Hoy se ha inaugurado la exposición que realiza Pablo Rodríguez Guy en la Sala Moreno Villa, en Málaga. Los cuadros, alrededor de 20, están realizados entre los años 2008 y 2018.
El propio Pablo nos habla de su trayectoria y de su obra.
"Nací en la tierra y de ella nutrí los absortos días de mi infancia. Cuando de ella me arrancaron para llevarme a la ciudad, la tierra no encontré. Gracias a ello, posiblemente, empecé a pintar y busqué en el juego de las apariencias de colores, aquello que la realidad no me ofrecía. Pero, aún así, no me encontraba. Tuvo que pasar el tiempo y volver de nuevo a la tierra para que el seguir jugando con el color tuviera otro sentido y finalmente encontrarme conmigo mismo".
"Que otra cosa somos, sino viajeros errantes en busca del momento mágico, del sonido o del color o palabra, en fin, que nos haga vibrar y sentir esa cálida humedad en ese, no se sabe bien cual, rincón del alma".
"Y de nuevo se imponen los cambios, dejo la meseta castellana para afincarme en Andalucía, en la Costa del Sol malagueña. Impregnando mi retina y mi piel de brisa marina, de azules luminosos e intensos, conviviendo con una tierra y unas gentes pintureras, y, dejando que sea la presencia del mar la que modele, a su capricho, mis pinturas del momento".
"Mi obra es el punto de encuentro entre las emociones y la energía. Son el lugar donde se funden las emociones y los sentimientos más íntimos con la energía que emana de las cosas y de las personas, de lo natural en definitiva, que está vivo. Y hay que verla, más que con los ojos analíticos, con los ojos del alma y del corazón. Hay que dejarse penetrar por los colores y las formas, como si fuesen evocados por unos versos poéticos llenos de pasión y sentimiento".
"Entre un romanticismo pictórico y la protesta social. Entre acontecimientos naturales y sucesos humanos.
Mi discurso plástico es de registro amplio, además de una idea conceptual preconcebida, como sucede en la mayor parte del arte contemporáneo, abarca pasiones, emociones, sucesos, impactos de la naturaleza, creaciones literarias, poéticas o musicales, lugares y culturas que me encuentro por el mundo. Todo eso forma parte de la temática que motiva mi obra, unas veces implícitas y otras totalmente explícitas. Y siempre desde un lenguaje plástico, poniendo en solfa, técnicas y materiales diversos, pero con resultados que no se desprecian la belleza, la armonía y la expresividad".
"Un día de otoño de 1966 vi por primera vez a un artista pintando un cuadro que reproducía, precisamente, un paisaje otoñal. Esa visión fue de un gran impacto para mí. De manera que cuando salí de casa del artista, compré una caja de pinturas, empecé a pintar y hasta ahora".
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