: madre, padre, ella y dos hermanos; que viven en el pueblo de Rentería cuando se inicia la Guerra Civil española.
Con el avance de las tropas golpistas por el norte, inician un éxodo que, poco a poco, les hacen llegar primero a Guernica y después del bombardeo hasta Bilbao, ciudad abarrotada de personas que van huyendo de los distintos territorios ocupados de los alrededores.
Desde esta ciudad se organiza el embarque de un gran número de niños (alrededor de 4.500) hasta diversas ciudades europeas para que no sufran las consecuencias directas de la guerra.
Nuestra protagonista, Josefina, cuenta con la edad de once años, y se sube al barco junto con su hermano Andrés, menor que ella, rumbo a la Unión Soviética, con el compromiso de cuidar de él. En tierra quedan sus doloridos padres y el otro hermano, que es demasiado pequeño para poder acompañarles (Los niños de la guerra).
En un puerto de Francia se dividen entre los que se quedan, los que se dirigen a Inglaterra y los que se van a la URSS (alrededor de 1.500).
Todos ellos albergan la esperanza de que esa separación sea lo más breve posible, esperan que la guerra, la gane quien la gane, acabe pronto.
Lo peor está por llegar. La Guerra Civil da paso a la II Guerra Mundial y a la invasión de la Unión Soviética por parte de las tropas alemanas.
Lo que fue un éxodo desde España se convierte ahora en un continuo traslado de los niños en el interior del nuevo país, que se impone el objetivo de que ningún niño español sufra el menor daño. Y para ello trabajan todas las autoridades soviéticas como los miembros españoles que los acompañan.
Josefina vivirá variadas experiencias: dolorosas, trágicas, emocionantes, emotivas; a veces rodeada de comprensión, compañerismo y cariño, otras veces llenas de soledad, rabia y frustraciones.
Allí aprenderá el ruso, completará sus estudios de ingeniera y conocerá a su primer amor, de origen yugoslavo y estudiante como ella.
Las guerras han finalizado pero "los niños" no vuelven a casa.
Josefina se queda embarazada, pero la ruptura política de Stalin y Tito hace que todos los estudiantes yugoslavos tengan que regresar rápidamente a su país.
Una vez muerto Stalin se permite el regreso a España de aquellos que lo deseen. Josefina se debate entre quedarse, ir a Yugoslavia o regresar con su familia.
Josefina está en Rentería, 19 años después de la partida y un niño de 5 años. Ahora tiene que enfrentarse con las dificultades de la incorporación a una sociedad dominada por la dictadura de Franco, con un trato antagónico con el que había crecido y con unas normas opuestas en las que ella fue educada. Es un relato cargado de sentimiento y fortaleza emocional de la protagonista; capaz de hacer frente a dramáticas situaciones durante años, sin perder nunca el norte de su integridad y el deseo imperioso de volver a recuperar el calor familiar.
A través de diálogos sencillos, ágiles y de una gran cercanía debido a su coloquialismo, el lector se identifica con cada una de las vivencias mostradas por sus protagonistas. Con una gran carga de sentimiento, nos asomamos a las crudas vivencias de los protagonistas. Sin embargo, durante todo el libro, siempre nos queda el sabor de la esperanza de una niña, que con el tiempo se hace mujer; hasta que finalmente llegada a la ancianidad, narra a la nieta esta historia a sus noventa años; demostrando a los lectores que con tesón y fortaleza, siempre es posible comenzar una nueva vida y mostrar a los demás la fe en la existencia, la misma fe que muestra a sus descendientes. Con atmósferas creíbles, desgarradoras en ciertos momentos, sabe enganchar al lector a lo largo de sus capítulos. Es además interesante el complemento de archivos y fotografías que ilustran esta historia que no dejará indiferente a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario