Las voces dormidas. Voces
poéticas femeninas de la Generación del 27
El próximo lunes, día 1 de
octubre, a las 19:30 h., tendrá lugar en el CAL. Centro Andaluz de las Letras,
un recital de poemas a cargo de miembros del colectivo Las Voces de los Libros.
El Centro Andaluz de las Letras
presenta esta actividad, en colaboración con el colectivo Las Voces de los
Libros, que nos permitirá escuchar a través del grupo Las Voces de los Libros otras
voces mucho tiempo dormidas. Se trata de apenas un puñado de mujeres poetas,
elegidas entre otras muchas, que compartieron singladura vital y literaria con
autores hoy felizmente celebrados por todos. Nos referimos a la llamada
Generación del 27, que cuenta con una nómina excepcional en nuestra historia literaria:
Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda,
Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre… La lista es
brillante, sí, pero nos remite a una pregunta pocas veces formulada de forma
explícita: ¿es que no hubo mujeres que escribieran y publicaran poesía en su
época y merecieran formar parte de esta brillante nómina? Pocas veces se ha
dado en nuestro país un momento tan interesante y participativo para la mujer como
el que tuvo su punto álgido en los años treinta del pasado siglo. En esta
España que despierta a los ideales progresistas y a la renovación pedagógica y
social se desenvuelven estas mujeres a las que vamos a dar voz. Pertenecían
casi todas ellas a la clase media o alta burguesía –como sus compañeros
generacionales masculinos-, tenían una educación esmerada, hablaban idiomas,
viajaban, conducían coches, practicaban deporte y escribían, daban
conferencias, traducían, pintaban, fundaban colegios, desempeñaban puestos
importantes en la política nacional. Se atrevieron a salir a la calle sin sombrero
y sin carabinas, a lanzar poemas y pasquines por las avenidas y a defender su
posición en un mundo escrito y dirigido por hombres.
Entre ellas hubo filósofas (María
Zambrano), pintoras (Maruja Mallo, Remedios Varo), políticas (Victoria Kent,
Clara Campoamor, Margarita Nelken), pedagogas (María de Maeztu), narradoras
(Mercè Rodoreda), periodistas (Teresa de Escoriaza). Y por supuesto, poetas,
mujeres que escribieron y publicaron sus obras en los mismos años, a través de
las mismas imprentas y revistas que sus compañeros de generación. Y no
escribían en el vacío, sino que compartían los espacios de relevancia cultural
del momento. Asistían a las exposiciones, fiestas y lecturas poéticas de sus
compañeros en la Residencia de Estudiantes o el Ateneo. Y crearon sus propios
lugares, como el Lyceum Club Femenino, en 1926. Las consecuencias de la guerra
civil, con la derrota de la República, supusieron para la mayoría de ellas
–como para sus compañeros de generación- el exilio, la penuria y el silencio.
Centro Andaluz de las Letras -
Las Voces de los Libros
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